Microrrelato 1: Lengua afilada

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Tematica: Rituales humanos de cortejo.

Ella tenía la lengua muy afilada, lo cual,  sin lugar a dudas, era equiparable a su gran belleza exterior.

Recuerdo que una vez fuimos a tomarnos algo a un restaurante y se levantó a pedir la bebida a la barra.

Entonces, un chico se aproximó a ella con cautela.

Hola ¿puedo invitarte a una copa y charlamos un rato? — Le preguntó el desconocido.

Los observé entretenida en la distancia, como si aquella escena formase parte de un documental.

Ella se giró hacia el recién llegado y lo miró tan solo durante un instante. Su cuello, hombros y melena, tenian un aire leonino.

Lo siento, vengo con una amiga — Se disculpó, apoyando los antebrazos en la barra.

En lugar de largarse, el chico pareció no pillar la indirecta y continuó la conversación que, instantes antes, habia iniciado.

Oh, eso no es ningún problema. Si te apetece, podemos sentarnos a charlar los tres juntos.

Mi amiga emitió un suspiro, breve pero intenso, y volvió a girarse para mirarlo de nuevo. El desconocido no parecía mala persona, pero su insistencia la estaba incomodando.

Y pasó.

Pasó lo que se veía venir de lejos y lo que yo pensaba que en algun momento sucederia.

Ella ya tenía una bala preparada en la punta de la lengua, y estaba dispuesta a lanzarla a la velocidad de un proyectil hacia el centro del corazón de aquel desdichado.

Verás...¿Yo a ti te parezco fea? Preguntó, provocando que una sonrisa tímida apareciera en el rostro de su interlocutor.

Claro que no. Eres... Intentó explicar el desafortunado.

Pues tu a mi si Lo interrumpió ella, sin titubear.

Luego pagó las copas, las recogió de la barra y se marchó, dejando al confuso desconocido atrás.

La observé mientras regresaba.

No se daba cuenta, y tal vez precisamente eso formase parte de su extraño atractivo, pero a sus espaldas siempre dejaba un inmenso reguero de frustración masculina.

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