the light of darkness | carl grimes.

chapter eighteen

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Narrador Omnisciente

Amelie, ella tenía el corazón en la mano. Ella sabía muy bien de lo que era capaz el Gobernador, después de todo ella lo vivió en carne propia.

-¡Andrea!... ¡Andrea, vamos! ¡Contesta...! — ella estaba en los pabellones de la cárcel, y sus gritos desbordaban preocupación y desesperación.

Esos gritos fueron los que despertaron a todos. De la nada todos empiezan a llegar a donde estaba Amelie, ella solo se encontraba de rodillas en el piso y con la radio en la mano.

-¡Vamos, contesta! — su grito fue en vano, ya que nadie respondió por esa radio.

A su lado llegó Maggie y la abrazo, a lo que al instante Amelie la saca de su lado y la mira con todo el odio posible.

-Si Andrea muere, será tu culpa Maggie. Espero que eso no pase, por qué si pasa — Amelie se acercó a Maggie y le puso su cuchillo en toda su garganta.

Ella tenía acorralada a Maggie con el cuchillo en su garganta, y en la otra mano aún tenía el radio. Todos estaban sorprendidos, alguno que otro había gritado un grito ahogado.

-Yo misma te mataré, porque creo que eso lo debí haber hecho hace mucho tiempo — Maggie estaba igual de desconcertada que todos por las palabras de Amelie.

No la estaba entendiendo para nada, no sabía a qué se venía este nuevo arrebato de Amelie.

-¿De que... de que hablas Amelie? — a Maggie le temblaba la voz, no sabía por qué Amelie estaba haciendo esto.

-¡Yo lo iba a asesinar! ¡Y tú me detuviste!... y ahora, ¡El la ha descubierto y la tiene! — Amelie estaba tan descontrolado, ni ella misma podía mantenerse de pie.

Todos se daban cuenta de que Amelie parecía otra persona, ella lucia histérica. Incontrolable.

-¿De que hablas Amelie? — Maggie preguntó tartamudeando.

-¡No... no hables!. ¡No te atrevas Maggie! — grito Amelie demasiado fuerte. Aunque su cuerpo de a poco iba flaqueando, ella ya no podía ni mantener el cuchillo en mano.

Ella seguía en la misma posición, no pensaba sacar el cuchillo del cuello de Maggie. Amelie sabía que si le pasaba algo a Andrea, jamás perdonaría a Maggie y jamás se perdonaría a ella misma, por condenarla con esa misión suicida.

Nunca debió haber mandando a Andrea, jamás lo debió haber hecho.

Ella seguía ahí cuando Michonne le puso un arma en la cabeza. Empezó a reír, como nunca antes.

-Creo que esa ya me la conozco Michonne. ¿Que? ¿O acaso me vas a disparar? — En estos momentos nadie entendía a Amelie. Ella lucia así, por sus pérdidas y traiciones. Ella ya no podía volver a perder algo más, no podía perder a Andrea.

-Vamos. ¡Dispara! — gritó Amelie demasiado nerviosa. Ella era un manojo de emociones en estos momentos.

Mientras por otro lado Michonne se quedó paralizada.

-No lo harás... porque no te atreves, porque después de todo eres una cobarde Michonne — las palabras de Amelie fueron las que hicieron detonar a Michonne.

-¿Yo soy una cobarde Amelie? entonces dime, ¿que te queda a ti?. Porque te recuerdo que fuiste tu la que nunca pudo matar al Gobernador, ¿acaso me dirás que aún sigues con ese trauma de cuando mataste a alguien por primera vez? ¿o aún le tienes miedo a papi? — terminó de decir Michonne.