Capitulo 11

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Taylor's POV

Había llamado a Noah incontables veces ya y no recibía respuesta. Todos estábamos bastante preocupados. Al salir del instituto, decidimos ir a su casa pero al llegar no había nadie. Estuvimos esperando unos 30 minutos ahí, cuando estábamos a punto de irnos, un coche se detuvo frente a nosotros, de el bajaron Amelie y Noah, no había rastro de Keiler. Por otro lado, los rostros de cada uno no lucían como antes, ya no tenían el brillo ni la felicidad que solían irradiar cada uno.

-¿Qué ha pasado?.- pregunté cuando Amelie pasó por mi lado sin decir nada. Entramos a la casa todos juntos.

-Noah, dinos algo.- dijo Grease. Amelie se limitó a subir las escaleras sin decir nada, después Noah tomó asiento en el sofá y puso sus manos en la cabeza.

-Ella... ha muerto chicos.- soltó. Mi respiración se cortó, no podía ser verdad.

-Estás mintiendo, eso no puede ser.- hablé.- No sabes lo que estás diciendo.- me negaba a creer lo que había pasado.

-Tay...

-NO!, ESO NO PUEDE SER.- me negaba a creer semejante noticia. Es imposible que ella esté muerta. Los chicos me observaban con tristeza. ¿Qué demonios había pasado? Ella siempre estaba lista para sus misiones. Keiler no podía morir. No mi Keiler.

-Lo siento mucho Noah.- habló Grease acercándose a él.

-No lo puedo creer chicos. Sabía que algo andaba mal.- contestó Noah botando lágrimas. Necesitaba salir de ahí. Tomé mis cosas y salí de la casa. Esto no podía estar pasando. Abrí la puerta del coche y manejé hasta la agencia. Al llegar Chase y Bert se encontraban fuera dando una conferencia de prensa. Al verme, Chase vino hacia mi.

-¿Que ha pasado? ¿Que le hicieron?.- empujé a Chase cuando intento tomarme.

-Taylor, por favor.- fue lo único que dijo. Podía ver dolor en su mirada, pero en la mía sabía que igual había rastro de ello.

-Necesito verla Chase, te lo suplico.- sentí mis rodillas chocar con el cemento del suelo. Pasé las manos por mi cara y noté que estaba llorando.

-Acompáñame.- habló Chase cuando yo estaba más calmado. Me condujo por un largo pasillo hasta llegar a unas puertas.- Tienes que dejar todos tus aparatos tecnológicos aquí.- me señaló una caja. Asentí y dejé todo. Continuamos por un largo camino.

-¿Que pasó?.- pregunté sin más.

-Algo salió mal en la misión, le dispararon cuando nos íbamos a retirar. Perdió mucha sangre Taylor. Los doctores hicieron todo lo posible.- contestó. Llegamos a la puerta de una habitación.- Ya la prepararon para entregarla a su familia. Está adentro. No creo que sea una buena idea verla Taylor.- dijo.

-Quiero hacerlo.- hablé. El abrió, dejándome pasar.

-Tienes 5 minutos. No puedo darte más. Lo siento.- cerró la puerta dejándome solo. Al centro, había una especie de mesa metálica, sobre ella había un cuerpo cubierto con una tela. Me acerqué hasta quedar a su lado, mis manos temblaban. Supongo que aún tenía la esperanza de que esto fuera una mala broma y ella estuviera viva. Tomé el borde de la tela y descubrí el rostro. Ahí estaba ella. Lloré. Lloré como nunca antes lo había hecho. La amaba. Mierda. La amaba.

-Mi amor.- tomé su cara con mis manos esperando que reaccionara, pero sabía que eso no iba a suceder. Besé su frente y seguí llorando. Dolía. Su rostro lucia muy tranquilo, en paz.- No te vayas, por favor. Te necesito.- susurraba entre lágrimas.- Keiler, por favor.

Estaba helada y pálida. Le habían puesto una bata blanca que no era para nada de su gusto. Era ilógico pensar en sus gustos ahora. Tomé su mano dejando pequeñas caricias.

-Es tiempo Taylor.- entró Chase. Asentí secando mi rostro. Besé por última vez su frente y me fui de allí. Volvimos fuera.

-Gracias por dejarme verla.- le dije a Chase antes de ir a mi coche.

-No te preocupes.- dijo. Me despedí y camine al auto.

-Taylor.- habló Chase para detenerme. Voltee.- Hay cosas de Keiler en nuestro departamento. Supongo que les gustaría tenerlas.- soltó. Yo asentí. El escribió la dirección en un papel y me la dio.- Puedes ir por ellas esta tarde.

-Gracias.

El camino a casa fue silencioso. Todo parecía una pesadilla. Sabía que Noah nos necesitaba en este momento, pero ¿cómo puedo consolar a alguien si ni yo puedo consolarme?. Finalmente me decidí a ir a mi casa, necesitaba estar solo un tiempo. Estacioné fuera de mi casa, abrí sin más la puerta encontrándome con mi madre. Ella solo me observaba.

-Al fin eres libre hijo.- habló.

-¿Qué?.- pregunté frunciendo el ceño.

-Esa chica murió, se que ya no era tu novia. Pero al fin ya no está para darte problemas.- soltó. Abrí mi boca sin poder decir nada.

-¿Puedes pensar en mi una maldita vez?.- pregunté saliendo de mi sorpresa ante sus palabras.

-Claro que pienso en ti hijo. Sin ella en tu vida eres libre cariño. Solo era una piedra en tu camino, mereces algo mejor.- dijo.

-No lo puedo creer.- Miré hacia el cielo cuando noté que mis ojos comenzaban a mojarse.- la amaba mamá. No se si te puedes imaginar cuánto la amo. Y ahora... no se que hacer.- solté. Ella cambió su rostro al verme así. Creo que nunca me había mostrado de esta forma frente a ella, pero estaba roto.- Duele, no te imaginas cuanto me duele.

-Taylor. Joder, lo siento. Dios... soy una pésima madre.- dijo abrazándome.

-Ella no era mala mamá. ¿Por qué la dejé antes de la misión?.- dije llorando. Mientras venía hacia casa, pensé que esto en parte podría ser mi culpa, no la apoyé en esto. Terminé con ella antes de su misión. Tal vez influyó en que estuviera distraída.

-No es tu culpa cariño.- decía mamá acariciando mi mejilla.

-No la puedo dejar ir mamá. No puedo.

Chase's POV

Llegué al departamento que supuestamente compartiría con Keiler. ¿Por que Nate le disparó? Ese no era el plan. Iba a vengar su muerte, juro que lo haré. Ella era como mi hermana, nos conocíamos hace bastante tiempo, aprendimos a querernos como una familia. Keiler era mi familia. Mi única familia. Fui a su habitación y junté algunas cosas que supongo que los chicos querrían.

Tomé una pequeña cajita que había sobre la pequeña mesa al lado de la cama de Keiler. La abrí y estaban sus anillos y demás joyas que tanto quería. Sonreí. Las tomé entre mis dedos y las observé un poco.

¿Qué haré sin ti? Ya te extraño rubia.

Guardé las cosas en su empaque y las puse en la caja que vendrían a buscar los chicos más tarde. También tomé unos libros de la repisa, cuando iba a guardarlos cayó un sobre. Dejé los libros sobre la cama y me arrodillé para sacar el sobre que había caído bajo la cómoda.

Una cinta gris llamó mi atención, estaba pegada en el fondo del mueble. Fruncí el ceño y estiré mi mano para sacar un sobre más grande y el que había caído. Abrí el grande primero. Un pasaporte, dinero y unas llaves. Al abrir el pasaporte quedé helado, era una nueva identidad, pero no para Keiler, sino que para mi. Mi foto estaba en aquel pasaporte y un nombre que no era el mío también. Abrí el sobre más pequeño y habían un pasaje de avión a Suiza y una nota.

"Todo fue parte del plan. Ven a esta dirección y tendrás las respuestas. Confío en ti Chase"

¿Qué mierda hiciste Keiler?

COULD BE (Pt.2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora