Díez: ¿Conejito 🐰?

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Kedamono tenía que admitir que su pequeño conejo era muy lindo

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Kedamono tenía que admitir que su pequeño conejo era muy lindo.

Tenía unos bigotes largos, con un color de pelo un rubio claro que lo había ver aún más adorable de lo que ya era.

Acarició las orejas de éste, mientras caminaba a su habitación y echar a el pequeño animal en la cama que le compró.

Mientras que daba un pequeño bostezo, para dejarlo descansar un antes besarlo.

Para que luego él se metiera en sus sábanas blancas, enrrollandose en ellas como si fuera una oruga y quedar profundamente dormido.

Después de un rato, Kedamono sintió algo removerse entre sus brazos.

Pero era algo pequeño y a la vez inquieto.

Abrio sus ojos de manera perezosa y mirar un pequeño animal peludo en su pecho, la cual hizo que sacará una pequeña sonrisa.

—No me vendría mal un compañero para dormir — hablo, dándole un beso en la nariz al conejo rubio y quedar profundamente dormido.

Por alguna extraña razón, cuando kedamono despertó, sintió unas grandes manos abrazarlo por la cintura.

Miro hacia atriba, observando un chico de pelos rubios, con orejas largas de conejo y que al parecer era un desconocido.

Kedamono nuevamente cerró los ojos y dormir de nuevo hasta que...

Se dio cuenta de lo que pasa y abrió sus ojos de manera muy grande.

—¿Pero que demonios? — dijo con voz ronca el humano, sobando sus ojos, para verlo mejor.

—¡Buenos días, keda! — dijo muy alegre el conejo con una sonrisa, plasmada en su rostro.

La cual el humano, siguió con la cabeza en blanco, para luego darle un golpe muy duro en la cara del descontento, haciendo que este se callera de la cama

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La cual el humano, siguió con la cabeza en blanco, para luego darle un golpe muy duro en la cara del descontento, haciendo que este se callera de la cama.

Haciendo que el rubio sacará un jadeó molesto y hacer una mueca.

Kedamono cuando iba a protestar, se dio cuenta de que su mascota no estaba, miro su alrededor, pero no encontró nada causando que se asuste.

—¿!Quién eres?— grito levantándose de su cama con brusquedad y mirarlo —¿!Donde esta mi conejo!? —

El rubio lo miro extraño, para luego sonreír.

—¿Aún no te das cuenta, verdad? — contestó elchico hacercandose.

Pero el humano, para luego ver cómo este se lejana muy sustado.

—¿!Donde esta?! —dijo en forma muy desesperada el humano dejando sorprendiendo a el híbrido sobre cómo se preocupaba por el.

Saco una risa tierna, por la preocupación de este.

—Bien, tapate los ojos — aclaro sin sacra esa sonrisa, dejando confundí a kedamono, ya que aún no confiaba en el.

—¿Porqué debería confiar en tí? — pregunto desafiante, haciendo gruñir a el rubio por su comportamiento.

—¿Quieres ver a tu conejo o no? — pregunto con un tono más molesto.

Kedamono hizo una mueca, para luego taparse sus ojos de manera lenta, por la desconfianza que le tenía a ese chico.

Pasaron unos segundos, las cuales no pasaba absolutamente nada.

—De acuerdo puedes abrirlos — dijo finalmente, haciendo que el humana los habrá rápidamente.

Pero lo deja confundido al ver que el rubio ya no estaba, pero eso lo calmo un poco porque al menos ese posible ladrón ya no estaba en su departamento.

Suspiro pesadamente, para luego sentir algo peludo removerse entre sus piernas.

Miro hacia bajo y se encontró con su pequeño conejo, dándole pataditas sueves.

Kedamono sonrió al ver que su mascota estaba sana y salva, la cual lo recogió, recargando lo en sus brazos.

Pero de repente su pequeño cuerpo peludo empezó a hacerse aún más grande de lo que ya era, dejando confundido a kedamono, que no pudo sostener el equilibrio y se calló con el animal ensima.

Alzó su mirada encontrándose con el chico desconocido ensima suyo con unas orejas largas y una gran sonrisa estúpida en su rostro.

Boo~ —solto el conejo híbrido.

Haciendo que kedamono reaccionara al instante a eso, aún más confundido.—¡Pero que demonios! — terminó de decir sin poder creerlo.

—¡Pero que demonios! — terminó de decir sin poder creerlo

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Esperen la segunda parte del último capítulo :]

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