Todo era demasiado bonito

PRÓLOGO

¿Por qué tengo el sentimiento de que nunca voy a ser amada por nadie?

¿Por qué ella y no yo?

El amor no correspondido no me hacía bien, pero era tan atrayente que no podía simplemente no pensar en ello, más bien, en él.

Emily

A veces nos centramos tanto en nosotros mismos que somos capaces de olvidarnos del resto sin importar las consecuencias.

Nahia B.N, autora de este libro

APRIL

Y cuando por fin creía que todo estaba yendo bien llegó él. A decir verdad, creía que estaba yendo bien, o eso me hacía creer a mí misma.

Nunca tuve una relación como tal, bueno sí, tuve una, pero no quería revivir otra vez ese momento.

Siempre estarán los típicos rollos de verano o ligues de fiesta, pero no llegué a encontrar eso que no sabía que necesitaba.

¿Y el por qué?

Pues bien, odiaba depender de alguien hasta tal punto en el que no pudiera vivir sin esa persona.

Pasé por eso una vez y no creo que estuviese preparada para volver a soportar ese dolor.

Había pasado por una mala época y no quería volver a revivir esa misma situación, por eso tenía miedo de pillarme y formar una relación bonita y duradera.

Que realmente, era lo que siempre había querido, solo que, ahora sabía que para llegar a tener eso me vería obligada a sentir esa dependencia por alguien, a que si en algún momento la relación no diera para más o simplemente él tomase la decisión de marcharse, yo no sería capaz de volver a soportar esa quemazón que te oprimía el pecho y te impedía respirar con facilidad.

Yo era así, intensa, o lo tenía todo o no tenía nada.

Si me enamoraba de verdad, no había quien me frenase. Ni incluso los recuerdos ni el dolor que todavía seguían presentes en mi cabeza.

Depués de mi relación anterior tomé la decisión de no dejar que nadie me volviese hacer daño, y eso implicaba no volver a enamorarme, porque el amor siempre iba de la mano con el dolor.

Solo que...

Él dió un giro inesperado a mi vida, llegó en el peor momento, y aunque me convenciese a mí misma de no volver a confiar en nadie ni abrirme a nadie, no me pude contener.

Es que era él. Desde que lo vi lo supe.

Aunque yo fuera dueña de mis decisiones, mi corazón me pedía algo que mi mente impedía. Me pedía darle una oportunidad. Y sabía que iba a ser totalmente dependiente de esa persona y que acabaría mal.

Pero como ya he dicho antes él me jodió, vaya que si lo hizo.