Siete.

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Seth y yo entramos al local de la mano. Eran las 5 pero no había nadie. Jason estaba sentado en el mostrador negro con el celular entre las manos y los pies colgando, alza la vista cuando nos escucha y me sonríe.

-¡Alice!- se baja de un salto y se acerca para besar mi mejilla
-Hola- sonrío
-Oye, ¿puedes quedarte aquí y atender a la gente que llegue? Necesito que Seth me ayude con algunas cajas ahí atrás
-Eh- miro a Seth pero él está mirando a Jason- está bien

Ambos desaparecen por una puerta negra y me siento en la silla detrás del mostrador. Frunzo el ceño cuando me concentro en la horrible música que sonaba, muevo el mouse y el monitor cobra vida. Entro a YouTube y cambio la canción por Love Machine de ArcticMonkeys.

Mi mirada se centra en la parte superior del mostrador que está llena de piercings de todos los tamaños y colores. A mi izquierda habían dos sillones negros y en el medio una mesita color café, sobre ella había un libro negro y grueso algo destruido. La pared a mi derecha estaba cubierta totalmente por un espejo y del techo colgaban parlantes y una lámpara que parecía de mansión. No quiero pensar de dónde saco Jason todo esto.

Levanto la mirada cuando escucho la puerta crujir, dos chicos entran caminando como si sus exagerados músculos les incomodaran. El primero es morocho y muy alto, tiene una mandíbula bastante pronunciada y lleva los puños apretados. El segundo es mucho más bajo, más bajo que yo, tiene una musculosa blanca resaltando sus brazos y su cabeza está rapada.

Ambos me miran con el ceño fruncido y soltando un suspiro les sonrío.

-Hola, ¿en qué les puedo ayudar?- el morocho alza las cejas
-¿Tú me vas a tatuar?- se apoya en el mostrador sonriendo de costado
-No, los chicos están atrás- señalo con mi pulgar la puerta a mi espalda
-Oh

Volteo a ver cuándo la puerta se abre. Jason entra con la mirada en el piso pero una sonrisa se forma en su cara cuando sube la mirada y ve a los dos posibles clientes. Se acerca al mostrador y pasa su brazo por mis hombros.

-Hey, chicos ¿vienen por un tatuaje?
-¿Es tu chica?- el morocho me señala
-Es la mía- la voz de Seth suena dura. Toma mi cadera alejándome de Jason y reprimo una sonrisa cuando suelta el humo de su cigarrillo hacia el chico
-Les mostraré los diseños- Jason aguanta la risa mientras guía a los dos chicos hacia el libro enorme y gastado.

Mi mirada se vuelve a concentrar en los piercings y rio cuando Seth acaricia mi estómago.

-Quiero hacerme uno- hablo
-¿Un piercing?- da una calada a su cigarrillo
-Sí, aquí- mis manos viajan a mi ombligo pero terminan atrapadas por las suyas- me gusta ese- suelto mi mano derecha de su agarre y señalo el piercing plateado, tenía una pequeña piedrita color verde arriba y una estrella del mismo color colgaba de la parte de abajo
-Los que cuelgan no- suelta el humo- esté me gusta- su dedo señala un piercing común, es color plateado y tiene dos piedritas color azul- combina con tus ojos- susurra y sonrío
-Ese me gusta
-¡Seth!- llama Jason y él me suelta-¿puedes empezar con él?- golpea el hombro del chico morocho
-Claro, sígueme- ambos se pierden en la puerta negra a mi espalda

Jason y Seth se pasan las siguientes siete horas en la pequeña sala mientras los clientes entran y salen todos felices con sus tatuajes o piercings. Hace ya dos horas que están tatuando a un grupo de chicos que quieren el mismo tatuaje en la pierna. No sé por qué tardan tanto, no era tan grande y solo eran cuatro adolescentes con un permiso de sus padres seguramente falso, pero, el lugar tampoco seguía tantas reglas como para que les importe.

Hoy me había levanta a las 7 a.m. para poder estudiar ya que el lunes rendía un examen, recién eran las doce, no era tan tarde pero estar sentada sin hacer nada me aburría demasiado.

Cruzo mis brazos sobre el mostrador, me había aprendido de memoria los distintos piercings. Había elegido uno nuevo para el labio de Seth y había estado admirando el que eligió para mí.

Apoyo mi barbilla en mis brazos y miro la puerta, la noche era oscura y no parecía que nadie esté interesado en entrar para tatuar su cuerpo. Escondo mi cabeza entre mis brazos, sólo descansaría los ojos un segundo.

(...)

Lo primero que veo al despertar es que estoy durmiendo sobre un pecho desnudo. Reconozco al instante los diversos tatuajes en los hombros y pectorales. Me levanto apoyándome en mi brazo, Seth está completamente dormido. Su cabeza está mirando hacia la derecha y su boca ligeramente abierta.

Miro hacia abajo, traía una remera negra que no era mía y Seth sólo llevaba calzoncillos. Miro alrededor descubriendo el ropero de madera lleno de grafitis y el piso alfombrado de color azul oscuro. Estaba en su habitación.

Con cuidado de no despertarlo bajo de la cama y salgo de su cuarto. Abro la puerta frente a mí pero la cierro al instante al descubrir a Jason durmiendo en su cama completamente desnudo. Sacudo mi cabeza borrando su imagen y camino hacia mi derecha hasta el baño.

Lavo mi cara y ato un rodete sin necesidad de un colín. Salgo de nuevo entrando en la habitación. Seth me sonríe mientras prende sus jeans.

-¿Quieres desayunar?- asiento y pasa una remera azul por su cabeza
-¿Cómo llegué aquí?
-Te dormiste sobre el mostrador o te desmayaste, no pude despertarte- alza los hombros y me rio

Salimos de su habitación hacia la cocina, el lugar era mucho más grande que mi departamento. Tenía un sillón color marrón, una mesa color café y un plasma en lo que sería la sala a mi izquierda y a mi derecha una barra que dividía la cocina.

Me siento en una de las sillas blancas mientras observo como Seth se mueve de aquí a allá sacando tazas y preparando café.

-¡Alice!- escucho el grito de Jason
-¡Jason!- contesto de la misma manera y él ríe
-Sólo quería saber si debía vestirme- ahora Seth y yo reímos

Desayunamos los tres juntos mientras Jason no deja de reír porque vomité cuando besé a Seth. Hablamos de la universidad e intenté convencer a Jason de que entrara pero se limitó a decir que primero quería sacar flote su local. Después de desayunar Seth me lleva de vuelta a casa en su moto. Esta vez sí me aferro a su cintura.

En la semana que había pasado después de su "propuesta no tan Seth", como él la llamó, había decidido intentar evitar que los recuerdos llegaran a mi mente. Seth había mantenido cierta distancia limitándose a hablar por mensajes hasta ayer, que me invitó a la tienda de Jason.

Detiene la moto frente a mi edificio y me bajo.

-¿Quieres hacer algo esta noche?- su pregunta me toma por sorpresa
-¿Cómo qué?- rasca su nuca sin mirarme
-Hay una carrera esta noche, me gustaría que vinieras
-¿Sigues en eso?- arrugo la nariz y él por fin me mira
-Si no quieres ir, no importa
-No, es solo que... creí que lo habías dejado. Iré- sonrío apenas
-Bien, paso por ti a eso de las diez- me acerco dejando un beso en su mejilla

Cruzo la calle y subo los escalones entrando al edificio. Cuando conocí a Seth, es decir, cuando él cursaba su último año de secundaria y yo el primero. Él y Jason estaban metidos en las carreras de motos, nunca me gustó la idea de que hiciera esas cosas ya que varios morían haciéndolo pero iba a apoyarlo todos los sábados junto a Megan.

En nuestro último año de relación Jason tuvo un grave accidente y estuvo internado varios meses, casi pierde su pierna izquierda. Ambos dijeron que iban a abandonar las carreras desde entonces. Me sorprendía que corriera de nuevo.

Tomo mi celular mientras me siento en el sillón y escribo un mensaje para Megan: esta noche Seth corre, vienes conmigo? Su respuesta llega segundos después: Sigue en esa mierda?. Está bien, pero iré con Jake

Le contesto con una carita feliz y le envío otro mensaje a Seth avisándole que Megan y Jake vendrán con nosotros.


You Can't Erase The Past.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora