Fireproof

siete [parte dos]

Harry lo llevó hasta su habitación y antes de dejarlo entrar se tomó cinco largos minutos revisando cada esquina. Había bastado una mirada de Harry para ahuyentar a la seguridad que Jacob había contratado y ahora en su habitación sano y salvo Louis lo miró fijamente, estaba callado y tenía la mandíbula apretada mientras se apoyaba en la pared.

"Lo siento." Louis rompió el silencio sentado en la orilla de la cama, parecía avergonzado.

"No es tu culpa."

"Si te hubiera dicho que había planeado una fiesta ahora mismo no estuvieras tan molesto." Hizo una mueca, quería llorar.

"No, no Lou." Harry se acercó a él y acunó sus mejillas, sus ojos se encontraron. "Esto no tiene nada que ver contigo, no eres culpable de nada, lamento mucho haberme comportado así en tu presencia." Le besó los labios cortamente.

"¿Quién era ella?" Se atrevió a preguntar mientras desabotonaba su camisa, Harry lo dejó, siempre lo hacía.

"Nadie."

"Harry." Louis lo miró alzando una ceja.

"Es complicado."

"Soy hijo de un mafioso, ya nada me sorprende." Le quitó la camisa y recorrió su torso con la mirada mientras la punta de sus dedos acariciaron la mariposa que tenía tatuada con fascinación.

"Es tarde y no has dormido bien, descansa." Le besó la frente y se alejó.

"¿Y tú?"

"Yo duermo después." Dijo, abotonándose la camisa.

Louis rodó los ojos y se tiró en la cama.

"¿Vas a tener una relación seria conmigo o sólo seré tu juguete por un tiempo?" Se sorprendió cuando su voz salió firme sin rastros de un nudo en la garganta. "Siempre fuiste de pocas palabras y lo acepté por un tiempo pero te dije que te amaba y tú estás como si nada."

"Lou..."

"No." Louis se levantó para verlo y se restregó los ojos. "Si te sientes atraído por mí está bien, si quieres follarme un par de veces y luego pretender que nada pasó, hecho, pero necesito saberlo, necesito saber que soy en tu vida; si soy la persona que has estado esperando, si tu alfa llama a mi omega tal cómo lo hago yo o sólo soy un desliz."

Harry no dijo nada, sus ojos miraban al piso y Louis se tragó su llanto.

"Está bien, es bueno saberlo así puedo seguir adelante. Te lo dije, no me voy a morir porque no me quieres de la misma manera ahora por favor vete, estoy cansado." Louis se acurrucó dándole la espalda y hasta que escuchó la puerta cerrar soltó el primer sollozo y no paró hasta que el sol anunció sus primeros rayos.

—✦—

Louis no habló en el desayuno ni preguntó por él y si sus padres se sorprendieron por eso no lo demostraron, dejaron que fuera de compras con otro guardaespaldas y comieron en el jardín en un silencio incómodo. Intentó no pensar en él con todas sus fuerzas pero su corazón era tan débil que pronto se encontró llorando en el baño mientras el agua de la regadera caía sobre él intentando llevarse su tristeza.

Salió envuelto en una bata y se tomó su tiempo eligiendo que ropa usar. Se había atado las botas cuando tres golpes resonaron y sabía tan bien a quien pertenecían que quiso mandarlo al diablo pero sus ganas de verlo obligaron a la razón a hacerse a un lado y que su corazón ganara, otra vez.

"Hola."

Louis tarareó mirándose al espejo mientras se alisaba el suéter, octubre se sentía frío y solitario. Le dio una rápida mirada intentado no sonrojarse porque estaba muy guapo vestido así; pantalones sueltos con una camisa colorida y vans.