Caminé escaleras abajo hasta la cocina. Mama y papá ya se habían marchado. Me hubiera gustado que me dieran algunos apoyos para afrontar este día, porque sola, no iba a ser capaz.
Lo veía.
Solo esperaba que no me derrumbara delante de todo el mundo, ya que sería el tema de conversación durante todo el día. Debo de dejar de ser pesimista...
Tomé lentamente el desayuno y preparé mi mochila. Antes de salir me arreglé un poco para ocultar las ojeras y puse un poco de rímel. El el espejo solo veía a una chica destrozada por el momento tratando de aparentar que nada sucedió. Lo cierto que sentía lastima...
Ahora que estaba lista, llega la parte dura.
Al salir de casa miré hacia el lugar donde solía aparcarse con su increíble coche, aquí que cuidaba como si de su propio hijo se tratase.
Pero todo cambió y sus vivencias se quedaron esparcidas sobre la carretera.Andando conseguí llegar al instituto. Por la calle iba encontrándome a personas agarradas de la mano mostrando su felicidad a todo el mundo sin ningún apuro... Y pensar que yo era así...
La entrada de la academia se encontraba abierta de par en par con algunos de sus alumnos arremolinados allí.
Me acerqué hacia el grupo para ver lo que quería evitar.Un altar.
Cientos de velas encendidas estaban a la merced del viento ardiendo en la memoria de Hugo. En el centro se encontraba una fotografía suya del anuario del año pasado. En sus paredes, cientos de mensajes de apoyo y cariño estaban pegados con celofán.
Me aleje de allí rápidamente para evitar emocionarme con el asunto, aunque francamente, sería difícil no hacerlo.
Cuando abrí discretamente las puertas del instituto, deseaba que los estudiantes ya estuvieran en clase. Pero no era así.
Fui fácilmente reconocida entre la gente como la novia del chico popular del instituto.Cohibida, fui atravesando el pasillo de personas que se había formado, sentía miles de miradas clavadas en mi nuca.
Algunos se acercaban a decirme "un lo siento" que me dolía en el alma.Aunque me sentía fortalecida por las muestras de apoyo que obtenía de ellos, el simple echo de que se trate por la pérdida de Hugo me agobia. Personas que antes llegue a odiar, me miraban con lastima. Nadie desea en el fondo que esto pase, por muy mal que te caiga.
Al pasar delante de la vitrina escolar me detuve en la zona de: inolvidables.
Las personas que perdían la vida durante la etapa escolar en el instituto eran siempre recordados con una foto en aquella vitrina... Y allí estaba él.
La realidad me afectaba violentamente sin tener ningún tipo de protección conmigo. Él no volvería a desencajar esas risas que provocaba con sus interminables chistes, las victorias que dio al instituto con el equipo...simplemente el instituto no volvería a ser el mismo.
Sentí unos brazos posándose sobre mis hombros que logró sobresaltarme.
-Vamos a un sitio más tranquilo- dijo Marta.
Nos dirigimos al baño de las chicas de la primera planta, que solía estar vacío en aquellas horas.
Fue más que entrar, me abrazé a Marta con fuerza, y comencé a sollozar.
-¿Por qué todo me recuerda a él? no es justo- dije apoyando la cabeza en su hombro. Ella pasaba su mano alrededor de mi cabello intentando tranquilizarme.
-Sé que es duro, pero Ana, si esto sucedió fue por una razón- en ese instante me separé de ella poco a poco para hacerla frente.
-¿!Me estas diciendo que toda esta mierda está justificada!?-dije alterada, como se atrevía decir aquello.
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¿Eres tú?
ParanormalCuatro palabras. Le echaba de menos. Ese odioso accidente me lo rebato todo lo que quería en mi vida. Mi novio. A veces siento como si todavía pudiese estar conmigo, a mi lado, durmiendo con su respiración en mi nuca. Pero solo son simples deseos de...