Vacío

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El día de hoy se puede definir como uno de los peores de mi vida.

El cielo se ha cobrado a otra persona maravillosa de este mundo al que no se lo merecía por solo un capricho del destino.

Desde el momento que Hugo me dejo, un vacío abismal se incrusto en mi corazón. La tristeza actúa como una niebla sobre los demas sentimientos, distorsionando los de tal forma que todo lo observas con desconsuelo y pena. Mis lágrimas cesaron cuando sus reservas llegaron al límite y ahora mi mirada se encuentra perdida, asimiliando todo lo acontecido, pero a quien quiero engañar, no puedo asimilarlo. Aun se me hace todo muy ilógico.
Definitivamente no puede estar pasándome eso. No.

Hugo... Por que te tuviste que ir, ¿no ves que te has marchado con un trozo de mi corazón contigo?
Aunque, no lo quiero de vuelta, siempre será tuyo. Te quiero de vuelta a tí.

A veces pienso que mi ventana se abrirá y aparecerás con una pequeña cesta con comida. Pero no sucede así.

La de noches que pasamos comiendo chocolate a la vez que nos amábamos como dos locos. Que noches aquellas, recordándome todos y cada una de las cosas que te encantaba de mi. Tus miradas, tus besos, tus caricias...

Mierda, estoy llorando de nuevo, pero no puedo evitarlo...le hecho muchísimo de menos y aun no me hago la idea que no te valla volver a ver, a tocar... Se me hace todo muy duro.

La puerta de mi habitación se abrió. Los rayos del sol de mediodía se colaron en mi oscura habitación. Rápidamente me giré dando la espalda y me limpie las lágrimas. No quería que me viesen más destrozada de lo que estoy.
El lado derecho de mi cama se hundió debido al peso de la persona. Una mano me acariñaba el pelo mientras que la otra me abrazaba.

-Cariño, come algo porfavor- dijo mi madre intentando ser comprensiva. Quería responderla decidida y tanjante, pero en lugar a ello me salió un débil y enfermizo "no".
Pareció comprenderme ya que no volvió a insistir y me dio un abrazo más fuerte a demás de un beso en la frente y de marchó cerrando la puerta haciendo que mi habitación se tornase de nuevo a las tinieblas.

Mire el techo de nuevo, observando el gran mural que Hugo me pintó una vez.
Consiste en una gran playa de arena blanca y mar turquesa bañada bajo la luz naranja de una puesta de sol, que ahora cogía un color rojo oscuro, y una pareja con la chica apoyándo su cabeza en el hombro del chico. Simplemente precioso.
Lo pintó por mi cumpleaños, convirtiéndose en el mejor regalo de la fiesta. Fue un detalle muy especial por su parte.
Siempre he pensado que esa pareja éramos yo y él, compartiendo nuestros grandes y gloriosos momentos juntos.
Ahora me cuesta mirar ese mural, algo falta haciendo que la playa, la puesta de sol, el mar... Este desiquilibrado. Falta Hugo.

El dolor de mis pensamientos se agravan por momentos. Todo en mi habitación tiene algo que ver con él. Todo me recuerda a él. Tengo que salir a despejarme, tengo que salir se aquí.

Mi cuerpo pesaba plomo. Tenía punzadas de dolor al incorporarme seguramente al estar durante horas tumbada en una misma posición. Saque fuerzas y salí corriendo de casa. Ni siquiera cogí las llaves para poder entrar después, no me importaba, ahora solo quiero perderme y pensar.

Corrí y corrí por la carretera, pasando después a caminos asfaltados y terminando en un sendero en el monte a varias manzanas de mi casa. El sol empezaba a caer pero aun asi no perdía su calor y su intensidad.

El astro caliente golpeaba duramente mi cabeza a la vez que mi cuerpo empezaba a sudar. Mi estomago gruñía por no haber comido aun, ya que a estas alturas tendria que estar preparándome la cena o mendigando por algo de comida a la despensa.

En lo alto del sendero, se abría paso un gran pedernal de granito. Me tumbé en el prado verde a la sombra de una enorme roca cabellera.

Quiero reflexionar sobre todo, a la vez quiero olvidarlo, ¿como consigo eso?
Yo no quiero olvidarme de Hugo, no ahora que ya no esta... Aun me cuesta creerlo. Pensar que ayer estaba tan bien y con el accidente... Ya no esta a mi lado.

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