CAPÍTULO 28

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CONNOR

— Hey, pelinegro, hay fiesta en la playa, ¿no quieres venir y divertirte un rato? O lo que surja vamos, estoy disponible para ti —soltó la niñata que ni siquiera sería mayor de edad, seguidamente se mordió el labio inferior en un penoso intento de coqueteo que lo único que me produjo fue rechazo y asco.

— Mira será mejor que os vayáis de aquí ¿de acuerdo? Y dejadnos en paz a mi novia y a mí —ya está, lo había soltado, incluso a mí me había sorprendido la palabra que había utilizado para referirme a Emily, pero la quería de esa manera y me había llevado mucho tiempo dar con la respuesta.

Al girarme para ver su expresión ante lo que previamente había dicho sus ojos, que estaban llameantes y dudosos cuando le dije que la echaba de menos y apagados y sin brillo desde que llegó el grupo de la niñata más otros cuatro amigos suyos a dar por culo, ahora, sus ojos rebosaban de deseo y anhelo. Quizá fue porque había sido muy chocante, o quizá porque había esperado este momento desde que me conoció y ahora ellos estaban arruinando el momento. O tan solo, porque ella no sentía lo mismo que yo...

Esta se dedicó a no ser muy expresiva en cuanto a su expresión facial y corporal después de aquella dos palabras "mi novia" , solo pude guiarme por lo que decía su mirada, ya que sus facciones no habían variado, no iba a mentir, en cierto modo eso me molestó. El simple hecho de no saber cuál iba a ser su siguiente paso me desquiciaba, porque no sabía si se iba a romper en pedazos ahí mismo, si después de este enfrentamiento huiría o si me dejaría ahí plantado por cómo me había referido a ella, lo desconocía absolutamente.

Me volví a girar para estar cara a cara ante esos niñatos y miré de reojo a Emily, quería ver algo más allá de sus ojos que me diera cierta ventaja para saber si ella me consideraba de tal manera y para mi sorpresa, como si me estuviera leyendo la mente, como si estaría dentro de mi mente observando con detenimiento todos mis pensamientos, me cogió de la mano fuertemente contra la suya y una sonrisilla tímida surgió de su rostro a pesar de que se esforzara por esconderla.

— Vamos no seas así, ni siquiera es tu novia, esa fijo que es puta o algo por el estilo —y ante semejante vulgariedad el resto de sus amigos comenzaron a aplaudir y a chocarse los cinco entre sí.

Y por esto odio a la gente.

— Mira vuelve a decir eso otra vez y juro que no vives para contarlo. No te atrevas a volver a decirlo.

— Nunca —todo dentro de mí estaba a escasos metros de un ataque de ira.

Por Emily intenté controlarme, pero se me estaba haciendo muy difícil manejar la situación, aunque en mi tono no se apreciase.

— Relaja chaval, ya he hablado antes con ella ¿verdad? —miró a Emily fijamente y sonrió perversamente, con aires de superioridad, se notaba que ser la cabecilla del grupo requería darse de notar y hacer el ridículo, creo que nunca entendería esa necesidad de ser el centro de atención y creo que moriré sin entenderlo.

Aparté la mirada para fijarme en Emily, esta se encontraba con la cabeza agachada, le cogí de la cintura y le pregunté si estaba bien, a lo que esta me contestó que sí, sin utilizar palabras. Simplemente asintió y al mirarme, sus ojos decían «Quiero que pase todo esto ya por favor, no lo soporto más». Algo dentro de mí se revolvió cuando la vió en ese estado y quería ayudarla, protegerla o simplemente hacerla sentir mejor, esta vez correctamente y no por impulsos. Y luego veía sus ojos, los cuales brillaban hasta hace poco y ahora estaban enrojecidos, sabía quienes habían sido los causantes y deseaba con toda mi alma hacerles pasar por lo mismo o algo aún peor, pero sabía que haciendo algo así me arriesgaba a perderla y no podía dejar que eso sucediese.

Todo era demasiado bonitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora