No le mires a los ojos | Luke Hemmings

Capitulo final. Venganza.

+ Daphne +

- En la habitación de las niñas. - dijo Ashton con los ojos abiertos.

Todos empezaron a correr en busca de Michael, todos menos yo. De un momento a otro sentí como una mano me cogía del tobillo haciendo que golpease mi cabeza contra el suelo. Intenté gritar pero la voz no salía de mi cuerpo y no es que fuese porque estaba asustada, que también lo estaba, si no que literalmente no podía emitir ningún sonido.

Oí pasos rápidos y la puerta principal cerrarse. Un gran alivio recorrió mi cuerpo; aunque me encontrase atrapada en esa casa, aunque posiblemente muriese en pocos segundos, los chicos habían salido.

- Por fin tú y yo solas. - dijo Priscilla a mis espaldas haciéndome sentir su aliento en mi cuello. - Ha sido más difícil de lo que creía si te soy sincera pero ha merecido la pena.

Entonces me di cuenta, durante todo este tiempo Michael era el cebo, me quería a mí desde el principio.

- ¿Por qué yo? ¿Por qué? ¿Qué te he hecho para que quieras acabar conmigo?

- Muy fácil querida Daphne. En un principio pensaba mataros a todos por entrar en mi casa, odio que entren en mi casa. Pero entonces me di cuenta como tú y Luke os mirabais y se me ocurrió algo mejor, algo más doloroso que solo acabar con la vida de todos. Está claro que ambos estáis enamorados y no podéis vivir el uno sin el otro. Si yo nunca he sido correspondida ¿Por tú vas a serlo pudiendo impedirlo yo?

- Tú lo que eres es una hija de puta, que como nunca la ha querido nadie pretende desquitarse con todos pero aunque me mates acabaras sola, como siempre, porque es imposible que alguien llegue a querer a un monstruo como tú.

De un momento a otro sentí impactar mi espalda contra la pared y una mano apretar mi cuello. Cada vez notaba como al aire le costaba más y más llegar a mis pulmones hasta que de golpe toda la presión que sentí en mi cuello paró haciéndome caer al suelo. Las pequeñas Sibylle y Tricia se encontraban intentando distraer a su madre saltando sobre ella, una imagen bastante cómica en otra ocasión. Me levanté y corrí hacia la puerta principal, forcejeé con el picaporte pero no podía abrirlo.

Entonces se me ocurrió una idea.

Corrí hacía el segundo piso y me paré en lo que parecía una habitación infantil. Rebusqué entre mis pantalones encontrando mi mechero. Si esta hija de puta pensaba matarme por lo menos me la llevaría conmigo. Cuando fuimos a la biblioteca leí que los espíritus se mantienen en este mundo si disponen de un portal para hacerlo posible. Por lo que solo tenía que destruir ese portal, o sea ser, su propia casa.

A mis pies se encontraba una alfombra rosa cubierta de polvo, más puntos a mi favor. Me agaché y prendí un extremo de esta. El suelo al ser de madera empezó a arder también. Esto estaba funcionando.

De un momento a otro Priscilla apareció por la puerta provocando que se me cortase la respiración, se acercaba lentamente a mí, de una forma sádica, haciéndose esperar;  lo que provocaba que mi miedo incrementase.

Cada vez había más y más humo. Se paró frente a mí, mirándome a los ojos. Su presencia empezaba a hacerse más debil, levantó su mano izquierda con desesperación, intentando atrapar mi cuello, pero lo único que consiguió fue atravesarme haciéndome sentir solo una pequeña brisa. Entonces me di cuenta.

- Gané. - dije escasos segundos antes de que desapareciese por completo.

Empecé a sentirme orgullosa porque la vencí, acabando con el ser que causó tanto sufrimiento a sus propias hijas, a Michael y a toda la cantidad de personas que también hubiese matado anteriormente por el simple hecho de entrar en su casa. 

Pero la realidad me golpeó, el fuego empezaba a alcanzar también las paredes que me rodeaban, me faltaba el aire. Angustia era lo único que podía sentir en este momento. Intenté encontrar una salida pero no la había. Mi garganta me empezó a picar debido al humo y cada vez se me nublaba más la vista hasta llegar al punto de ver todo borroso. Esto era todo, este era mi fin.