Capítulo 1: ¿Lo prometí verdad?

223 5 18
                                    

España, Andalucía, El bosque de Los Reales, 02:35 a

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

España, Andalucía, El bosque de Los Reales, 02:35 a.m.

¿Prometerías algo a una persona importante para ti y luego no lo cumplirías?

En un invierno inusual, con temperaturas que no superan los seis grados, la noche fría y seca envuelve El bosque de Los Reales de Sierra Bermeja, en la provincia de Málaga, Andalucía.

Sus laderas están nevadas, presentando un cuadro pintoresco y perfecto para rutas de senderismo, el problema es que tanta sintonía perfecta siempre era rota por algo, o en este caso, por alguien.

Una persona se encontraba sola y jadeando de agotamiento, intentando dar con el paradero de un lugar casi secreto. Tanto caminar la había dejado exhausta, no estaba preparada para esas excursiones en invierno... Y menos nocturnas.

Sus pasos eran pesados, hundiéndose rápidamente en la nieve. Las robustas botas que llevaba le protegían los pies del tremendo frío, mientras que los vaqueros de tela gruesa proporcionaban calidez a sus largas piernas, ocultas parcialmente bajo el voluminoso chaquetón que llevaba abrigando su cuerpo. Una de sus manos estaba extendida al frente, sujetando una linterna que iluminaba la oscuridad del bosque, pero la otra se mantenía resguardada en el bolsillo para calentarla.

—¡Mierda!—exclamó su voz grave y femenina, lanzando un insulto a la nada serena que le rodeaba. Pese a llevar un pañuelo que le cubría medio rostro, su aliento cálido formaba pequeñas nubes de vapor en el aire. Sus dientes castañeaban violentamente debido al frío—. ¡No me acordaba de qué hacía tanto frío en este lugar!... Siempre me pasa igual... Debería no ser tan impulsiva y pensar antes de hacer determinadas cosas, pero claaaro—dijo alargando la primera vocal con sarcasmo—, como el viajarris irritante me ha sacado de mis casillas, aquí me encuentro... Muy mal, Aileen, muy mal.—parecía no estar satisfecha con su impaciencia.

Justo después de decir aquello, su pie resbaló sobre un ventisquero oculto bajo la nieve. Con un pequeño grito de sorpresa, Aileen cayó al suelo, hundiéndose en el manto blanco con torpeza. La caída fue más brusca de lo que esperaba, dejándola desorientada por un instante. Rápidamente, se incorporó, sacudiéndose la nieve de su abrigo y empezando a dar pequeños saltos para recuperar el calor. Su mirada, aún agitada, recorrió el terreno en busca de la linterna que había soltado en el impacto.

Al encontrarla, la encendió de nuevo, y la luz del haz recorrió el paisaje nevado mientras avanzaba de nuevo entre los árboles. Pero algo en el ambiente la hizo detenerse. Al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que había llegado a una zona distinta. Sonrió levemente, consciente de dónde estaba.

Las sombras de los árboles se desvanecían, reemplazadas por una hilera de farolas que creaban una senda de luz suave y parpadeante. Bajo la capa de nieve, el suelo pavimentado se revelaba en fragmentos oscuros que contrastaban con el blanco dominante.

Al avanzar un poco más, encontró un claro, una zona plana completamente libre de árboles, donde se erigía un edificio enorme con un cartel que anunciaba el nombre de la supuesta construcción:

Lazos Sobrenaturales-Lazos confusos IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora