Fireproof

ocho

Louis abrió los ojos parpadeando hasta que se acostumbraron a la luz y sonrió al notar la habitación de Harry, era todo muy minimalista y agradable y se sonrojó porque habían dormido juntos, con sus extremidades enredadas y sus miradas enamoradas.

Era la primera vez en cinco años que lo veía dormir, Harry siempre era la última persona que veía por las noches y la primera que lo recibía con una sonrisa por las mañanas y siempre se preguntaba cómo podía despertar antes que él, todo el tiempo, incluso las veces que Louis tenía pesadillas en la madrugada Harry estaba listo para reconfortarlo.

Verlo dormir era agradable, significaba que Harry estaba tan relajado, tan tranquilo que por primera vez durante mucho tiempo podía descansar. No quería moverse pero alguien llamaba a la puerta y se asustó ¿debería avisarle? No quería interrumpir aquel sueño tan valioso, se armó de valor y con cuidado se deshizo del agarre del rizado y peinando su flequillo bajó hasta la puerta entre abriéndola, su ceño se frunció.

"¿Está Harry? Vi su auto en la entrada." La joven omega imitó su ceño fruncido.

"No puede atenderte ¿necesitabas algo?" Un nudo en el estómago se le formó cuando la reconoció, era la misma chica pelirroja de la fiesta de Zayn, aquella que había jurado que su desdicha era culpa de Harry.

"Quiero hablar con él, somos viejos amigos y es extraño que esté en casa." Nora intentó pasar pero Louis se aferró a la puerta impidiendo su paso.

"Le avisaré." No iba a dejar que se le acercara, no le iba a hacer daño otra vez.

"¿Lou?" La voz preocupada de Harry lo hizo girarse y Nora abrió la puerta. "¿Nora?"

"Harry." La chica sonrió amplio. "Te fuiste tan pronto de casa de Zayn, ni siquiera nos dio tiempo de hablar."  

Louis caminó a un muy adormilado Harry y lo abrazó por la cintura, frotó su mejilla contra su pecho, marcándolo con si aroma y se puso de puntitas para atrapar sus labios, posesivo.

"Haré el desayuno." Susurró y le acarició la mandíbula.

Harry lo siguió con la vista, atontado.

"Harry." La voz de Nora lo trajo a la realidad. "¿Podemos hablar?"

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"Zayn me lo dijo pero no le creí." Nora se abrazó a sí misma cuando una ráfaga de viento la hizo temblar, ambos se sentaron en la banca del jardín. "Que tenías un trabajo nuevo y que parecías haber encontrado a tu otra mitad."

Harry tarareó como respuesta.

"Es muy bonito, no es tu tipo."

"No tenía un tipo hasta que llegó él." Harry acarició una orquídea con la punta de sus dedos sin mirarla.

"No se puede competir contra un omega bonito." Soltó una suave risa y se metió un mechón tras la oreja. "No se puede competir contra él pero no me voy a..."

"¿Qué es lo que quieres Nora? ¿A qué viniste realmente?" Interrumpió Harry con la mirada fría.

"Quería disculparme por todo." Susurró. "Ahora entiendo que no fue tu culpa, que nunca lo fue yo estaba sola y dolida porque tú..."