Capítulo final

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Cuando se hizo de noche, la albina esperaba a su novio Laxus en la plaza de la ciudad totalmente arreglada. Laxus vino varios minutos después vistiendo también de forma elegante.

-¿Llevas esperando mucho?-preguntó el rubio.

-Qué va-dijo ella con una sonrisa-Acabo de llegar. ¿Y dónde vamos a cenar?

-Pues...en el restaurante que llevé a Amber.

Ella se asustó un poco y Laxus la calmó.

-¿Qué quieres? La última vez no pudimos terminar y en ese restaurante la comida está deliciosa.

-Ci...cierto. A...además la última reserva la hice yo por ti...

-Pero ahora tú eres mi novia-dijo Laxus-Quiero hacerte feliz.

-Laxus...

Mira besó a su novio y fueron al restaurante para tener una cena romántica y muy tranquila celebrando su enlace y la derrota de la mujer que los unió definitivamente. Cuando acabaron la cena, Laxus acompañó a Mirajane hasta su casa protegiéndola en caso de peligro.

Cuando llegaron, los dos se miraron durante varios minutos con la cara totalmente sonrojada.

-¿Qui...quieres pasar a tomarte la última?-preguntó ella entrecortada.

-Gracias, pero voy a pasar, igual tus hermanos se molestan.

-¡Pero si están encantados de que seas mi novio! No se molestarán por algo como esto.

-Pasaré de todas formas, he bebido mucho y no sé cuantas más aguantaré.

-Bueno, nos vemos mañana, cariño.

Laxus y Mira se volvieron a besar y se dieron las buenas noches. Laxus se marchó de allí y Mira lanzó un suspiro de alivio y lleno de amor. Lisanna, quien  espiaba a su hermana a través de la ventana, también lanzó varios gritos de alegría por ver a su hermana tan feliz. Cuando la mayor de las Strauss entró, Lisanna se lanzó hacia ella y gritaba de alegría.

-Perdón Mira-nee, te estuve espiando un rato y me alegro mucho de verte tan feliz con Laxus.

-Como eres, hermanita, pero gracias.

-La próxima vez, invítale a casa. Elf-nii-chan y yo os dejaremos solos para que podías cenar algo.

Las dos hermanas se dieron un cálido abrazo fraternal y ambas se fueron a la cama. Al día siguiente, el rubio quería invitar a Mirajane unos días  al resort Akane a pasar unos días a solas, pero Freed también quería hacerlo con Laxus.

-Laxus-dijo el peliverde-Estaba pensando en que podríamos ir unos días al resort Akane a relajarnos.

-Lo siento Freed-fue la respuesta del rubio-Pero ya tengo planes allí...

-¿Quieres ir allí tú solo? Es mejor ir acompañado. Yo estoy disponible.

Laxus se fue de allí para no escuchar más a Freed y vio a su novia entrar por la puerta cargada de bolsas.

Laxus la ayudó guiándola hasta la cocina y luego guardó con ella las compras.

-Esto me trae recuerdos...-dijo ella.

-Si...-recordó el rubio.

Decidieron no recordar más el pasado y guardaron el resto de cosas en silencio. Más tarde, Laxus reunió el coraje necesario para invitarla al resort.

-¿Vendrías conmigo?-preguntó Laxus.

Pero antes de que Mirajane respondiera, Freed se puso en medio y lo intentó de nuevo.

-Laxus, elige con quién irte-ultimó Freed-Piensa en el que te ha ayudado.

Laxus no lo dudó y eligió a Mirajane y para que su grupo se enterase, besó a su novia apasionadamente, quedando Freed atónito.

-Lo siento Freed-dijo ella sonriendo triunfante-Laxus ya me había elegido hace unos días.

Freed se desmayó y Bickslow y Evergreen felicitaron a Laxus por estar por fin con una chica que lo ama con locura. Luego, los dos se llevaron al desmayado Freed de allí.

-Bueno Mira, ¿vendrás conmigo?

-Si Laxus, iré contigo.

-Estupendo-dijo el rubio con una sonrisa.

-Pero, ¿crees que el Maestro nos deje?

-De eso no te preocupes, el abuelo me ha dado permiso. Me ha dicho que disfrute esos días con la mujer que amo.

-Pues estupendo, hace mucho que no voy a ese resort.

Los dos se volvieron a besar y fueron a preparar el equipaje para irse en un par de días.

Llegado el día, la pareja se despidió del gremio y partieron al resort para pasar cuatro días a solas. Durante el viaje, Mira no dejaba de mirar a su novio quién dormía. Ella se acercó y para no despertarlo, le besó en la frente y junto su mano con la de él.

-Gracias Laxus. Gracias por hacerme la mujer más feliz del mundo.

Ahora fue ella la que se durmió y Laxus abrió los ojos sonriéndola.

-Igualmente, tú también me has hecho el hombre más feliz del mundo. Te amo, Mira...

                                                                          Fin

No me gusta ser tu amiga asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora