Near y la chica problemas.

Pretendientes

Ambos siguieron al anciano que se desplazaba lento por las calles. No entablaban conversación alguna, su nerviosismo era terrible y las manos les sudaban.

_Demasiado calor — dijo Nate — odio el sol.

Hollywood era increíble, o de menos la zona. Tenia variedad de restaurantes con diversas temáticas: Harry Potter, video juegos, futbol americano, e inclusive con temas de gatos. No entraron a ninguno de los mas fantasiosos, de hecho eligieron una heladería de los años 20s. Servían gran variedad de sabores, desde limón hasta "unicornio". ¿A que sabe un unicornio?

Caminaron hasta la tercera mesa del local y tomaron asiento. El menú era colorido, los manteles rojos a cuadros.

_Y bien ¿Qué pedirán? escoge lo que mas te guste Near. El viejo y yo somos clientes frecuentes, aseguramos la calidad. ¿Usted, que va querer?

_Ya sabes el sabor que me gusta pequeña. Muchacho ¿de que te apetece probar? — dijo el hombre bastante amable.

_Limón

_Muy bien señores, vengó en un momento mientras hago el pedido. Solo espérenme y no hablen mal de mi — miro fijo al ojeroso — si, lo digo por ti bobo.

Y volvió la tranquilidad, la joven se había retirado muy contenta, daba pequeños brincos mientras caminaba a la vitrina. El la miraba embobado y con disimula, ciertamente miraba a la ventana aunque igual visualizaba su figura por el rabillo de sus glóbulos oculares. Formo una sonrisa tímida con los labios. Sus mejillas parecían tomates.

_Y dime ¿Qué te traes entre manos?

_¿De que habla ? — sonó exaltado, si que lo asusto con su pregunta.

_De que mas podría hablar, no te hagas el tonto. ¿Tienes un trabajo estable? ¿Un techo?

_Si

"¿Por qué me cuestiona? ¿acaso es un interrogatorio?" pensó.

_¿Cual es tu edad muchacho? — alzo las cejas — bueno ese no es el problema, mejor dime ¿no tienes alguna enfermedad genética o algo que te impida hacer tu vida diaria?

_¿Que?

_¿Eres casado o algo así?

_No señor ¿Por que...?

_¿Y que buscas en una mujer?

_No lo se

_Como que no sabes. Debes ser uno de esos chicos que se fijan en los sentimientos — carcajeo — claro, como si eso fuera posible.

_No señor, nunca me lo pregunte, pero supongo que sería una chica tranquila, inteligente, educada y que pueda cocinar.

_Ja — parece aturdido — tranquila no es, educada tal vez, pero solo cuando le conviene. Cocina pésimo, es bastante inteligente. Al menos siempre te sacaría sonrisas y uno que otro enojo.

_No llegue a esas conclusiones señor, no tengo nada con Joe, además de que no es mi tipo.

Solo exhalo con pesar, era bastante tonto o muy orgulloso. Se le notaba el amor a kilómetros. "Estúpido" dijo para si mismo. A la pintora parecía caerle bien, y era mejor que uno de esos buitres que solían rondarla, mínimo tenia futuro.

_Muy bien, no te obligare a nada que tu no quieras muchacho, aunque yo imagino que deberías prestar mas atención si la amas. Solo observa, el chico de allá si que es un buen partido para ella.

Near hecha un vistazo a la barra de entregas, un chico bastante familiar esta con Joe. La hace reír con un chiste absurdo. Él se da cuenta de que un albino los observa, lo mira desafiante y la abraza.

_Parece que te esta retando — menciona el anciano con burla

_No tengo porque rebajarme — un vistazo mas — ella es solo una amiga.

La chica recoge su pedido y acerca a la mesilla, esta acompañada de un atractivo compañero, parece un modelo de ropa juvenil. Muestra los dientes y presenta a su nuevo invitado:

_El es James. James te presentó al hombre que me enseño todos sus conocimientos sobre el arte — estrecho su mano — y supongo que a Near ya lo conoces. Es mi pelusita blanca de la suerte.

_Mucho gusto. Hola Near — se acomoda al lado del peliblanco, susurra en su oído — apresúrate que esta hermosura de mujer tiene muchos pretendientes, caen como abejas a la miel. Observa y atento ¿ok? — mas veloz que Flash volvió a su posición, pico a Joe del hombro — ¿Podrías traerme unas servilletas? al parecer el mesero lo a olvidado.

_Claro no hay problema, ya sabes que aquí esta tu esclava — alego con sarcasmo. Se fue caminando hacia uno de los trabajadores, Nate seguía las instrucciones de James.

Ya devuelta con servilletas, la chica regreso no sin que antes un castaño de ojos verdes la detuviera para preguntar su nombre y teléfono. Negó la respuesta, no quería saber de romances hasta nuevo aviso.

Su querido vecino pidió todos los paños, verifico un poco y tomo la primera dándosela al albino. Era el numero del mesero.

_Lo ves — dijo victorioso—y espera unos segundos. Uno, dos, tres, cuatro — un rubio con muy buen bronceado y torso bien formado se acerco. Si que tenia buenas feromonas.

_¡Hey princesa! ¿te gustaría ir a la playa con unos amigos? tal ves pueda conocerte mejor y hasta seamos algo mas, ya sabes — sacudió su rubio cabello —"amigos"

_Si, ¿Por qué no?— lo dijo sin reflexionar el mínimo. La idea de la playa sonaba fantástica, la arena en sus pies y piñas coladas con vista al mar. Le brillaban las pupilas — pero, es que tengo una novia ¿puedo llevarla? — mintió.

_¿Novia? de eso no te preocupes, puedes invitarla. Mañana paso por ustedes, ya sabre como llegar.

_Pero ni siquiera sabes donde vivo, estas bien loquito.

_No te preocupes princesa, una vez pasando en mi coche te vi salir de un edificio de apartamentos. Se donde vives o al menos donde buscarte, nos vemos mañana preciosa — lanzo un beso — a lo mejor y te hago cambiar de parecer — se fue sin mas, Joe no puede replicarle nada. Se a ido.

Una extraña conversación, todos los presentes quedaron al estilo "WTF" sobre todo un celoso sin remedio. Era en serio que iría por ella a su casa. Deos, debería pensar mas antes de asegurar hechos.

_Mi querida niña ¿Qué harás? tienes una boca muy floja. No puedes ir sola con tantos hombres, seria peligroso, y mucho menos desvelar que eres hetero. Seria mas fácil para ellos si tienen malas intenciones — replico el abuelo con un gesto preocupado.

James interrumpió:

_¡Tengo una idea! yo podría ir contigo — vocifero — en cuanto a lo otro. Oye Near, que hermosos ojos tienes y que piel tan bonita

_Oye si. Que bonito eres Near.

En peliblanco no sabe si sentirse alagado o preocupado.