Recuerdos de un chico bajo la lluvia

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POV (Joe)

Me alegra llegar a casa, el día paso de un hermoso romance a una tortura de mis remembranzas. Me duelen los pies de tanto caminar, y mi cara esta estropeada por el maquillaje, realmente "divina".

Joe tomo un bote de helado dirigiéndose a su cama, le brotaban lagrimas, lo suficiente para tener los ojos rojos e hinchados.  Prendió el televisor y comenzó a divisar el pasado turbio que la atormentaba en fechas poco constantes. Presiono sus palmas fuerte, frotando una contra la otra, miro al frente y suspiro hondo.

Como te extraño. Todavía te recuerdo querido amigo, estabas sentado en el suelo como indigente. Si, en un día lluvioso como el que parece aproximarse. Solías ser un loco altanero que simplemente me callaba con argumentos, por muy molesta que fuese.

_ ¡Oye, te vas a enfermar si sigues aquí! Me estas escuchando ¿o eres sordo?

_ ¿Y como piensas ayudarme pequeña? si tu estas en una situación peor que la mía.

Es verdad, ofrecí ayuda pero ni siquiera tenia para comer. Fue gracioso porque su estomago comenzó a sonar, yo reí a carcajadas y después el mío emitió el mismo sonido. Quede como una tonta, aunque incluso los que vivimos en la calle teníamos un poco de dignidad.

_Sígueme muchacho, vamos a conseguir algo de comer

Tenia tanto miedo de ofenderlo si lo llamaba "señor" que mejor lo llame "muchacho". Aunque no era tan grande edad, quería ser formal con todo el mundo, por si algún día resultaba ganar la lotería y consigo tener que aprender modales.

_¿A donde vamos?

_Ven muchacho, tengo un dinero ahorrado. Tal vez podemos apostar.

Lo lleve a un bar donde la gente no muy pobre se reunía, clase media baja para ser específicos. Si me preguntan, la mejor comida de basurero de la ciudad, pues los grandes restaurantes preferían alimentar a los perros antes que a los apestosos vagabundos. Había un viejo barbón que se creía demasiado por su supuesta suerte, aunque yo sabía muy bien que hacia trampa junto a las meseras. Entre sin miedo aquella vez, mis gastados zapatos sintieron el calor de la madera caliente, y mis pies fríos la calefacción del suelo.

_Quiero jugar dije y saque 7 dólares de mi sudadera sí usted gana puede hacer de mi lo que desee.

_ ¿Y si tu ganas?

_Me dará su billetera, además de sus fichas de juego.

_Muy bien andrajosa, espero estés acostumbrado a los tipos grandes como yo. Te are gritar tanto que desearas no haber pedido la revancha.

Ese hombre me daba asco, además de estar barbón, era viejo y gordo. Podía oler lo agrio de sus axilas mesclada con su colonia barata de super mercado. Tu, mi querido amigo, solo mirabas con atención.

Comenzamos la partida, como siempre él le había pagado al repartidor para hacer trampa y a las chicas para mirar por detrás mío. Me sentía un poco nerviosa, comencé a memorizar todas las cartas sin perder de vista ni un as. Dejar que un sucio gordo pedófilo me cogiera, no era de mi agrado. Después de un rato salieron sus combos ganadores y por mi parte yo tenia los míos bajo el sucio guante roto color azul.

_ ¿Lista niña? lo dijo con una sonrisa gigante en el rostro, con esos dientes amarillos por el tabaco.

_Lista

Ambos mostramos vuestro juego al mismo tiempo. Azotamos las "queens" y "flores" sobre la mesa.

_Has echo trampa, no había forma de que ganaras pequeña bastarda.

Near y la chica problemas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora