Taylor's POV
-¿Hay alguna duda?.- preguntó el profesor. Nadie respondió nada. Noah que estaba a mi lado me estaba frustrando, agitaba su pierna con nerviosismo desde que comenzó la clase.
-¿Puedes quedarte quieto?.- Le hablé alterado.
-Lo siento, estoy preocupado. No se nada de Keiler desde ayer.- dijo. Suspiré, no había hablado con nadie sobre Keiler desde que decidí terminar la relación.
-Ya aparecerá, no te preocupes. Ya sabes como es.- dije. Él frunció el ceño tomando mal mi comentario.
-Mejor cállate.- soltó. Tomó su móvil esperando que le llegue un mensaje o algo. Decidí volver mi atención a la clase.
Cuando llegó la hora de almorzar, fuimos al comedor para comer algo, todos nos sentamos con nuestras bandejas de comida. Noah, copia demasiado lento, según él, no tenía apetito. Por la ventana pudimos ver como un auto policial se estacionaba y de el bajaba Chase. No había rastro de Keiler, no sabría descifrar porque, pero tenía un mal presentimiento de esto. Minutos después el chico apareció por las puertas y con la mirada buscó por el lugar, hasta que sus ojos cayeron en Noah. Se acercó.
-Noah.- habló al llegar a nuestra mesa. Analicé el rostro de Chase y se veía realmente mal. Mi amigo centró su atención en él.- Necesitamos que vengas con nosotros.- dijo.
-¿Ha pasado algo?.- preguntó. Al ver que Chase no contestaba el rostro de Noah cambió.- ¿Dónde está Keiler?.- se levantó.
-Es por eso, tienes que venir lo antes posible, pasaremos por tu madre en el camino.- aviso. Ahora todos estábamos preocupados, mi estomago dolía, nada de esto se veía bien, de ninguna forma. Noah solo asintió.
-¿Podemos ir?.- pregunté.
-No chicos, solo familiares. Lo siento.- habló. Después de eso, ambos se fueron del lugar. Mierda.
Noah's POV.
-¿Puedes decirme qué ha pasado?.- pregunté ya enojado.
-Me prohibieron decirte. Comunicate con tu madre, dile que vamos para allá.- respondió. Solté un bufido y llamé a mamá para decirle que se preparara.
Llamada telefónica
-Noah?.- habló.
-Hola mamá, estás en casa?.- pregunté.
-Si, ¿Por qué?.- contesto.
-Pasaremos por ti en unos minutos.- respondí.
-¿Por qué?, ¿quienes?.- dijo.
-Chase y yo, no me han dicho que ha pasado.- dije.
-¿Keiler está bien?.- notaba preocupación en su voz.
-No lo sé mamá.- hablé.- Llegamos en 5 minutos. Adiós.- corté la comunicación.
Fin llamada telefónica.
Al llegar a casa, mi madre ya estaba afuera esperándonos, en su rostro se veía la preocupación, hasta un poco pálida estaba. Subió al coche e hizo las mismas preguntas que yo, recibiendo también las mismas respuestas.
-Llegaremos al hospital de la CIA, no pueden entrar con ningún aparato tecnológico.- comunicó Chase.
-¿Keiler está ahí?.- preguntó mamá casi llorando.
-Si.- dijo el chico bajando del coche. Mantuvo la puerta abierta hasta que nosotros bajamos. En la entrada, nos revisaron con un aparato y decepcionaron nuestros celulares. Posterior a eso, subimos a un ascensor, el cual estaba completamente blindado, esto claramente no era un ascensor común y corriente, dentro de este lugar había mucha tecnología. Llegamos al piso 5, al salir, todo era blanco y estaba perfectamente limpio, en tanto el ascensor abría sus puertas, dejaba a la vista una enorme sala de espera, la cual estaba vacía. Doctores corrían de un lado a otro y entraban en unas puertas más lejanas. De una de ellas, salió Bert. Mi madre y yo nos acercamos. Él y Chase intercambiaron miradas, este ultimo se despidió para luego desaparecer por una de las puertas.
-¿Dónde está mi hija?.- preguntó Amelie directamente.
-Acompáñenme.- dijo, nos hizo seguirlo hasta una puerta que daba acceso a una habitación con un escritorio, daba un ambiente más privado. Nos sentamos frente a él.
-¿Y bien?.- pregunté.
-A Keiler ayer le dispararon, los doctores lograron estabilizarla cuando llegó, pero horas después su pulso cayó otra vez. Ahora está en pabellón otra vez.- comunicó. Mi madre rompió a llorar al instante.
-¿Por qué no se nos avisó antes?.- pregunté.
-No hubo tiempo, enviamos a Chase en tanto pudimos.- respondió. Me levanté del asiento y lo tomé de su corbata.
-ESTO ES TU MALDITA CULPA.- le grité, quería golpearlo, si ella estaba mal es por él y por el estupido de Chase.
-Noah, cálmate.- habló mamá. Miré con rabia al sujeto frente a mi y lo solté para volver a mi asiento. Puse mis manos sobre mi rostro y pude sentir como se mojaban por mis lágrimas.
-¿Puede sobrevivir?.- preguntó mamá.
-No lo sabemos, los problemas de salud de Keiler hacen más difícil cuando la operan, todo puede pasar.- dijo.
Código rojo... agente 3776, código rojo agente 3776, se necesita reanimado con urgencia. Código rojo.
Se escuchó por los parlantes del lugar, Bert abrió sus ojos de una forma extraña y nos miró. Es Keiler, mi madre y yo corrimos fuera de la habitación para ir en busca de ella. Cuando estábamos a punto de cruzar las puertas, unos guardias nos detuvieron.
-POR FAVOR!.- gritaba mamá llorando con desesperación.- es mi hija, por favor.- decía. Quería ser fuerte, por ella. Dejé de resistirme cuando vi a mamá caer al suelo llorando. Me acerqué a ella y la rodee con mis brazos. Nunca la había visto así, estaba desesperada y no es para menos, su hija estaba muriendo detrás de esas puertas.
-Todo saldrá bien mamá.- susurré. Los minutos pasaban y nadie salía a decirnos nada, estábamos desesperados, necesitábamos información. Unos treinta minutos después Chase abrió esas puertas con la mirada baja, cuando levantó la vista hacia nosotros no dijo nada y solo caminó hacia la salida. Me levanté para ir tras él.- ¿Qué ha pasado?.- pregunté tras de él. No respondió, solo siguió caminando, abrió la puerta que daba hacia las escaleras.
-Anda con tu madre, los doctores saldrán en un minuto.- habló para luego irse. Puse las manos sobre mi cabeza y corrí hacia mi mamá.
Me senté a su lado, mi estomago dolía y la ansiedad en mi aumentaba cada vez más. Unos segundos después, Bert y un hombre de bata blanca abrieron las puertas. Se acercaron a nosotros. La cara de Bert no mostraba nada.
-¿Cómo está mi hija?.- preguntó Amelie poniéndose de pie frente a ellos. Bert tragó. Mierda.
-Intentamos hacer todo lo que pudimos, perdió mucha sangre. Ella no sobrevivió a la última operación. Sus pulmones fallaron. Lo siento mucho.- habló el doctor. Y eso fue todo para destruirnos en cosa de segundos. Mi hermana estaba muerta. Mi madre a mi lado lloraba y segundos después se comenzó a marear, la sostuve en mis brazos para ayudarla a sentarse.
No sabía que hacer, ¿qué se supone que debo decir en estos momentos? la habíamos recuperado hace tan poco. Miré la pulsera que rodeaba mi muñeca, y mis ojos botaron las lágrimas que estaban acumuladas.
-Podrán ir con ella en tanto esté lista.- dijo Bert. Ambos asentimos. Ella lo había dicho, estaba asustada porque no sabía qué pasaría en esta misión.
"Cuida a Taylor por favor" recordé lo último que me dijo después de despedirse. No quería pensar en como iba a afectar esto a Taylor.
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COULD BE (Pt.2)
Teen FictionSi creían que la mafia había caído, se equivocaron. La historia continúa...