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Dejo mi auto mal estacionado y salgo corriendo hacia la puerta de la casa.

- ¡Hola! – grito, poniendo mis manos alrededor de mi boca como megáfono - ¡¿Hay alguien?! – toco la puerta repetidas veces - ¡Soy Loana! ¡¿Señora Williams?! – la puerta se abre despacio y por ella se asoma una cabeza – Señora Williams – al comprobar que soy yo abre la puerta del todo y me hace pasar rápido, cerrándola apenas entro - ¿Qué pasó? ¿Sus hijos están bien?

- S-Sí – tartamudea – Perdón que la haya llamado Beta, pero no sabía qué hacer y lo primero que vi fue su número, yo...

- No se preocupe, para eso les di mi número – la veo por unos segundos dándole tiempo para que hable, pero al ver que no lo va a hacer, sigo yo - ¿Quiere contarme lo que pasó antes de ir con sus hijos? – asiente

- Estábamos terminando de hacer las val-lijas y mi esp-poso fue a buscar algo ab-bajo – toma aire para que no se le caigan las lágrimas – Y-Y de repente siento un olor a quem-mado – lo vuelve a hacer– Cuando bajé me lo encontré – el dolor en su mirada es algo que nunca había visto – Calcin-nado – no soporta más y las lágrimas empiezan a caer – Por favor vallamos arriba, mis hijos están ahí – asiento y, al ver que tiene la vista nublada por las lágrimas, la ayudo a subir las escaleras

- ¿Dónde está el cuerpo? - susurro antes de llegar a la habitación

- Coc-cina – responde. No digo nada y siento como golpean la puerta

¿Cómo no reconocer ese olor?

- Quédese acá un segundo, yo voy – me mira algo desconfiada, pero no se niega

Bajo nuevamente al primer piso y, cuando abro la puerta, puedo ver del otro lado al resto de Lobos de Medianoche.

- Arriba – me limito a decir y siento como me siguen después de que Spencer cierre la puerta

Sigo el olor de los Williams y me encuentro con una habitación donde veo a dos niños pegados a la pared, abrazados e intentando llorar en silencio.

Son los mismos que vi hoy a la tarde.

Madelyn, a diferencia de sus hijos, está sentada sobre la cama con todo el maquillaje corrido por el llanto. Brooke y Kai van a consolar a los niños, mientras que el resto vamos a hablar con ella.

- Señora no se preocupe, vamos a llevarlos al aeropuerto para que se puedan ir seguros –le explica Nat

- ¿Y si nos encuentran? – pregunta preocupada – No soy tan fuerte para resguardar a mis dos hijos – pienso un poco lo que dice y respondo

- Tengo un amigo que puede ir con ustedes y resguardarlos – comento y veo como Samuel frunce el ceño

- ¿Un amigo? – desvío la mirada unos segundos hacia él, pero al instante vuelvo a mirar a Madelyn

- Es muy bueno peleando, puedo llamarlo y decirle si puede vivir con ustedes hasta que todo esto termine – me mira con duda – No creo que tenga problema, es de confianza – aclaro lo último – Cuando encontremos a la Alpha los cuatro pueden volver a sus vidas normales acá en Inglaterra

- Está bien – acepta finalmente – Lo único que quiero es que mis hijos estén bien, no me importa lo demás – asiento compresiva

- Y le prometo que así va a ser – se adelanta a responder Natalie

Después de charlar sobre el hospedaje, el entierro de George y de consolar a los Williams, nos encontramos con mi conocido en el aeropuerto, donde a las dos horas de espera, los cuatro subieron al vuelo hacia España.

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