Capítulo 13

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Eran las 9.40 de la mañana cuando el avión aterrizó en Zurich, habían sido casi 11 horas de vuelo, mi cuello dolía al igual que mi cabeza. Juro que si recibo otra noticia más iba a explotar. Frank y los demás se quedaron en california, ellos vendrían en una semana más, ahora querían que yo cuidara de Keiler, ya que podía ser muy testaruda. Me subí al coche que me estaba esperando.

-Hallo, bitte an diese Adresse.- Dije en alemán, aquí la mayoría de la gente habla alemán, yo lo aprendí cuando era más pequeño. 

-Jawohl.- respondió el hombre. El camino fue silencioso, llegamos en unos 30 minutos, era un lugar alejado de la cuidad propiamente tal, frente a mí, había un gran edificio, tenía pinta de ser residencial, pero si Frank tiene a Keiler aquí debe ser todo menos residencial. 

-Danke.- Agradecí cuando bajé del. coche y cerré la puerta tras de mí. Tomé mi maleta y caminé dentro. 

-¿Chase? ¿Qué haces aquí?.- dijeron a mis espaldas.  Volteé.

-¿Rohan? Tanto tiempo hombre.- nos dimos un abrazo, dejó golpes amistosos en mi espalda.

-¿Estas aquí por Keiler?.- fue más una afirmación que una pregunta. Asentí.- Cuando Frank la trajo ya había perdido mucha sangre. La trasladaron con un doctor de aquí, gracias a la tecnología que hay en este edificio pudieron salvarla.- Contó mi amigo. Rohan era un chico con el que siempre habíamos trabajado en las misiones, éramos él, Keiler y yo en la mayorías de los mandados que Frank nos hacía, hasta que él tuvo que volver a Zurich por su familia. 

-¿Dónde esta ella?.- pregunté.

-Entrenando, es como si nada le hubiera pasado. Tu sabes como es ella.-  se encogió de hombros.- Supongo que Frank ya te contó que perdió la memoria.- me observó preocupado. Asentí mientras caminábamos por un largo pasillo. 

-¿Es muy malo?.- tengo esperanzas de que pueda recuperar la memoria en algún momento. Si no, volver a california no sería posible, nunca más. Se escuchaban sonidos de disparos a lo lejos, a medida que avanzabamos cada vez se hacían mas claros. 

-Los doctores no lo saben, los estudios no han salido muy bien, debería tener  sesiones diarias para hablarle un poco de su pasado, pero ella no asiste.- comunicó.- Está ahí adentro, suerte con ella.- me señaló la puerta frente a nosotros.- Dame tus cosas, las llevaré a tu habitación, mas tarde te envío el numero, aquí tienes tu dispositivo.- me dio una especie de celular pero más pequeño. Él se fue con mis cosas y yo soltémosles un leve suspiro y abrí la puerta. 

Allí estaba, su característica cabellera rubia estaba amarrada en un cola alta, no me había escuchado entrar ya que tenía audífonos puestos mientras disparaba a los cartones que se movían a metros de ella. Cuando estuve cerca de ella, me detuve. Ella definitivamente estaba viva. Estiré mi mano para tocar su hombro. Lo siguiente que vi fue el suelo y mi brazo dolía mientras sus tibias manos se aferraban a el con fuerza.  Sus ojos se fijaron en mi.

-¿Qué demonios Chase? No puedes venir así mientras estoy concentrada, ¿acaso quieres que te mate?.- me soltó rápidamente y me ayudó a ponerme de pie. 

-Bueno, sigues siendo tu.- acomodé mi ropa. Me quedé observándola un tiempo, me llené de alivio al verla ahí.- Ven aquí.- No la dejé contestar y la envolví en mis brazos. Sentí los suyos rodear mi cintura por unos segundos. 

-Ya está bien ¿no?.- dijo separándose.- ¿Qué te pasa? Ni que estuviera muerta.- dijo frunciendo el ceño, ese era un pésimo chiste.  

-De verdad no recuerdas nada de lo que pasó.- confirmé.

-Ya dejen el tema, no puedo recordarlo, fin de la discusión.- habló molesta mientras volvía a poner balas en su arma. 

-Keiler, hablo en se...

-Me dijeron que mis padres han muerto, si tengo que ir a unas estupidas sesiones para recordar eso, no gracias. Estoy bien así. Ni tu ni nadie me harán cambiar de opinión.- su voz no sonaba a ella.

-Hay más cosas, este último año ha sido muy distinto, todo ha cambiado.- le digo quitándole el arma de sus manos.

-¿Quieres saber la verdad Chase?.- preguntó, me dio una mirada que solo ella podía dar, fría y oscura, tal como aquella chica de años atrás. Asentí.- No me interesa, nada de lo que pudo haber ocurrido. Si lo olvidé fue por algo, ya está.- se encogió de hombros y puso los audífonos en sus orejas, me quitó el arma y comenzó a disparar. La rodeé y me puse frente a ella, no me importaba si me llegaba un disparo. 

-BASTA.- eleve el tono de voz cuando un disparo paso por mi lado. 

-¿Te has vuelto loco idiota? ¡No puedes pararte ahí!.- sonaba muy molesta. 

-Tú eres la que no puedes seguir así, tienes una maldita vida en California.- contesté.

-Una vida que no recuerdo. Aun que quieras que vuelva nada cambiará, supéralo de una vez Chase, no estamos en una película dramática. ¿Puedes quitarte de ahí?.- dijo.

-Enfrenta tus miedos de una puta vez Warren, aunque no lo recuerdes tu ya no pertenecías a este mundo, sé que te gustaría poder recordar porque te conozco, no soy idiota.- hablé. Ella tensó su mandíbula y sus puños se aferraron aun más fuerte al arma en sus manos.

-Quitate de ahí Chase, no lo volveré a repetir.- contestó entre dientes, sus ojos desprendían furia pura. Ella no iba a disparar, la conocía muy bien.

-¿Qué harás? Dispararme por soltarte las verdades a la cara...

-Para ya...

-¿Por qué? estas huyendo Keiler, lo sabes mu...- un disparo paso a centímetros de mi cara.

-PARA DE UNA MALDITA VEZ.- gritó. La observé sorprendido. ¿Pero qué mierda?.

-¿TE HAZ VUELTO LOCA? PUDISTE HABERME MATADO.- avancé hacia ella, dejó sus cosas sobre la mesa y camino rápidamente hacia la puerta. Podía notar cómo tomaba su cabeza y parpadeaba rápidamente. 

-Déjame en paz Chase.- salió de la habitación, le seguí.

-Claro que no te dejare en paz maldita loca, casi me matas ahí...

-Yo no fallo al disparar, te hubiera querido matar sabes que lo haría.- dijo sin voltearse. 

-¿Puedes simplemente detenerte?.- caminé más rápido para tomarla del brazo, en tanto toque su piel ella volteó dándome un puñetazo que me dejó en el suelo.

-Déjame en paz Chase.- soltó para alejarse. Ahora no tenía dudas, ella era la antigua Keiler. 

COULD BE (Pt.2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora