Capítulo 41

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Su respiracion es tranquila. Se había quedado dormido después de besar y marcar todo mi cuerpo después de llegar al orgasmo.

Las piernas me temblaban pero me las arregle para ponerme de pie. Busque con la mirada mi ropa y vi mi blusa hecha pedazos.

Llorosa, tome el resto y con asco, la camisa de Harry.
Divise una puerta al final de la habitación por lo que supuse era el baño.

Me aguante las ganas de querer posar una almohada sobre su rostro y presionar para hacerle daño, una cuarta parte de la que el me ha hecho a mi, aunque sabia que nunca podría hacerlo.

Las paredes blancas y limpias del baño me dieron la bienvenida.

El reflejo que el enorme espejo del baño era bien recibida.

Habían chupones morados en mi cuello del tamaño de un dedo pulgar, lo suficientemente grande como para pasar desapercibido.
Abri el grifo y acune un poco con mis manos temblorosas, rocie mi cara con ella pero no dio resultado pues las lágrimas nuevas volvían a manchar mi rostro.

"Deja de llorar, maldición"

Solté un suspiro entrecortado y me dispuse a ponerme la ropa.
Una vez hube reunido el valor suficiente, salí del baño mordiendo el interior de mi mejilla sin hacer el menor ruido.

Las horas del reloj marcaban las 3 de la mañana con un cuarto. Tome la billetera de Harry y tome 50 dólares.

Con sumo cuidado, cerre la puerta detrás de mi y camine por el pasillo del hotel hasta el ascensor. Este comenzo a moverse después de que pulsara dos números hasta que se detuvo unos segundos después en el loving.

Las puertas de metal se abrieron y camine con mi mejor sonrisa hasta la dormida recepcionista.

La imagen de mi primera vez volvió como una ráfaga, aquella vez en que Melina me ayudó.

-Disculpe, ¿Podria conseguir un taxi?.

Me miro con sus bonitos ojos grises, después sonrió amablemente hacia mi.

-Por supuesto. En la entrada hay un taxi en servicio, puede decirle al conductor que necesita ayuda.-Dijo la chica.

Después de agradecerle, salí a la entrada donde había un taxi.
Para ser vacaciones de verano, la brisa de la noche era muy fría.
Un señor de aproximadamente unos 65 años me dio una cálida sonrisa.

-¿Esta usted bien, señorita?.-Me mordi el interior de mi mejilla, ahogando el grito de dolor que oprimía mi pecho.

*************

Entre a la casa a las 4:15 de la madrugada. Todo era silencio y era un alivio para mi.
Subí a paso cansado las escaleras hasta la habitación que habíamos elegido.
Mi maleta intacta descansaba en la cama. Me senté en el borde y atraje mis piernas a mi pecho hundiendo mi rostro en ellas.
Un sollozo se escapo de mi garganta por la fuerza.

Me quede por varios minutos ahí, sentada, pensando en el. Lo amo, lo amo tan jodidamente mucho, pero él me hace daño, él no es bueno para mi.

Tome mi maleta y camine hasta la habitación de Eleanor. Estaba dormida boca abajo. Toque su hombro hasta que medio dormida se levanto.

-¿Sky?

-Voy a volver a casa.-Sus ojos se abrieron mientras me miraba.

-¿Que? ¿Estas bien?.- Asenti pero mis ojos cristalizaron echandome de cabeza. Ella solo me atrajo hasta ella en un abrazo donde solloze en su hombro, empapando su pijama.

Psicopata Personal |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora