Soobin ya llevaba más de media hora mirando a Yeonjun con admiración.
Y es que, ¿cómo no hacerlo? Si aquel chico estaba haciendo algo que a pesar de no poseer la misma habilidad, Soobin amaba.
Yeonjun estaba tratando de descifrar el viejo periódico que habían encontrado hace unos momentos antes, cuando el rubio pretendía ser un aguafiestas.
Soobin solo había descubierto el inicio, que a duras penas Yeonjun logró comprender, completando lo que seguía.
LE GAYJA DELI 78NZYUII
Yeonjun lo había traducido generosamente a:
LA CAÍDA DE LA DICTADURA
Al azabache se le derritió el corazón cuando vió que Yeonjun pudo resolverlo. Y es que era inegable que a pesar de se traumó con la idea de ser un intelectual, cuando otra persona mostraba tener ese tipo de habilidades de conocimiento (de cualquier tipo) a Soobin le encantaba.
Después de varios minutos, el rubio agregó también :
Uoyo 4gyui = Luego de que
Era lo único que había logrado después de un buen rato. Aún así el menor aplaudió sonoramente.
— ¡Eres tan genial, Hyung! — felicitó él, haciendo que su mayor se estremeciera con aquel llamado. No alcanzó a tener costumbres coreanas, por lo que nunca tuvo eso de llamar o ser llamado así. Igual no le tomó mucha importancia.
Le estaba dando un tremendo dolor de cabeza.
— Soobin, literalmente solo he compuesto seis palabras — le dijo él, frotándose la frente. Al menor le dió igual el hecho.
— Oh, ¡pero lo has hecho! — recordó con una sonrisa — ¿Sabes qué? Enserio, si hubieras podido estudiar más, hubieras sido un genio. — aseguró con mucho entusiasmo.
Yeonjun lo miró con una sonrisa triste. No le gustaba recordar que sus padres le habían negado eso.
— Pero tú has hecho el inicio, Soo. Sin ese ritmo no pude haber compuesto ni una letra, a veces te subestimas mucho, ¿sabes? — replicó él con amabilidad. Desde la vez del restaurante lo trataba de mejor manera. Bostezó con cansancio — Iré a dormir un poco, despiertame si rebasó los límites.
En esa ocasión habían parado en una plaza demasiado grande, en donde habían ido a una tienda para cosas del hogar para quedarse, (porque claro, en esos lugares habían camas gratis) así que Yeonjun se fue a recostar sin decir mucho.
Soobin solo lo miró en silencio.
Se había quedado pensando en aquella frase que le había dicho su mayor.
"A veces te subestimas mucho, ¿sabes?"
Se quedaron clavadas en la mente.
Sabía que él lo había dicho para darle un justo crédito a la traducción de la cual celebraba mucho. De manera honesta, el azabache no creía que su cerebro fuera brillante.
Sí, gracias a sus intelectuales padres solía leer mucho, de todo tipo, hasta de esos temas que cuando los veías en algún lado te ibas de largo porque aburrían, Soobin estaba muy acostumbrado a tnutrir su mente con conocimiento, pero en realidad nunca hubo fruto de ello.
Finalmente suspiró, decidió dejar el tema por el bien de su salud mental y se levantó del suelo en donde en ese entonces se encontraba, y observó al rubio descansar con los labios separados.
Lo miró con lástima.
Su mayor le había contado que hubiera deseado estudiar y completar una carrera de lo cual él era afortunado de realizar. Por si solo Yeonjun era muy inteligente y Soobin no sabía si admirar o envidiar eso, pero de lo que estaba seguro era que ese chico hubiera estado mejor con unos padres como los suyos, con el legado de un hermano como el que tuvo.
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𝐒 𝐏 𝐘 𝐍 𝐊 𝐄 𝐄 𝐑 | 𝒀𝒆𝒐𝒏𝒃𝒊𝒏
ФанфикEn otoño del 2016, por el norte de América, Choi Yeonjun es obligado a casarse a la corta edad de dieciocho años para enriquecer a su familia, sintiéndose ferozmente infeliz hasta que pasan tres años; su esposa está embarazada, y siente la necesidad...