faltan dos días para el catorce de febrero y necesito el regalo de sunghoon lo antes posible o me volveré loco.
había ahorrado un poco para poder comprar el maldito peluche. hace unos días me di una vuelta por el centro comercial y si que cuesta mucho.
por suerte tengo el dinero suficiente para poder comprarlo. eso si, no puedo meter semejante peluche en su casillero ya que es gigante, podría dejarlo en su salón.
hoy estoy de vuelta en el centro comercial para por fin comprarlo, me dirigí a la tienda en la que lo vi y finalmente el peluche esta en mis manos.
literal el peluche me tapa la vista pero como lo bobo que soy no lo moví, por no haber apartado el peluche de mi vista choque con alguien, no fue un choque en el que los dos hayamos terminados en el suelo, fue un choque suave.
― ¿por que no te fijas...? ah jisoo ¿en serio eres tan tonta como para no quitar ese gran oso de peluche de tú vista?
― ¿me los dices a mi, y tú qué sunoo? ―río.
cierto.
― uy bueno pues, perdón ―me acomodé mejor el peluche entre los brazos― ¿y eso para quién es? ―pregunté mirando un gran oso gigante.
― el viernes es el último día para los regalos y bueno debo darle este regalo a mi próxima novio ―rió falsamente― ¿te olvidaste?
― ¿y por qué crees que tengo este gigante oso de peluche?
― uy bueno pues, perdón ―me imitó― ven, entremos a la cafetería ―dijo para tomarme del brazo y jalarme hasta la cafetería.
jisoo buscó una mesa y al parecer la consiguió enseguida.
― ¿una mesa para cuatro? ―frunci el ceño.
― piensa en los peluches, ellos necesitan un lugar cómodo para sentarse, además no deben de ensuciarse ―comentó acariciando el oso gigante que tiene al lado de ella― iré a buscar nuestra orden.
a veces las cosas que dice ella me sorprenden tanto, no se si seguir con esta amistad o que. solo espero que no traiga cafés para los peluches sino sería el colmo.
espero que el regalo de sunghoon valga la pena, me gasté mucho dinero en este maldito oso.
― aquí vine ―por suerte solo trajo dos cafés― te contaré de la cita con eunwoo.
― suelta el chisme ―exigí.
― bueno, primero fue normal, hablamos tranquilos y me dijo que ansiaba mucho que lo invitara a salir, también me 'confesó' que le gusto ―contó― todo bien hasta que a al niño se le empezó a subir la calentura y me comencé a sentir incómoda ―comentó con un semblante de trauma― y como excusa le dije que debía cuidar a los peluches que tenía en casa y salí corriendo.
― eunwoo esta loco ―admití dándole un sorbo a mi café.
―si, la verdad si ―dijo sonriendo.
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