10. Regalos

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Abrí los ojos. Tenía mi cuerpo entero dolorido. Me froté los ojos para ver mejor, y me dí cuenta de que estaba todavía en el bosque. Vi que Ryan estaba

todavía dormido.

Me acerqué a Ryan y lo zarandeé ligeramente. Él comenzó a abrir los ojos y me miró con una sonrisa.

- ¿Cómo te encuentras? - me preguntó mientras se incorporaba.

- Dolorida, no sabía que esto era tan doloroso.

Ryan soltó una pequeña carcajada.

- Bueno, hay todavía muchas cosas que no sabes.

Me quedé un poco sorprendida por la respuesta, pero decidí que era mejor no preguntar.

- Ryan, ¿quién es el hombre que me atacó? - pregunté dudosa.

Él se tensó un poco, pero después se relajó y me miró a los ojos.

- Él es Marck, y ahora perteneces a su manada.

Nos quedamos unos segundos en silencio. ¿Qué quería decir con que soy de su manada?

- ¿Por qué soy de su manada?

- Bueno, básicamente, por esto - me dijo señalando la cicatriz de mi costado. - Él, con su mordedura, te ha convertido en un miembro de su manada.

- Y, si no quiero ¿qué pasaría?

- Pues que va a buscarte, y me temo que sus intenciones no son buenas.

Ryan se levantó y yo lo seguí, pero algo me tiraba con fuerza del pie. Lo intenté una segunda vez, pero volví a caer al suelo. Era inútil. Me miré el pie y me encontré con una especie de cuerda de metal que  me ataba a un árbol.

Ryan me miró con una sonrisa torcida y sacó una llave. Se acercó a mí, y la introdujo en una ranura. Automáticamente, después de girar la llave, la cuerda cedió y cayó dejando a mí pie libre. Lo miré confundida y Ryan soltó una carcajada.

- Las primeras noches los Omega son muy agresivos.

Lo miré con curiosidad, me acababa de llamar Omega.

- Omega es un lobo principiante, por llamarlo de alguna forma, que tiene que obedecer a su respectivo Alfa. En tu caso, tu Alfa es Marck.

- Y ¿qué es un Beta?

Él, antes de contestarme, se ríe.

- Un Beta, es un lobo que ha desafiado a su Alfa y se niega a formar parte de una manada.

Me quedé un poco pensativa.

- Por lo que intuyo, tú pertenecías a la manada de Marck, y por eso te buscaba.

- Exacto.

Estaba entrando de nuevo en el piso. Estaba muy cansada y me dolía todo el cuerpo. Desgraciadamente mi idea de acostarme me desapareció de la mente, mi hermano estaba sentado en el sofá.

- Clary, ven aquí y siéntate.

Estaba asustada, nunca había escuchado hablar así a mi hermano y desde luego no me iba a decir nada bueno. Me senté a su lado en el sofá y lo miré.

- ¿Qué pasa Dallas? - pregunté un poco asustada.

- Me tienes muy enfadado, has llegado aquí y sólo empeoras las cosas.

Me quedé de piedra, tendría que haberle avisado.

- Dallas yo…

- ¡Cállate!

Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora