con los chicos acordamos (o bueno... acordaron ellos mismos) salir a una fiesta en la casa de jaehyun, este mismo nos invitó a todos. sus fiestas son demasiado conocidas en toda la escuela, todos los alumnos van.
igualmente... ¿por qué ese tipo siempre hace fiestas? jamás lo entenderé.
yo no soy de ir a fiestas, pero mis amigos son los que me arrastran y llevan a la fuerza, así que no tengo de otra.
digamos... estar rodeado de adolescentes escandalizados, música alta a todo lo que da a punto de romperme los tímpanos, extremo olor de distintos tipos y clases de alcohol y podría seguir.
¡es un ambiente detestable, simplemente es un no rotundo!
me encuentro leyendo una revista en la sala hasta que escucho que tocan el timbre de manera insistente. me levanto del sillón malhumorado y me dirijo a la puerta.
― hasta que abres ―habló heeseung abriendo la puerta de mi casa y adentrándose.
― pero si tu la... da igual ―finalice para cerrar la puerta y volver a tomar mi asiento en el sillón― en fin, ¿a qué viniste?
― pues a arreglarte para la fiesta, duh ―tomó mi mano haciendo que me parara y comenzó a arrastrarme hacia mi habitación― ¿acaso no piensas ir?
no.
― sabes como soy.
― pero irá sunghoon ―me arrebató la revista para revolearla a quién sabe donde y me guiñó un ojo. se dirigió hacia mí ropero y comenzó a sacar toda mi ropa y dejándola encima de mi cama― y eso significa que tendrás que cuidarlo porque sabes como se pone cuando bebe.
es cierto. cuando sunghoon bebe mucho alcohol no hay nadie que lo pueda cuidar como yo.
― ¿o sea que estoy obligado a ir?
― vamos a arreglarte ―asintió mirándome con obviedad― por dios ¿cómo puede ser que tengas tanta ropa preciosa y no tengas la decencia de ponertela para una fiesta? para eso obsequiamela a mi ―refunfuñó.
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ya nos encontramos en la gran mansión de jaehyun. los demás nos confirmaron que ya estan aquí, solo tenemos que buscarlos.
estuvimos menos de diez minutos buscándolos hasta que los vimos sentados en una mesa rodeada de puro alcohol, en especial sunghoon.
de los nueve yo soy el único "tranquilo" que no toma casi nada y cuida de los demás junto a jake y ni-ki. odio mucho el alcohol, odio estar en fiesta y sobre todo odio estar rodeado de adolescentes alcoholizados al tope.
me senté al lado de sunghoon ya que heeseung me obligo. el pobre ya esta algo ebrio, dudo mucho de que mañana se acuerde de algo.
estoy realmente aburrido. todos han salido a bailar a la pista excepto yo. estaba a punto de dormirme hasta que una mano tocó mi hombro logrando que abra mis ojos y me exalte. me tranquilicé al ver que se trata de jiwoo.
― ¿por qué no estás bailando, sunoo? ―inquirió tomando un poco de su bebida― se ve que estás aburrido.
― sabes como soy, solo vengo a la fuerza.
― eso sí, pero deberías divertirte ―que sus ojos estén mirándo los míos me ponían un tanto nervioso, pero no me incomoda, no son los nervios de que la chica que me gusta me está viendo sino nervios normales cuando te hacen contacto visual― ups, creo tu amigo está totalmente ebrio ―contó con un tono de preocupación. rozó su pierna con la mía, giré mi cabeza para mirarlo y este indicó con un pequeño movimiento a mi amigo.
oh no.
ahí esta sunghoon totalmente ebrio sentado en el piso balbuceando quién sabe que. me alarme levantándome con prisa y dirigiéndome hacia sunghoon. lo levanté como pude y me lo llevé fuera de este lugar.
tenía suerte de que había traído mi auto y no estoy ebrio, sino, quien sabe dónde estaríamos ahora. lo senté en la parte de atrás del auto y poniéndole el cinturón para que no ocurriera ningún accidente.
ya dentro arranqué el auto. decidí llevarlo a mi casa porque no me gustaría que sus padres lo encuentren en ese estado. todo tranquilo hasta que por el espejo retrovisor veo a sunghoon todo manchado de su propio vómito, bien, ahora todo mi auto está embarrado de su vomito, asco.
no tardamos mucho en llegar a mi casa ya que queda algo cerca de la de jaehyun. al ya cerrar la puerta de mi casa sunghoon se tiró al sillón algo adormilado. creo que lo mejor será bañarlo un poco, cambiarle y prestarle de mi ropa.
lo llevé hasta el baño que esta en mi habitación y le lavé un poco la boca y cuello ya que tiene bastante vómito
¡mi casa apesta a vómito!
luego de secarlo me tomé el atrevimiento de sacarle su pantalón y playera para ponerle una pijama mía.
― gracias... ―susurró en mi oído logrando que mi cuerpo se tense totalmente.
¿está consciente de todo?
ignoré lo que dijo y lo acosté en mi cama, haciendo que se durmiera totalmente al instante. no sé si acostarme a un lado de el o irme a dormir a la sala.
y sí, opté por irme a dormir a la sala.
― buenas noches, hyung ―susurré en su oído para dejar un beso casto en su mejilla.
sunghoon, ¿qué me estás haciendo? se supone que eres mi amigo.
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