Cuando era un crío, se dejaba caer y apoyaba su oreja en el pecho de sus padres, buscando el hueco exacto donde una vez perteneció a uno de sus cuerpos, escuchando sus voces adultas resonar desde el interior. Un eco fuerte que retumbaba en lo más profundo de su oido, una vibración que mecía su mente y lo sumergía en sueños calmados, junto a los latidos del corazón.
Podía ser la voz de su madre, tan dulce y de timbre fino, que lo abrazaba del mismo modo que lo hacían sus carnes blandas, cálidas y protectoras. Conformaban dos piezas que encajaban a la perfección, envueltas en fluidos provenientes de las perlas de sudor que resbalaban desde el espacio existente entre la piel de su cara aniñada y el nacimiento de su pelo recién brotado, los mocos que expulsaba su diminuta naricita o la humedad que cubría sus largas pestañas, agotado de tanto llorar.
Podía ser también la voz de su padre, dura y ronca, mucho más invasora en su mente adormilada, que lo despertaba de vez en cuando, al igual que lo hacía su pecho de piedra al respirar, haciendo resbalar su cabeza hacia un lado u otro, con la oreja rojita de soportar tanta presión contra él, teniendo que cambiar de postura hasta volver a encontrar su sitio y quedarse dormido otra vez.
Su piel fina se llenaba de estrías, de surcos que se fusionaba con la tela, mojada o arrugada debajo suya, que cubría la cuna primitiva que era el pecho de sus padres; y de arañazos involuntarios que se autoinflingía con las uñas afiladas de sus propios dedos, todavía sin cortar o con bordes irregulares pero fatales.
Era por aquel entonces una pequeña lapa que crecía por días sin ser dueño de sí mismo, tan lleno de necesidades y exigencias, obsesionado con recibir en su paladar el liquido caliente de la leche de su madre, o algún sustituto nutritivo que fuera parecido. Cualquier liquido caliente que lo hiciera viajar de nuevo al útero en el que se formó, a la placenta amniótica de la que bebía cuando le apetecía, en la que nadaba libre, habitaba y era un pececito que no sentía dolor, a pesar de los incesantes calambres de sus huesos en crecimiento.
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🟢 Microrrelatos
Historia CortaMe encantan los cuentos y escuchar historias. Anotar, inventar. Este apartado de wattpad lo he dedicado a una serie de microrrelatos, de diferente temática, que espero que despierten no solo interés, sino emociones, a todo el que los lea ;)