CAPÍTULO 11

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LIAM

No estaba bien, nada bien, April había sido el único apoyo que había tenido siempre. Mi madre me abandonó a los cuatro años y gracias a mi padre la familia pudo salir adelante, pero él también murió y encima bastante joven. Solo quedábamos mi hermano y yo, no teníamos más familia. Cuando se fue se me vino todo encima, el negocio familiar, mantener a los animales, pagar a los trabajadores, las deudas pendientes, pero a fin de cuentas todo eso no tenía importancia, mi hermanito se había ido para no volver.

Nunca.

Hoy hacía tres años de la muerte de mi hermano, siempre me culparé por ello, destruí la única familia que tenía y a día de hoy seguía sin poder ejercer mi trabajo como monitor de surf ni cualquier cosa relacionada con el mar.

Acepté la propuesta del barco porque sabía que a April le encantaría pero yo me quedé sentado al borde del yate, contando las horas para las 12 de la noche.

A mi lado una botella de vodka, bebía como si me fuera la vida en ello, quería que ese día pasara lo más rápido posible, no podía seguir pensando en ello porque si no...no sabría lo siguiente que haría.

Me lo repetía una y otra vez en mi cabeza pero no llegaba a comprender el hecho de que jamás lo volvería a ver. Mi única esperanza para seguir adelante era él, no tenía a nadie más.

Después de la gran ostia que me pegó el universo, o lo que fuese que controlase todo esto, llegó April, mi pequeña diablilla, apareció en el peor momento para mí, pero ella me salvó. Mi pequeña no dormía solo para estar día y noche pendiente de mí, ella no quería que hiciese ninguna locura de la que luego fuera tarde para arrepentirme.

Gracias a April tenía motivos para quedarme y seguir disfrutando de la vida junto a ella y ampliar nuestra familia.

Todo se lo debía a ella.

DESCONOCIDO

Me puse mi capucha negra y un buff del mismo color y sin remordimiento alguno empujé al hombre que estaba melancólico en la orilla del yate al agua. Gritó desesperadamente, no era que no supiera nadar, era simplemente el miedo que a ese hombre le producía el mar.

Sí, ese hombre era Liam Jones.

Esperé unos minutos a contemplar el pavor en su mirada. Estaba totalmente ido y perdido, buscaba a alguien y cuando por fin la encontró su mirada cambió rotundamente, ahí estaba April para salvarle, una vez más... Cuando ya le daba por muerto apareció ella para salvarle. No es que se fuera a ahogar sino que después de ver que estaba solo, esperaba que él mismo tomara la decisión de irse por el camino de su hermano y no volver.

Al irme de allí noté como su llanto me perseguía pero no me importó ni lo más mínimo.

Todo era demasiado bonitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora