Capitulo 2

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Deben estar dormidos

Yukari tenía sus sentimientos revueltos. Se sentía sorprendida, molesta y triste.

Quería seguir a Jin pero sabía que no era la mejor idea, por lo que no le quedó de otra más que tomar a Miyubi y llevarla a su habitación junto con Kurumi.

-"Estúpido Jin, Como pude enamorarme de alguien tan egoísta?"-Pensó la koala mientras cargaba a Miyubi en su espalda-"Está bien que esté molesto, pero esa no es razón de desquitarse conmigo. Lo mejor será olvidarme de ese idiota"

Yukari quería convencerse a si misma de que lo olvidaría, pues ella sabia que si bien había justificación para su molestia no existia razón de que este le gritara y la tratara de una forma tan cruel. Pero sinceramente, no estaba del todo segura de que lograría dejar de querer al humano.

Mientras tanto con Jin

Jin después de abandonar el salón de su forma tan excéntrica se dirigió a la enfermería. El no quiso remover muchos cristales porque no sabía si podía hacer algo mal y terminar aún peor.

-"Creo que me pase un poco"-Pensó el castaño-"Que digo un poco, me excedí con Yukari, después tendré que pedirle perdón. Dios mío cómo duele esta mierda, al menos ya llegue a con el enfermero"

Toco la puerta con su mano izquierda rezando por que hubiera alguien. Finalmente esta se abrió para que este pudiera pasar.

-Dios mío!-Cuestiono con sorpresa el encargado de enfermería-Qué te pasó muchacho?

-Un accidente. Estaba calando cuanto se puede apretar un vaso hasta romperse-Dijo con un tono sarcástico a lo que el encargado le contestó con una carcajada.

-Muy bien hijo, dejémonos de payasadas que esto es serio.

Jin entró y el enfermero le hizo una señal para que este se recostara en una camilla. Luego procedió a retirar cuidadosamente los cristales y desinfectar las heridas.

-Dime, eres Mazama, el humano del club de cocina, Verdad?-Preguntó mientras se levantaba de su asiento.

-Si... Soy yo... Cómo sabe eso?

-Por dos cosas, siempre escucho hablar de ti y porque eres el único humano macho en toda la academia-Hablaba mientras se dirigía a un cajón donde sacó unas vendas.

Jin se dio cuenta de que era algo totalmente lógico.

-Y no hubo nadie herido aparte de ti?-El enfermero camino y se sentó en su mismo lugar.

-No... Yo fui el único que se lastimó.

-Y tus compañeros no te llevaron a la enfermería?-Comenzó a ponerle el vendaje.

-No la deje... Más por estupidez que por otra cosa...

-Una hembra eh? Ya veo... Al menos ahora no tendrá que preocuparse...

-Supongo...-Dijo con algo de culpa.

-Ya terminamos chico. Hablaré con tus profesores para que te den un trato especial en las clases. Lo único que te recomendaría es que te olvides de mover mucho tu mano, así que nada de cocina ni de hacer la de Vladimir.

-Yo no aplico la de Vladimir...-Añadio algo incómodo mientras se paraba de la camilla y se dirigía a la salida.

-Eso dicen todos los jóvenes. Muy bien Mazama, puedes retirarte. En verdad, cuídate.

Lo bello y lo complicado del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora