Capítulo 3: Mirada oceánica.

5.4K 445 365
                                    

"No pienses estupideces Tomioka, él solo está preocupado, como lo harían Tanjiro o cualquier otro" inmediatamente salió de esas ideas tontas.

—Shinobu volverá en dos días, ella se encuentra en una misión, pero yo estaré cuidando de ti, no te muevas, volveré con Kanzaki—Kyojuro retiró sus manos de Tomioka y salió de la habitación.

A la mañana siguiente, contra todas las indicaciones, el chico de ojos azules se levantó de la cama, Kyojuro aún estaba dormido, practicó dar unos pasos luego de tantos días en reposo total.

"Esto me va a dejar una cicatriz, no quiero una cicatriz", era un día muy melancólico para él, además, estaba atrapado en una ola de pensamientos que le trajo el recuerdo de su primer amor, un amor breve y limpio, que le había hecho feliz unos instantes cuando era apenas un niño.

"Cielos no quiero despertarlo, pero necesito saber algo importante y ya no puedo esperar tanto", con un poco de temor de acercó a la espalda del otro pilar, posó su mano izquierda sobre el hombro descubierto del rubio y lo movió ligeramente, pero no había respuesta. Se agachó un poquito para quedar a la altura de su oído y en un susurro—Ky...o—se acercó más—Ky...o.

Kyojuro abrió los ojos, tenía al mismo océano frente a él. Un poco desconcertado trató de volver en sí, levantó el rostro y estuvo a unos milímetros de chocar sus labios con los de Tomioka, por supuesto el pilar del agua se puso nervioso y retrocedió.

—¡Discúlpame!—estaba completamente sonrojado, tenía razón, no había sido intensional—lamento mucho esto, supongo es debido al cansancio, pero oye no deberías estar levantado y tampoco hablar, recuerda lo que dijo Shinobu.

"¿Estará cansado de mí?", en semblante del ojiazul ahora era un poco más serio de lo normal. Se las tuvo que ingeniar para preguntar aquello que le interesaba. Solo podía mover su mano izquierda, así que tocó su bata hospitalaria haciendo como si se pusiera algo encima.

—¿Quieres saber dónde está tu haori?—Giyu le respondió que sí haciendo un movimiento con su dedo—¡Ah! Tranquilo, los kakushi tienen todo.

"Los kakushi nunca se llevan nada, a menos que haya sido pérdida total, ellos siempre dejan nuestras pertenencias aquí" ¸algo malo estaba sucediendo y lo sabía. Kyojuro inmediatamente notó la preocupación y se levantó para tranquilizarlo, en un segundo estaban frente a frente.

—¿Piensas que podría estar perdido?—recibió respuesta afirmativa otra vez, acompañada de una mirada cuyos ojos azules que se ponían poco a poco vidriosos, como si lagrimas quisieran a salir de ellos.

"Vaya nunca había conocido esta parte de Tomioka, es muy emocional, podría jurar que siento su tristeza en mí, que raro, porque él nunca expresa nada, debe estar afectado por las drogas de Shinobu, pero está bien, me gusta, se ve tan... tierno".

Un instante pasó y sobre los hombros del pelinegro se posaron los brazos fuertes de Kyojuro, el rubio podía sentir el palpitar agitado de Giyu—No te preocupes, voy a investigar qué pasó con tu haori, te prometo que todo estará bien, ahora debes volver a la cama—le sorprendió percibir como lentamente ese corazón agitado se iba normalizando estando entre sus brazos, pero le sorprendió todavía más sentir como una pequeña mano se aferraba a él, tirando de su manga.

"No puede estar perdido, si algo le pasó ahora sí termino de morirme, soy un idiota. Lo tenía puesto, debería estar aquí", Tomioka apretó el brazo de Kyojuro, reflejando así la frustración de perder algo valioso.

Minutos después el mayor de los hermanos Rengoku al fin consiguió que el pilar del agua volviera a descansar, tenía el compromiso de cuidarlo y no quería fallarle a Shinobu.

El reflejo del aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora