Después de cenar estaba cansada y me fui a la habitación con Sam.
- La verdad es que el piso es bastante grande - comenté.
- Si, todos pusimos de nuestra parte y conseguimos a esta belleza - me dijo mientras acariciaba la pared.
Mientras caminábamos me fijaba en la decoración del piso, desde luego esto se consigue con esfuerzo pero también con grades ayudas económicas. Sin pensarlo le preguntaría a Dallas sobre mis nuevos compañeros.
- Aquí está tu habitación.
- Vale, nos vemos mañana.
Nos despedimos con un rápido abrazo y entré en la habitación.
Mi cuarto estaba lleno de cajas y maletas, pero igualmente se podía ver la amplitud que tenía. Lo primero que hice después de cerrar la puerta fue tirarme sobre la cama y en instantes me quedé dormida profundamente.
Lo que menos me podía esperar de que me pasara a las cuatro de la mañana ocurrió. Un cubo de agua gélida cayó sobre mí haciendo que, del susto, gritara y me callera de la cama.
- ¡BIENVENIDA! - me gritaron unas voces.
Encendí la luz y me encontré con mi querido hermano y Ed.
- ¡PERO QUÉ OS PASA! - les grité histérica.
El frío llegó hasta lo más profundo de mi cuerpo. Lo único que me mantenía caliente era mi furia que sentía contra esos dos imbéciles.
Me levanté lentamente mientras los veía soltando carcajadas. Flexioné ligeramente las rodillas para saltar encima de ellos, cuando un ruido ensordecedor se escuchó en la calle.
Los chicos y yo nos miramos. Fuimos corriendo hacia mi ventana y miramos a través de ella. Nada, eso es lo único que podíamos ver.
- Voy a bajar al Hall - comentó Ed.
- Yo te acompaño - le dije.
- Tú te quedas - me ordenó mi hermano mientras me agarraba del brazo. - Avisa a los demás y sécate.
Acto seguido, los dos salieron del piso.
De la maleta cogí una toalla y me la puse en el pelo. Lógicamente no iba a perder tiempo en secármelo. Me fui a las habitaciones de los demás y comencé a aporrear las puertas. Después de unos minutos salieron los mellizos y Jeremy (sin camiseta) . En ese momento todos se parecían en algo, tenían un sueño horrible y seguramente me iban a matar en cualquier momento.
- ¿Qué pasa? - preguntó Scott mientras se frotaba los ojos.
- Vale seré rápida, ha sonado un ruido muy fuerte y los chicos me han pedido que os despierte - le contesté rápidamente.
- ¿Y qué hacías despiertos? - dijo Jeremy.
- Pues yo dormía hasta que me echaron encima un cubo de agua congelada.
- Como siempre - murmuró Sam.
- Vamos a esperarlos mejor en el salón, por lo menos quiero estar sentado - comentó Jeremy.
Todos nos encaminamos hacia el salón y nos sentamos a esperarlos mientras bebíamos chocolate caliente.
Después de más o menos media hora, Dallas y Ed estaban de vuelta. Venían con el pelo húmedo y con el rostro sombrío.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Sam preocupada.
- Cuando bajamos a la calle había varios policías - comenzó a decir mi hermano -. Al principio nos dijeron que el ruido se había causado por la caída de una farola y decidimos ver más de cerca lo que había ocurrido.
- Y os colasteis por algún hueco - interrumpió Jeremy.
- Si, pero cuando nos dimos cuenta, la policía había tirado la farola queriendo - continuó Ed.
- ¿Pero cómo sabéis si ha sido queriendo? - pregunté.
- Fácil, porque había electricistas y maquinaria especial para cortar la farola - me respondió Scott.
Todos lo miramos extrañados y él se encogió de hombros.
- ¿Qué? Cuando fui al baño pasé por el cuarto de Clary y vi por la ventana a los operarios tirando abajo la farola.
- Entonces ¿qué pasó? - preguntó Jeremy ignorando a Scott.
- Bueno, nos acercamos un poco más y vimos a otro grupo de policías reunidos alrededor de un coche que tenía destrozado el techo - continuó mi hermano. - Entonces alguien nos vio y volvimos hacia aquí.
- Lo más raro es que antes de entrar vimos a Ryan Linch cerca del bosque. Pero no era él estaba raro y con la espalda manchada de sangre - terminó Ed.
- ¿Ryan? - pregunté.
No tenía ni idea de quien era.
- Es un chico de segundo de bachillerato y no es que sea un angelito - me respondió Sam. - No te preocupes lo conocerás pronto.
Mierda, se me olvidó. El instituto comenzaba dentro de tres días y quería morirme. Y encima en el mismo curso que el maldito Ryan.
Bostecé y miré el reloj. Las cinco.
- Bueno yo voto por volver a la cama - dije.
Todos asistieron y cada uno volvimos a nuestra habitación.
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Bueno espero que os esté gustando :D
Info foto: Dallas

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Alfa y Omega
WerewolfForest Hill, la nueva ciudad en la que vive Madison, es tranquila y normal hasta que el camino de esta chica divertida y curiosa, choca con un misterio. El chico que comparte la mesa con Madison hace que despierte una tremenda curiosidad en la chic...