Quince.

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Seth había manejado hasta detenerse en el bosque por el simple hecho de que yo dije que me daba miedo. Llevó el auto hasta que no cabía más entre los árboles y me ayudó a subir al capó.

Mientras que él estaba concentrado en las estrellas con las manos sobre el estómago yo apretaba lo más que podía mi cuerpo. Me estaba congelando y mi cuerpo no paraba de temblar.

Seth voltea a verme con una sonrisa pero la borra apenas me ve.

-Por dios Alice- se baja de un salto

Me levanta en brazos y me lleva a la parte de atrás del auto. Se sube después de dejarme y cierra la puerta. Me coloca entre sus piernas y me abraza mientras sus manos soban mis brazos. Estamos así por un rato hasta que mis dientes dejan de castañear y el temblor se detiene.

-¿Mejor?- besa mi cabello

-Sí

Me siento bien y luego trepo hasta quedar sobre su regazo. Me mira sonriente y mi mano acaricia su mejilla derecha. Mis ojos se concentran en los suyos mientras delineo su mandíbula con un dedo. Acaricio su nariz y peino sus cejas. Siempre me impresionaba lo hermoso que era. Paso mis dedos por sus labios y el besa mi pulgar.

Dejo mis manos en su cuello y se estremece porque están heladas. Inclina su cabeza a la derecha y presiona sus labios con los míos. No puedo explicarlo porque realmente no sé cómo hacerlo.

Es como cuando te sientas mucho tiempo sobre una pierna por mucho tiempo y aparecen esas especies de "hormigas". Esa misma sensación recorre todo mi cuerpo cada vez que su labios tocan los míos, poniendo mi piel de gallina.

Mis manos suben hasta su nuca y acaricio los cortos cabellos que él rapaba. Estos pinchan mis dedos y sigo mi camino hasta la parte de arriba.

Todo se resume a besos. Me besa hasta que nuestras lenguas conocen cada rincón de la boca del otro, hasta que nuestros labios se hinchan. Besa mi cuello y clavícula y yo beso cada rincón de su cara. Besa mis dedos y vuelve a unir nuestros labios.

Mis manos encuentran su moño y de un tirón lo desato tirándolo lejos. Sus dedos desprenden los dos botones de su saco y lo saca por mis hombros. Comienzo a besar su cuello mientras desprendo los botones de su camisa.

Mis manos pasan por sus hombros sacando la camisa. Contemplo su abdomen. Seth no tenía un gran físico, era bastante flaco pero no hasta el punto que podías ver sus costillas. Su pecho y brazos estaban cubiertos por tatuajes tanto de colores como negros.

Paso mi dedo por cada uno de ellos y vuelvo a alzar la mirada. Encuentro sus ojos que me miran atentos. Su iris se ha oscurecido y sus pupilas están dilatadas. Nuestros pechos suben y bajan con la respiración agitada. Vuelve a unir nuestras bocas y sus manos acarician mis piernas subiendo por mis muslos hasta que dejan mi vestido en mi cadera.

Sigue subiendo acariciando la piel que dejaba ver hasta que llega a mi espalda. Sus manos corren mi cabello sobre mi hombro derecho y sus labios atacan mi cuello. Presiono mis manos en sus hombros.

-No me marques- lo empujo hasta que su rostro queda frente al mío

-Así los idiotas se alejarán- susurra

-Puedo decírselos- me sonríe

Vuelve a besarme y sus dedos juegan con el botón en mi espalda. Desprende el primero y me alejo.

-No- su ceño se frunce

-Está bien- habla despacio y sonrío

-Es el auto de Jason- beso su nariz

-Tienes razón, puedes contagiarte alguna enfermedad de solo abrir la puerta

Vuelvo a besarlo pero no puedo porque él estalla en carcajadas por su propio chiste. Lo miro sonriente, me encantaba cuando reía. Se veía más joven y mi corazón se achica. Lo extrañaba tanto.

Extrañaba que esté conmigo, extrañaba poder decir que es mío y escucharlo decir "es mi novia". Extrañaba besarnos como lo estábamos haciendo, extrañaba reírnos, extrañaba nuestras salidas, nuestras peleas y reconciliaciones. Extrañaba todo de él y todo de nosotros. Extrañaba como era cuando estaba con él.

-Seth- detiene su risa- bésame

Sin protestar toma mi cara entre mis manos y comienza a mover sus labios.

(...)

Entro a mi departamento y me saco mis zapatos. Los tiro por algún lugar de la sala y avanzo hasta mi habitación con los ojos cerrados. Dejo mi bolso sobre el escritorio y me lanzo a la cama.

-¿Dónde estabas?- murmura alguien

Doy un grito y ruedo cayendo de mi cama sobre mi trasero. La rubia cabellera de Megan cae casi hasta el piso cuando se asoma por el colchón.

-¿Estás bien?- pregunta y aprieto mi pecho en un intento por calmar mi corazón

-¡Casi me matas!- le grito

-Te llamé un millón de veces, comenzaste a preocuparme- paso una mano por mi cara y me levanto- no, no, no- levanta su palma hacia mí cuando quiero acostarme

-¿Qué?

-Es un vestido muy caro para que duermas con él

Ruedo los ojos y me alejo de mi cama. Desprendo los botones de la espalda y lo saco por mis pies. Los doblo y lo dejo sobre el bolso en el escritorio. Me saco mi sostén y Megan me lanza la remera negra que le había robado a Seth de debajo de la almohada.

Me coloco la holgada remera y tiro mi cabello hacia adelante para después atarlo en un rodete. Apago la luz y me acuesto aun lado de Megan.

-Te diría que te saque el maquillaje- la interrumpo

-Vete a la mierda- me volteo boca abajo abrazando la almohada

-Pero me mandarás a la mierda- completa y le sonrío con los ojos cerrados

You Can't Erase The Past.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora