Tragaba los sollozos mirando por la ventana.
Era consciente de Harry apretando el volante volviendo blancos sus nudillos. Pasábamos los autos a toda velocidad y yo solo me aferraba mas al asiento de cuero, buscando seguridad. Le dedique una discreta mirada y observe su mandíbula apretada a tal punto de creer que se haría daño. Su mirada estaba fija en la carretera y me encogí ante la indiferencia.
Solo me quedaba esperar hasta donde me llevaría. La mirada desaprobatoria de Eleanor cruzo por mi mente.
Saque el movil de mi short y teclee un mensaje para ella haciéndole saber que estoy con Harry.
Las grandes y luminosas letras "Beach Party Hotel" resplandecían.
Entro al estacionamiento y se estaciono en el ultimo espacio.
Apago el auto y lo mire destellar cólera.
—¡Maldicion!.—Grito golpeando el volante haciendome dar un pequeño salto en mi lugar.
De pronto, bajo del auto dando un portazo.
Mordi el interior de mi mejilla. Pasaron dos segundos antes de que el abriera abruptamente mi puerta. Beso brusco mis labios y temble. Mordió mi labio sacando un poco de sangre, lo empuje por los hombros, llevándome una mano a la boca. Demonios, si que dolía.
Jalo mi antebrazo sacandome del asiento y estrello la puerta.
Me arrastro hasta el interior donde camino hasta la recepcionista.
La chica castaña de ojos azules nos observo con ojos abiertos, miro a Harry y, sonrojada, bajo la mirada a su regazo.
Es mio, joder. Me sentí estúpida al encontrarme celosa. Moví la cabeza para despejar esos pensamientos cuando nos detuvimos frente a ella.
—Bienvenidos, ¿En que puedo ayudarles?.—Sonrió mirando a todo menos al rizado.
—Una habitación. La mejor.—La ojiazul, totalmente nerviosa asintió tecleando en su ordenador.
Nos dio una tarjeta de seguridad después de pedirle un par de datos a Harry y tarjeta de crédito.
Me arrastro hasta el ascensor y presionó un par de botones. Las puertas se abrieron dándonos paso y subimos a el.
Miraba el reflejo de los espejos del ascensor. Mi maquillaje estaba un poco corrido y mis rulos caían libremente por mis hombros.
El ascensor se abrió y caminamos por el pasillo, deteniendonos en una puerta.
Entonces la realidad me golpeo justo en el rostro. Yo no quería hacerlo. Sabia lo que venia, y yo no quería hacerlo. Iba a hacerme daño y yo no podría aguantarlo.
Lo mire muda mientras el deslizaba la tarjeta en una cerradura abriéndo la puerta. Me jalo pero me solté de su agarre.
—No.—Casi suplique.
—Skyler ven aquí.—Ordenó. Pude ver como su paciencia se esfumaba literalmente. Negué con la cabeza despacio.
Apretó mas fuerte su quijada y me jalo adentro.
Lo empuje aterrorizada.
—No te acerques.—Le espeto. El se ríe amargamente.
—Eres jodidamente mía, cariño, puedo hacerte lo que yo quiera.—Sus grandes manos aprisionan mi cintura dejandome sin salida. Su boca busca mi cuello y muerde fuerte, a pesar de mis suplicas.
