Fireproof

cinco [parte uno]

Al terminar la llamada Harry suspiró, su cuerpo picaba con ansias que desconocía y se sentía tan vacío, su pecho parecía tener un hueco enorme que crecía y crecía, subió hasta la habitación de Louis sin pensarlo dos veces intentando con desespero llenar aquel sentimiento tan desagradable pero se detuvo en la puerta porque Louis no estaba ahí. No había rastro de su aroma porque el omega no había estado en esa habitación en mucho tiempo y Harry suspiró.

Solía llevarle el desayuno todos los días siempre a las ocho en punto y lo veía comer y a veces él aceptaba algunos bocados porque no podía negarle nada a Louis y luego lo llevaba a la universidad cuando era seguro y lo recogía y Louis hablaba todo el camino de su día y Harry adoraba escucharlo.

Pero ahora no podían hacer mucho, Verona era hermoso y extrañamente pintoresco, tenía los mejores atardeceres y Louis adoraba subir a la colina y observar al sol hasta que la luna abría paso y la noche reinaba, entonces Louis lo miraba y fingía estar cansado para que él lo cargara de regreso mientras presionaba sus labios contra su espalda.

Harry sonrió melancólico, habían pasado unas cuantas horas de haberlo dejado en Moscú y lo extrañaba como un loco; sus ojos lo buscaban en cualquier habitación de manera involuntaria y podría jurar que lo veía en todos los rostros.

Era patético.

"¿Harry?" La voz de Jacob lo interrumpió y el guardaespaldas se giró a verlo. "¿Qué haces aquí? Creí que estabas esperando en mi estudio."

"Llamé a Louis." Harry comenzó a bajar las escaleras y cuando Jacob lo hizo. "Está todo bien."

"Pues claro que está todo bien, no ha pasado ni un día." Ambos entraron al estudio y Harry tomó asiento frente al enorme escritorio de madera. Jacob sirvió dos tragos y le dio uno. "Confirmé que Marie está en Japón, el avión está siendo revisado me iré en unas horas."

"¿Usted solo?"

"Puedo con ellos, es mi esposa tengo que matarlos yo." Jacob suspiró. Harry asintió. "Pero tengo un trabajo para ti."

"Lo que sea."

Jacob sonrió.

"Están aquí, buscan a Louis cerca de la casa creyendo que no sé que tienen a infiltrados trabajando para mí." Jacob rebuscó algo entre los cajones y sacó un arma deslizándola por el escritorio. "Mátalos."

Harry asintió sin dudarlo y se guardó el arma.

"Le hará feliz tener a su madre de regreso y volver a la universidad." Sonrió dándole un trago a la bebida.

"Estás enamorado de mi hijo."

Harry comenzó a toser, se palmeó el pecho y miró a su jefe, Jacob sonreía.

"Nunca fueron buenos despistando, mi hijo menos."

"No, no claro que no Louis, yo sólo lo cuido no es que esté enamorado no, yo soy, no es lo que cree es muy diferente soy su guardaespaldas, no nunca yo, Louis y yo sólo somos buenos amigos." La lengua se le enredó y terminó desviando la mirada.

"Harry, has estado cuidando a Louis por muchos años ¿no es así?"

Harry asintió.

"Has manchado tus manos de sangre por protegerlo."

"Es mi trabajo." Intentó defenderse.

"Eres un buen muchacho, dispuesto a todo por él y no es sólo por tu trabajo, lo quieres." Jacob se relajó en la silla. "Te di la oportunidad de irte, de hacer tu vida y lo rechazaste. Nadie cambiaría tener una vida segura por cuidar toda la vida al hijo de un mafioso y te quedaste."