Nunca se puede ser sabio
Y estar enamorado al mismo tiempo.
-Bob Dylan-
Capitulo 10
Fastidiada, confundida y estresada le digo a la persona que entra a mi habitación como si le perteneciera.
-Eso no es de tu incumbencia- me suelto de su agarre y voy hasta el espejo del baño para lavarme la cara, me toco el cuello y estoy nuevamente caliente, como si tuviera fiebre.
¿Qué mierda me pasa? Hace rato estaba bien ¿Me estoy enfermando?, pienso.
Vuelvo a la habitación y Oliver esta donde lo deje viendo la rosa que puse en mi escritorio con el ceño fruncido, ruedo los ojos y lo ignoro -¿Saliste con el cajero?- me sorprendo que lo adivinará.
-Sí y por favor podrías irte, quiero cambiarme- da unos pasos hasta estar frente a mí y aunque su estatura me sigue intimidando, no dejo que lo note, me mantengo firme sosteniendo su mirara.
-Puedes hacerlo, a la final no tienes algo que no haya visto- abro la boca indignada, agarro una de mis almohadas y empiezo a golpearlo mientras repito que se vaya, Oliver cae en mi cama y aun así no me detengo – ¡Joder, para ya!- lo ignoro.
Sigo con mi ridícula pelea de almohadas hasta que... -¡Ah!- grito cuando jala la almohada y termino cayendo en la cama, él aprovecha para inmovilizarme con su cuerpo –Levántate- demando.
-No –suspiro, parece un grano en el culo.
-¿Qué mierda quieres?- me mira y siento el momento exacto en el que mi garganta se seca, mi corazón empieza a bombear con fuerza en mi pecho y trago saliva cuando su mirara se desvía de mis ojos a mi boca, siento su cara acercándose y aunque podría alejarlo para evitar que pase lo que está por pasar.
No lo hago, porque muy dentro de mí, esa parte que tuvo un flechado cuando lo conocí quiere saber que se sentiría que me besará... que me tocara.
Joder.
No sé quién beso a quien pero el momento en el que sus labios tocan los míos, cierro los ojos y una corriente recorre mi cuerpo colocándome los pelos de punta, su beso no es tierno, ni lento, sus labios se mueven con autentico desespero sobre los míos,
Mis manos se enrollan sobre su cuello atrayéndolo más a mí. Y los rumores sobre Oliver se hacen más consientes ahora, es cierto que el maldito besa muy bien. Y no sé qué me encanta más si la manera en la que su lengua hace contacto con la mía o que me da pequeños mordisco a mi labio inferior.
Sensaciones nuevas empiezan tomar mi cuerpo, mis piernas se enrollan en su cadera posicionándolo en medio de ellas, su palma toma mi cadera a la vez que se aprieta contra mi mostrándome lo duro que está a través de los pantalones, arqueo la espalda dejando que bese mi cuello.
Mis dedos aprietan la piel de sus bíceps y me sorprendo cuando escucho un pequeño jadeo de su parte, su boca vuelve al ataque de la mía, haciéndome olvidar de absolutamente todo.
El maldito besa demasiado bien, sin duda este beso lo voy a catalogar como el mejor de mi vida, tampoco es como que haya besado muchos chicos pero este, supera el resto. Oliver me había hecho perder la cabeza, si había algún tipo de resistencia se había ido al carajo, me sentía atrapada totalmente atraída por él...
Y sé que está mal muy mal pero no quiero que acabe.
Muchas veces imagine como sería nuestro primer beso y en definitivas todo lo que había imaginado o pensado se había quedado corto, Oliver cumplió todas mis expectativas y demás.
Mis piernas no lo sueltan y su mano sigue un recorrido desde mis piernas pasando y apretando mis caderas hasta dejarla en el arco de mis senos. Suspiro dejando que siga subiendo pero se separa, dando por terminado el beso. Mi respiración agitada se mezcla con la suya y tengo miedo de abrir los ojos y ver el asco o remordimiento en los suyos.
Pero me sorprendo cuando me da un pequeño beso en la punta de nariz y es lo único que necesito para abrirlos, está arriba de mí mirándome con esos hermosos ojos miel.
-Alaya...- pronuncia.
-¿Si?- musito totalmente perdida en sus ojos.
-Tus ojos realmente son más azules de lo que imagine- no puedo evitar reírme.
-Eso mismo me dijiste hace tres años.
-Lo sé.
Oliver cae a mi lado en la cama con ambas manos sobre su pecho ¿Ahora qué se supone que debo hacer? ¿Disculparme? ¿Decirle que no volverá a ocurrir? O ¿decirle que fue el mejor beso de mi vida?
-Alaya tengo novia- ruedo los ojos, es algo que ya hasta habia olvidado.
-Lo sé.
-Y lo que hicimos...- se pasa las manos por el cabello- Estoy intentando cambiar, pero no sé qué me paso- se levanta, frunzo el ceño escuchándolo- Esto no puede volver a pasar.
Craark... ¿escucharon eso? Si, fue mi pobre corazón rompiéndose en miles de pedazo. No hay algo más horrible que el chico que te gusta te rechace, cierro los ojos con fuerza conteniendo la rabia.
Joder ¿Por qué fui tan boba?
Mi pecho se aprieta y siento que no puedo respirar bien gracias al nudo que se forma en mi garganta, unas inmensas ganas de llorar toman mi cuerpo pero rápidamente es reemplazada por la rabia, mis manos se aprietan en puños y levantándome de la cama me paro frente a él.
-¿Qué haces aquí?- pregunto fuerte y claro.
Ladea la cabeza -¿A qué te refieres?
-¡¿Por qué viniste ayer y porque estás aquí hoy?!- grito- ¡Lo único que te gusta ilusionarme!- exclamo con las lágrimas a punto de salir.
-Las chicas no estaban y bueno pensé que te gustaría tener un poco de compañía- le doy la espalda cuando siento que no voy a poder aguantar más el llanto.
Esto es una de las cosas que odio de mí, cada vez que me estreso o me molesto, me dan ganas de llorar.
-Alaya escucha...-empieza diciendo pero no, lo corto.
-¡Quiero que te largues de una puta vez!- grito con la voz rota, escucho como suspira con fuerza antes de levantarse e irse sin detenerse en mirarme siquiera.
Cuando la puerta es cerrada me desplomo en el suelo, llevo mis rodillas a mi pecho y lloro liberándome por completo, nunca me había sentido así y aquí es cuando entiendo el famoso sentimiento del rechazo. Pensé que el beso le había gustado ¡Qué yo le gustaba! Pero ahora veo que fue solo una ilusión que mi estúpido cerebro enamorado se creó.
Me levanto y voy hasta mi equipo de música, coloco una de mis canciones más triste –Si lo sé, soy muy masoquista- Me paro en medio de la habitación, las lágrimas siguen cayendo de mis mejillas y cierro los ojos cuando la música empieza, me dejo llevar por el dolor y por la humillación que acabo de pasar. Bailo, bailo y bailo hasta poder calmarme.
Cuando la música acaba ya no hay lágrimas bajando por mis mejillas, tomo mi toalla de baño para darme una ducha. Esa noche, me arreglo las uñas, hidratado mi piel y aliso mi cabello. Sentada frente al espejo detallo mi rostro, tengo varias imperfecciones como cualquier persona pero por supuesto no soy fea y sobre todo no merezco que nadie me trate así.
Oliver acaba de romper algo dentro de mí pero eso no significa que me verá destrozada, primero muerta.
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Nadie es feo, y nadie merece ser la segunda opción de nadie.
Cuando te mires en el espejo y sientas que no eres lo suficiente para alguien recuerda que Eres hermosa/a y que eres lo suficiente mujer/hombre para cualquier persona.
Allá aquellos que se lo pierden.
Y recuerda siempre, los demás verán lo que tú quieras mostrar. No les des el gusto de verte destrozada/o
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FEVER (+18) ©
Любовные романыEl amor es como la fiebre, brota y aumenta contra nuestra voluntad... Eso mismo le paso Alaya ¿quieres conocer su historia?