Hoy era sábado, lo que significa que Ryan no tardará mucho en llamarme. Sigo sin comprender por qué no lo dije que no podía.
La semana se me había pasado relativamente rápida. En el instituto no había ocurrido nada llamativo. Sobre el accidente, no se ha comentado nada sobre el posible cadáver lo que me lleva a pensar que no hubo realmente un muerto.
Sam y yo no hemos encontrado ninguna pista sobre la supuesta licantropía de Ryan. El chico sólo actúa normal, eso sí empiezo a notar las ausencias de las que hablaba Jeremy. Hay veces que Ryan llega tarde a las clases.
Me suena el teléfono, tengo un mensaje. Dejó de escribir unos ejercicios de filosofía y miro los mensajes. Com pensaba, eran de Ryan.
"- ¿Recuerdas nuestra cita?"
Este chico me sorprendía cada vez más. Desde luego tenía pensado no desaprovechar esta ocasión.
"- Claro que sí Beta, pero no es exactamente una cita."
Ojalá pudiera haber visto su reacción, me sentía un poco cruel.
"- No se te va ni una, nos vemos en media hora en la entrada del bosque."
Me extrañó que no viniera a recogerme, pero no le dí mucha importancia.
Me dirigí al armario para comenzar a vestirme.
Después de un rato intentando convencer a mi hermano, estaba saliendo del piso. Conocía la entrada del bosque y, como no estaba muy lejos, fui andando.
Pasaron unos minutos y llegué a mi destino. No había nadie así que decidí adentrarme en el bosque. No era todavía muy tarde pero dentro del bosque parecía que estaba atardeciendo.
Estuve un rato deambulando por el bosque hasta que por fin vi a Ryan. Él estaba apoyado en un árbol intentado escuchar algo.
- Hola.
Cuando lo saludé, giró bruscamente la cara para mirarme. Era como si lo hubiera asustado.
- Perdón por asustarte - me disculpé.
Él sólo se apartó del árbol y se acercó hacia mí con una sonrisa.
- Perdonada.
No dije nada, bueno más bien era que no sabía que decir.
Él me cogió del brazo y suavemente tiró de mí. No sabía a dónde me llevaba pero desde luego que no iba a preguntárselo.
Llegamos a un claro. Éste tenía en el centro un tronco podado de un antiguo y gran árbol. Ryan me suelta el brazo y se sienta en el tronco. Lo sigo y me siento rozando nuestras espaldas.
- Mira hacia arriba.
Hice lo que me indicó. Noté cómo nuestras cabezas se rozaban y se movían a la vez.
Inconscientemente mi boca se abrió ligeramente, era fascinante lo que estaba viendo. Las copas de los árboles se unían formando un pequeño hueco donde, ligeramente, se introducía un rayo de luz.
- Ahora mira al suelo - me indicó Ryan con el dedo.
Miré hacia donde estaba señalando. Había una marca en el suelo, está estaba iluminada por la luz. La marca estaba dibujada hace poco, era una especie de espiral.
- ¿Qué significa Ryan? - le pregunté confundida.
- Pues depende de como lo entienda cada uno - me contesta sin dejar de mirar hacia arriba. - Normalmente, la gente que viene aquí piensa que la forma del rayo es de un corazón.
Lo miro extrañada, la marca no aparentaba ser un corazón.
- Ryan, la marca parece más una espiral.
Él me mira rápidamente, su expresión es una mezcla de sorpresa y terror.
Sin decir palabra, señalo el suelo y él posa su mirada en la marca. Sin esperármelo, se levanta del tronco y cierra los ojos. Me quedo extrañada, no tengo ni idea de lo que está haciendo.
De pronto, vuelve a abrir los ojos. Éstos tienen la pupila fina y pequeña, su color de ojos se había transformado en un verde amarillento.
Me acordé de la hipótesis de Sam y comencé a asustarme.
- Corre - me susurró Ryan mientras miraba nervioso alrededor.
- ¿Qué?
- ¡Corre!
No me dio tiempo a reaccionar, cuando uno de los arbustos comenzó a moverse. El miedo corría por mis venas. Lentamente retrocedía y cuando saltó algo del arbusto no pude contener un chillido.
Ryan me miró desesperado y vi a un enorme lobo. Sin pensármelo más, comencé a correr adentrándome en el bosque.
Mientras corría escuchaba ruidos a mis lados. No había corrido más en toda mi vida, los pulmones me ardían cada vez que respiraba pero sabía que no podía pararme.
Después de unos minutos, me paré agotada. Respiraba con dificultad, tenía el miedo a flor de piel y las lágrimas amenazaban por salir.
Un ruido me hizo ponerme alerta. Miré hacia todos los lados, pero no vi nada. Giré la cabeza hacia donde creía que venía el ruido y sin esperármelo, me encontraba cara a cara con un lobo enorme. El corazón me dio un vuelco y grité a pleno pulmón. El animal me miraba de una forma aterradora y poco a poco se acercaba hacia mí. Yo sólo podía retroceder. Sin embargo, fui a apoyar el pié cuando tropecé y caí al suelo. Aturdida, me dí cuenta de que me encontraba dando vueltas cuesta abajo. Cuando la pendiente terminó, me choqué con un tronco haciendo que frenara.
Me levanté, apoyándome en un árbol. No sabía a dónde me encontraba. Estaba dolorida, con los ojos cubiertos de lágrimas y perdida.
Caminé por el bosque un rato más hasta que volví a escuchar un ruido. Esta vez salió un lobo un poco más pequeño. No pude evitarlo, derrotada me senté en el suelo. Pensaba que el lobo me atacaría, como intentaba hacer el otro, pero esté se acercó a mí. Cerré instintivamente los ojos y noté cómo me acariciaba el brazo.
- Lo siento.
La voz me hizo volver a abrir los ojos. Esta vez el lobo no estaba y, en su lugar, estaba Ryan sentado mirándome con tristeza en sus ojos.
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Siento la tardanza, intentaré publicar un capítulo los domigos. Gracias a todos los que estáis siguiendo esta historia, espero que os guste :) Comentar ^^
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Alfa y Omega
Manusia SerigalaForest Hill, la nueva ciudad en la que vive Madison, es tranquila y normal hasta que el camino de esta chica divertida y curiosa, choca con un misterio. El chico que comparte la mesa con Madison hace que despierte una tremenda curiosidad en la chic...