chapter eight

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Narrador Omnisciente

Luego de ese día que Amelie y Lorelai se reencontraron, no volvieron a verse.

Pero las dos tenían la fe de que se reencontrarían tarde o temprano. Amelie nunca se rindió y salió cada mañana a rondar por distintos sectores, pero nunca encontraba nada.

Ella sabía que Jay y los demás eran inteligentes y nunca dejaban rastros.

Después de todo ella aprendió a rastrear a las personas por ellos, y así como aprendió a rastrearlas, también aprendió a desviarlos de su camino.

Amelie había pasado semanas buscándola con Maggie, Glenn, Rick, Daryl, Carl y T dog.

-Mañana deberíamos volver a explorar el sector Oeste — Daryl les dijo a todos en la mesa.

Amelie solo negó.

-Llevamos un mes buscándola Daryl y los dos sabemos que ya hemos revisados los sectores muchas veces, y nunca encontramos nada. Creo que no deberíamos seguir — todos se sorprendieron por lo que dijo Amelie.

Pero ellos sabían que ella tenía razón, ya habían dado vuelta el sector varías veces y siempre obtenían lo mismo. Nada.

-Creo que iré un rato al granero — dijo Amelie en forma de despedida.

Amelie estaba sentada en lo alto del granero. Ella tenía su cuchillo guardado en la funda que era un cinturón.

También tenía su arma.

Ella contemplaba toda la noche. Mientras tanto en la casa Rick estaba teniendo problemas.

En la casa todo estaba agitado ya que Rick y T dog visualizaron una horda no muy grande, pero solo esa horda bastaba para que los matara.

Rick y los demás tomaron sus mochilas y las cargaron en las camionetas por si tenían que escapar.

Esta horda era algo extraña para ellos ya que se esparcían y luego volvían a unirse en fila.

Algunos estaban tan preocupados que olvidaron que Amelie estaba en el granero.

Menos Lori, Hershel y Carl.

Todos en las casas tomaron sus respectivas armas y salieron afuera a matar a los caminantes.

Cada vez que pensaban que quedaban pocos, llegaban más.

Amelie al sentir los balazos, tomó sus cosas rápidamente y bajo.

Ella al bajar vio todo en un caos tremendo.

Había caminantes por donde quiera que caminara, eran muchos.

Amelie llevo su cuchillo y su arma en manos y trato de correr hacia la casa, pero no pudo ya que los caminantes le impedían llegar, eran muchos para ella sola.

-Son demasiados — susurro ella al ver un montón de caminantes a su alrededor.

Amelie tomó su cuchillo y empezó a quitárselos de encima como pudo.

the light of darkness | carl grimes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora