El reflejo del agua

Capítulo 5: Debes cortar a Tomioka.

ALERTA DE SPOILER (POR SI NO HAN LEÍDO EL MANGA)

Akaza se puso furioso ante la llegada de los pilares, no estaba planeado pelear contra ellos, su misión era transformar y llevarse a Giyu sin más, de lo contrario la ubicación de Muzan podría ser descubierta y su plan de emboscar a los hermanos Kamado se vendría abajo.

La luna superior dos sostuvo con fuerza a Tomioka, quien para esos momentos ya era un demonio completo e irracional, lo único que sentía era el instinto de comer carne humana, razón por la cual forcejeaba para lanzarse sobre los pilares, pero este no lo iba a permitir, no solo por el hecho de terminar su misión, sino porque el chico le despertó interés desde que lo vio, sus facciones, su cabello, su mirada tan fría, lo tenían cautivado.

—No te vas a ir a ningún lado—dijo para sí mismo y para Giyu, pasando una uña alargada sobre los labios del mencionado.

—Hola Kyojuro—lo saludó Akaza con una actitud alegre—me encanta volver a verte, pero hoy no vine aquí por ti.

—Hablas demasiado—empuñó su katana—jamás permitiré que se lleven a Tomioka.

El ambiente estaba tenso, por un lado, estaban todos los hashiras listos para empezar una pelea, era la oportunidad perfecta para eliminar a esas dos lunas superiores, quizá tenían ventaja de ser ocho contra dos, sin embargo, tratándose de la luna superior dos y tres no sería fácil. Por el lado contrario, estaban Doma y Akaza, este último tenía una preocupación en mente, la misión estaba arruinada.

—No tengo ganas de pelear Akaza dono, ni siquiera tenemos órdenes de matarlos—se acercó sonriente y le tomó por el hombro con una mano, mientras que con la otra sostenía a al pilar. —Hay que irnos ya.

Esas palabras fueron lo que terminó de irritar al de rango inferior, quien se volteó y le propinó un golpe tan fuerte que separó al cazador de su lado. Su plan era fugarse, tras analizar la situación con calma, concluyó que iniciar una pelea no era lo adecuado, serían seguidos y el escondite de su amo estaría en peligro.

Lanzó un ataque para distraer a todos, Sanemi, Iguro y Gyomei lo contrarrestaron con sus alientos mientras Akaza iba donde Doma; Shinobu, Muichiro y Mitsuri corrieron tras las lunas, Uzui y Kyojuro fueron por Tomioka.

Akaza le ordenó a Doma distraer a los demás con suficientes clones de su arte demoniaco para poder escapar, este le obedeció y lograron irse por entre el bosque, dejando a los espadachines luchando con las esculturas de hielo.

—Uno de nosotros debería continuar tras ellos—Sanemi se dirigió a Iguro.

—Es complicado, ninguno de los tres ha podido liberarse de esto, son demasiados. Además, Tomioka...

—Terminemos con esto y volvamos con los demás—el pilar de la roca puso fin a la discusión, sabía que en ese momento era más importante su compañero que los demonios. Las dos chicas y Muichiro se sumaron al combate con los clones.

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Kyojuro y Tengen encontraron a Giyu cerca de un árbol, estaba de pie observando todo, como si su inconsciente humano hubiera salido por un momento. En cuanto se aceraron a él, su hambre despertó de nueva cuenta y se fue sobre el pilar de la flama, tirándolo al suelo, pero inmediatamente el de cabello platinado se lo quitó de encima, sujetándole ambas muñecas por la espalda con una mano y con la otra apretándole el cuello.

—Es una suerte que como demonio sea muy débil todavía, dado el hecho de que no se ha comido a nadie, admitiré que su aspecto desaliñado es muy extravagante—Uzui sonreía.

El pánico se apoderaba del rubio, ver al pilar del agua convertido en un monstruo era lo último que se esperaba, además, eso significaba muchas cosas, pero la que tenía en mente era la que más le dolía: Tomioka lo había olvidado.