CAPITULO 11

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Oliver Mendoza:

Los chicos y yo vamos de camino a la universidad en mi auto, Andrés cuenta que ha estado viendo a una chica pero que no es nada serio y Javier habla un poco de la cita que tuvo con Katherine el fin de semana, y la sola mención de ella me hace recordar a su amiga.

Esa castaña de ojos azules.

-Déjame en la esquina- pide Paul a mi lado, frunzo el ceño.

-¿Por qué?

-Quiero comprar un café- explica encogiéndose de hombros, ruedo los ojos y lo dejo frente a la cafetería que queda cerca de la universidad –Nos vemos...- se baja.

Lo veo a través de los ventanales pedir un café a la cajera, se sienta en una las mesas mientras espera que esté listo supongo.

-¿Todavía te preocupas por él?- pregunta Andrés asomando la cabeza por medio de los asientos.

-Es mi hermano, siempre lo hare- coloco el auto en marcha.

Cuando llego a la universidad capto la atención de varias chicas, les dedico una pequeña sonrisa cuando levantan la mano para saludarme, me adentro en el lugar con Andrés y Javier a mi lado que van charlando sobre una película nueva que va a salir y quieren ir a verla.

La verdad no les presto mucha atención, saco mi celular revisando el nuevo mensaje que me llego.

Margot: Buenos días mi novio hermoso.

Suspiro con fuerza antes de dejarla en visto. Margot, la linda, inteligente y buena chica Margot acepte salir con ella pero hay algo que no sé, todavía no me cuadra. El sexo con ella es bueno eso no lo voy a negar pero además de eso no tenemos nada.

Margot era antes mí mejor amiga, fue una de las pocas personas que estuvo conmigo en mi peor momento. Éramos vecinos, así que nos conocemos desde pequeños. Su familia se había murado de la ciudad y había perdido toda conexión con ella hasta hace poco en el club que fui con los chicos me la volví a encontrar. Recuerdo haber ido al baño y encontrármela en uno de los pasillos, obviamente la salude, establecimos conversación y me ofreció un poco de droga, no me sorprendió ella siempre ha sido una chica que le gusta consumir al igual que a su hermano.

Yo acepte la droga y sinceramente no sé por qué, pero supongo que quería saber que se sentía y la verdad no vuelvo a consumir en mi vida, es la vaina más rara y loca que he probado, ni siquiera me acuerdo la mayor parte de esa noche.

Estoy contestándole un mensaje a mi hermana cuando escucho la voz de Andrés decir -¿Esas no son...?- deja la frase a media, mira sobre mi hombro y volteo al tiempo que la mayoría de las personas que están en la entrada de la universidad.

De los asientos de adelante del auto se bajan Hanna y Katherine, luciendo unos hermosos vestidos que debo admitir se les ve muy bien. Atrás de ellas le sigue la compañera de habitación de Hanna que creo se llama Yuliana, luciendo igual de hermosa que ellas dos. Pero mis ojos se abren a no poder más cuando miro a la persona que baja de último.

Mi garganta de repente se siente seca.

Alaya camina junto a sus amigas como una autentica diosa, con el mentón en alto, la espalda recta y moviendo las caderas de lado a lado. Acaso está usando una ¿Sudadera? Creo que es la primera vez que veo a una chica usándola y que se vea tan elegante y simple al mismo tiempo. Todas cargan tacones y aunque las he visto arregladas para ir a fiestas, hoy todas tienen no sé, algo diferente.

Y aunque intento desviar la mirara no puedo, mis ojos pasan de sus piernas a su mini falda y esa rara cinta en su cabeza que la hace ver como una niña malcriada.

FEVER (+18) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora