Capítulo 6

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-Sue-Sueltame po-por favor, yo no soy de nadie, déjame.-Rogué, a estas alturas la valentía se esfumo de mi cuerpo.

-No he sido muy claro en este asunto? Tu me obedeces, porque no puedes entender que te amo demasiado para dejarte ir?.-Intenta besarme pero volqué mi cara.

-No te me acerques, suéltame o llamare a la policía.-Me zafe de su agarre y me aleje unos metros de el lentamente, lista para echar a correr.

-Solo entiende, desde que te vi, me quede completamente enamorado de ti, no puedo imaginarte con alguien que no sea yo, podría matarlo si lo viera contigo.-Dejo caer sus manos a los costados, mirándome triste, casi me conmovió pero borre ese pensamiento, este hombre me quiere a la fuerza.

-Yo no puedo corresponderte, lamento si hice algo que te diera ilusiones, no creo haberte visto antes, solo.. Aléjate de mi, no diré nada pero aléjate.- Comencé a caminar rumbo a mi casa, sintiendo el corazón en la mano.

Llegue a la puerta de mi casa aun con el miedo en mi cuerpo, doy un grito ahogado cuando casi caigo al piso por lo mismo del día de ayer: un ramo de rosas.

Lo tome en brazos para ver de quien era, tenia una nota, la desdoble y leí.

-Ya no puedes alejarte de mi, HS.

El pánico me invadió y como instinto mire a todos lados tratando de ver quien era el chico que estaba jugándome esta broma, al otro lado de la calle identifique una mata de rulos, tenía una sonrisa en su rostro, estaba mirándome.

Un balde de agua fría cayo sobre mi cuando me di cuenta que el es quien a estado dejando estas rosas en mi puerta.

Aun con las rosas en mano, entre a mi casa sintiendo mi corazón acelerarse, fui a la cocina y tire las rosas furiosamente en la basura, corrí a mi habitación y entre a mi cama, Ni siquiera cambie mi ropa, solo quería acurrucarme, hasta que caí en mi cama fui consiente de las lágrimas que ya habían escapado de mis ojos.

Llore hasta altas horas de la madrugada, mirando a la ventana, sentía un par de ojos verdes mirarme desde ahí, me di por vencida cerrando mis ojos, cuando estos estuvieron cerrados la alarma sonó, me sentía morir, a duras penas me levante a ducharme, no había dormido nada y juraría que parezco un zombie horrible.

Me despoje de mi ropa y entre a la ducha, el agua cayo sobre mi cuerpo relajándome completamente, después de la ducha fui a mi habitación envuelta en una toalla que llegaba a la mitad de mis muslos, solté un grito horrorizado cuando vi la fornida espalda de la razón por la que no pude dormir, tenia algo en las manos, era mi ropa interior.

-Buenos días, nena.-Soltó en mi cama la ropa y fue a mi, plantando un sonoro beso en mis labios, yo solo podía mirarlo fijamente.

-¿Que haces aquí?.-Pregunte pausadamente, tenia miedo, mucho miedo, estaba en solo una pequeña toalla frente a un jodido psicópata.

-Vine a darte los buenos días, no hace falta que me lo digas en palabras, me estas recibiendo tan malditamente bien.-Me miro de pies a cabeza, mordió su labio y miro mis pechos, apreté con mas fuerza la toalla, estaba muy asustada.

-¿Como entraste?.-Logre formular esa pregunta.

-No pones seguro a tus ventanas, trabaja en ello princesa, algún desconocido podría entrar por ahí.- sonrió

-Po-por favor podrías salir, ne-necesito cambiarme.- Le pedí amablemente, no podía comportarme como una loca histérica ante el, claramente me iba a ignorar, el esta enfermo.

-No me molesta que lo hagas frente a mi.-Me sentí morir, abrí mi boca con asombro, el soltó una carcajada, se acerco a mi, me tomo de la cintura y junto nuestras frentes.-Estoy bromeando amor, te espero al otro lado de la calle, yo te llevare al instituto hoy y todos los días que quedan.-Se acerco hasta juntar nuestros labios, yo no podía corresponder, el mordió mi labio tan fuerte, haciéndome saber que quería que lo besara también, comencé a mover mis labios.

Se separo de mí respirando agitado, se alejo y salto por la ventana, casi podría jurar que era un vampiro.

Después de haberme cambiado baje a la cocina, mama aun no se había levantado, tome un vaso de jugo de naranja y una manzana, salí a la calle, antes de dar un paso mas, alguien rodeo mi cintura, unos brazos enormes, con tatuajes adornándolos.

-Ven, por aquí esta mi coche.-Dio un beso en mi cuello.

Tomo mi mano y la soltó cuando estuvimos frente a un auto negro, mi mente recordó este auto, era el mismo que estaba al otro lado de mi calle, la noche anterior, joder.

Psicopata Personal |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora