Fireproof

once [parte uno]

Lo observó un largo rato antes de decidir levantarse de la cama y comenzar su día, lo cubrió bien con todas las frazadas que había llevado y le besó el cabello alborotado antes de salir y cerrar con suavidad la puerta. Bajó y sabía que Zayn ya estaría despierto y trabajando, desde que inició su relación con Louis había comenzado a perder su rutina diaria porque ya se había puesto cómodo y eso era un error.

No podía permitir sentirse seguro y bajar la guardia pero era tan difícil cuando Louis y él compartían casa, cuando cocinaban entre besos y bailes enredados por el espacio tan pequeño; su única preocupación definitivamente no debía ser buscar una casa más grande con más habitaciones para pequeñas personitas que llevarían sus apellidos.

"Buenos días." La voz de Zayn lo interrumpió y Harry le regaló una media sonrisa. "¿Dormiste bien?"

"Lo hice." Harry tomó la cafetera y sirvió el líquido en una taza llevándola hasta sus labios. "La habitación es muy fría, no creo que resista dos semanas."

Zayn rodó los ojos y lo codeó con diversión.

"Siempre pueden entrar en calor." Sonrió.

"No quiero que te quejes luego y grites como si nunca hubieras visto a alguien tener un orgasmo." El guardaespaldas parpadeó, aburrido.

"¡Harry!" Zayn bufó borrando su sonrisa. 

"Hey." Nora se acomodó el cabello y sonrió con timidez. "Buen día."

Harry dejó su taza en el fregadero y salió de la cocina en silencio, Nora en la granja sería una molestia, el incómodo recelo surgió en su vientre ¿por qué Zayn seguía siendo amigo de aquella mujer que lo había arruinado? Ignoró sus murmullos y entró a la habitación, Louis cubría su bostezo con una mano mientras se estiraba.

"Hace frío." Su voz ronca lo hizo sonreír quitándole el malestar tan rápido como llegó. "No me despertaste."

"Es muy temprano, mi amor." Harry se sentó en la orilla de la cama y le acarició la mejilla, Louis se inclinó a su tacto, gustoso. "Te llevaré a conocer el pueblo y podremos desayunar."

"¿Ya no es peligroso?" El omega preguntó adormilado por la suave.

"Mi arma tiene silenciador."

Louis rio y le besó la palma antes de acostarse y mirarlo con sus zafiros peligrosos y hermosos, tan hermosos.

"No, esa mirada tuya no va a funcionar otra vez, hoy vas a aprender a usar un arma." El rizado le palmeó la pierna y se levantó.

"Ugh." Louis pataleó con la risa de Harry llenando la habitación.

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Lo miró atentamente mientras abotonaba su saco, el guardaespaldas intentaba no cruzar miradas pero Louis era necio y comenzó a desabotonar los botones de arriba con una sonrisa traviesa, Harry bufó dándole un suave manotazo.

"Deja de verme así, no te vas a salir con la tuya." Refunfuñó terminando de abotonar el saco y lo tomó por el mentón dándole un beso.

"Pero me haré daño."

"Nunca, no mientras esté vivo."

Louis intentó no sonreír, intentó aplacar a las mariposas pero fue imposible cuando Harry era un romántico empedernido, lo amaba tanto.

"No te vas a morir nunca, ¿qué haré yo sin ti?"

"Nada, no sabes hacer nada sin mí." Harry le besó la frente y Louis le dio un golpe en el hombro completamente ofendido. Ambos salieron de la habitación bajando las escaleras pero Louis se detuvo cuando la vio.