Giyū esperaba emocionado el regreso de Kyōjurō, pues este había mandado un mensaje con Kaname días antes anunciando su llegada.
Durante todo este tiempo sus habilidades sociales mejoraron mucho, además el entrenamiento con Uzui le hizo volverse más asertivo, aunque aún sin fuerza, descubrió que podía comer ciertos alimentos y dominó un poco el cambio de color en sus ojos, así como el crecimiento de su cabello.
Tengen nunca le permitía sentirse triste o menospreciarse, siempre le hacía ver lo bueno que había en él, la influencia del expilar en su vida diaria surtía efectos.
En ocasiones Suma le enseñaba a cocinar algunas cosas, Makio a defenderse y Hinatsuru a autoconocerse. A esta última le tomó más confianza, pues fue quien regularmente lo encontraba un poco deprimido y le ayudaba a calmarse.
El sol recién se había ocultado, permitiéndole al demonio salir de la mansión. El clima de la primavera era cálido, las noches se sentían tibias y le gustaba aprovechar su único momento seguro para salir al exterior.
El ex pilar del sonido le dijo que aprovechara ese tiempo para canalizar su energía, Tengen quería que Giyū volviera a ser capaz de utilizar su respiración, pero siendo el un ninja y además con un estilo diferente, las cosas se complicaban.
Meditaba en total calma en el jardín, tenía los ojos cerrados e intentaba concentrarse y no pensar en nada, pero no había resultados. "Si hubiera algo importante que recordar, supongo que ya Kyo ya me lo hubiera dicho" se sentía algo impaciente, las últimas noches tenía sueños con personas desconocidas.
"No pienses, no pienses, no sientas... nada". Abrió de golpe los ojos, pues en ese instante una imagen distorsionada llegó a su mente. "No creo que Kyōjurō haga eso".
Su atención fue captada por el aleteó enérgico de un cuervo, alzó la mirada y pudo verlo venir, pero no volvía solo. Entró a la mansión llamando a alguien por ayuda.
Todos los miembros de la familia Uzui corrieron en auxilio, Giyū esperó paciente en el jardín.
El pilar de la llama regresaba, con el pilar del insecto inconsciente entre sus brazos. Ninguno estaba herido, pero había claras señales de cansancio en sus rostros. Tengen se llevó a Shinobu adentro y el rubio permanecía afuera siendo atendido por las kunoichis.
—Kyo —Giyū se acercó —¿estás bien? —sujetó el rostro de este, buscando alguna herida.
—Estoy bien —respondió más serio de lo normal, apartando las manos de este —no te preocupes.
Shinobu estaba enferma y necesitaba atención urgente, el camino de regreso había sido largo y llevaba dos días con alta fiebre. La mansión de Tengen quedaba más cerca que la finca de las mariposas, por lo cual optó en llegar ahí antes.
Una vez dentro, Hinatsuru se encargó de revisar a Rengoku. Los demás permanecieron fuera de la habitación esperando noticias, pues el ex pilar estaba atendiendo a Kocho.
—Tranquilo, ellos están bien —le dijo Suma a Giyū al notar en él claros signos de ansiedad.
—Solo estoy preocupado.
—Estarán bien —sonrió —supongo que en casa de la señora Tamayo le tomaste cierto aprecio a Kocho San ¿verdad?
—Sí, Shinobu ha cuidado de mí.
Tiempo después finalmente salieron, a excepción del pilar insecto, y se reunieron en el comedor para cenar juntos.
Giyū tomó lugar al lado de Kyōjurō, intentaba controlar su impulso por abrazarlo y decirle cuanto lo había extrañado. Simplemente recargó su codo sobre la mesa y apoyó su mejilla en la mano, lo observaba y se perdía a sí mismo en ello.
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El reflejo del agua
Hayran KurguGiyū se interpuso al ataque de Akaza en el Tren Mugen logrando así salvar la vida de Kyōjurō, aún a costa de sacrificar la suya. Por desgracia esto resultó en noticias buenas para algunos y malas para otros, porque había un demonio más observando de...