-¿Estas bien?- me pregunta.
Bajo la mirara, joder ¿Por qué justamente él tenía que separarme de Andrés? Andrés...
-¿Qué mierda te pasa?- exclamo recordando lo que estaba haciendo antes- Tenías que dejarme darle su merecido, no puede drogar a cualquiera y dejarla luego para hacer el ridículo.
Oliver rueda los ojos.
-Si ella consumió fue porque quiso, nadie la obligo. Además ¿Dónde estabas tú? Porque que yo sepa estaba sola y no sabes cómo pasaron las cosas.
Me alejo para tomar aire, estar frente a él me hace olvidar porque estaba molesta.
En estos tres años al maldito le llego la pubertad y no puedo decir que de la peor manera, su maldito atractivo me pone hasta nerviosa. Empiezo a caminar hasta la casa pero su mano en mi brazo me detiene.
-¿A dónde vas a ir así?
-A patearle las bolas a tu amigo- elevo el mentón para que vea que no me intimidad aunque por dentro mi corazón este latiendo como un loco.
-¿Y crees que te voy a dejar?- se ríe, clavo la mirara en los hoyuelos que se le marcan en cada mejilla –Primero respira...- me pide, ruedo los ojos con fastidio- Bien, veo que estas más relajada. Ahora vamos a bailar- me arrastra al interior de la casa, pero me suelto antes de atravesar las puertas del patio.
-No voy a bailar contigo, tengo que llevar a mi amiga a la cama ya que tu amigo la emborracho y mañana tiene clases.
-Que terca eres... Bien, entremos y si Andrés ya llevo a Hanna a la residencia tú te quedas y bailas conmigo- ruedo los ojos, paso por su lado y entro a la casa.
La música, el caos todo sigue igual, voy hasta el rincón donde vi a Andrés y me encuentro con Kathy y Javier hablando. Mi amiga cuando me ve se me viene encima y me quita el cabello de la cara -¿Estas bien?- pregunta, asiento aun con rabia.
-¿Dónde está Hanna?
-Afuera, tenía ganas de vomitar y Andrés la acompaño.
-¡¿Y la dejaste sola?! –elevo un poco la voz.
-Relájate, Andrés no le hará nada. Además Rochell es su madrina la llamo y dijo que le tenía preparo un baño- explica Javier- Ya deben estar de camino para allá.
Ruedo los ojos.
-¡Vámonos!- jalo de la mano a Kathy.
-Pero yo me quiero quedar- se niega- Faltan dos horas para el toque de queda, podemos estar un rato aquí- dice haciendo pucheros, miro a Javier y Oliver que están atrás de ella y los dos están murmurando entre sí.
Katherine tiene los ojos brillantes y es la primera vez que la veo animada a quedarse en una fiesta como esta, suspiro, no puedo hacerle eso- De acuerdo, pero nos vamos diez minutos antes del toque para no tener problemas- asiente emocionada, agarra de la mano a Javier y lo lleva a la pista.
Mis ojos se abren como platos cuando los veo bailando o mejor dicho a Kathy bailándole porque para ser sincera un palo se mueve más que Javier.
-Un trato es un trato- susurran en mi oído, brinco el susto y veo la cara de Oliver a centímetros de la mía.
-No te prometí nada- se bebe la cerveza que tiene en la mano.
-Que lastima porque me imagino muchas cosas y escuche que si querías bailar conmigo- no me da tiempo de responder o reaccionar cuando me jala a la pista, empieza a moverse y no puedo evitar detallar de nuevo su definido cuerpo.
Mis mejillas se calientan cuando levanto la mirara y veo que se ha dado cuenta que me lo comía con los ojos.
Me agarra por la cintura y me pega a su cuerpo. De mala gana empiezo a seguirle el ritmo y no pasa mucho tiempo cuando la que lleva el ritmo soy yo, muevo mis caderas a ambos lados, me recojo el cabello cuando por causa del sudor se me empieza a pegar a la cara. Oliver me da una vuelta logrando que mi espalda quede pegada a su dorso, sus manos se posan en mis caderas y me pega más y más a su cuerpo.
Me alejo cuando siento su amiguito activo atrás de sus pantalones.
-Lo siento, fue inevitable- Que horror. Lo miro totalmente impactada, sé que es normal que cuando un chico y una chica estén bailando, el hombre se emocione más de lo normal pero es algo muy incómodo y poco educado.
No digo nada solo doy media vuelta y me escabullo entre la masa de cuerpos.
Salgo al porche que está totalmente solo y me siento en las escaleras, falta una hora para que nos vayamos. Empiezo a responder mensajes de mis padres que me preguntan que como me fue hoy, pero unos sollozos hace que mire para todos lados, no veo a nadie, así que me levanto y sigo el sonido, llevándome a un lado de la casa.
Todo está oscuro pero logro ver un cuerpo recostado en la pared con las piernas en el pecho, me acerco haciendo un poco de ruido. La chica levanta la mirara y frunzo el ceño -¿Yuliana?- esta se levanta y se limpia las lágrimas rápidamente -¿Estas bien?- pregunto.
Asiente pero termina volviendo a llorar, se lleva ambas manos a la boca intentando contener los sollozos que escapan de ella.
-¿Qué te paso?- pregunto preocupada cuando estoy a su lado.
-Quiero... ir a... casa- asiento sin decirle nada, saco mi teléfono y llamo a Kathy pero no me contesta.
-¿Puedes esperarme aquí? Iré por Katherine para irnos a la residencia- le explico, asiente mientras se limpia las lágrimas.
Con pasos rápidos entro a la casa y encuentro a Kathy en el mismo rincón bebiendo de una cerveza mientras habla con Javier y Oliver. Llego a donde ella y le quito la bebida.
-¡Nos vamos!- ordeno.
Me mira y sé que vio en mi mirada que algo no anda bien.
-Lo siento chicos, pero nos tenemos que ir. Pero fue un gusto volverlos a ver- Se despide de ambos con un beso en la mejilla. Intento no mirar a Oliver, recordar cómo se le despertó su amigo me hace sentir aún incomoda.
-Adiós chicos- me limito a decir, intento alejarme con Kathy pero su voz roca y arrastra producto del alcohol, me hace detenerme.
-¿No te vas a despedir bien preciosa? - pregunta burlón- Creo que me lo debes.
Me volteo y con mi mejor sonrisa voy hasta donde ellos, le doy un beso a Javier a modo de despedida y cuando voy a donde Oliver le agarro su miembro por encima de los pantalones y lo aprieto en mi mano.
-La próxima vez que bailes con alguien, respétala un poco- lo suelto, sus ojos me aniquilan pero yo solo le tiro un beso y me alejo con Kathy.
De camino a la salida, le cuento lo de Yuliana al parecer no se dio cuenta de lo que le hice a Oliver ya que no pregunta nada. Cuando salimos, Yuliana no está donde la había dejado, pero voy hasta el auto de Hanna y la veo espéranos junto a él.
Ninguna dice nada, solo nos montamos y nos fuimos a la residencia.
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Espero que les esté gustando la historia.
Acuérdense de agregarla a sus bibliotecas para estar pendiente de un nuevo capítulo.

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FEVER (+18) ©
RomansEl amor es como la fiebre, brota y aumenta contra nuestra voluntad... Eso mismo le paso Alaya ¿quieres conocer su historia?