the light of darkness | carl grimes.

chapter one

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Mi nombre es Amelie y esta es mi historia.

En estos tres años desde que el apocalipsis empezó... sobreviví a demasiadas cosas.

Y yo no me iba permitir a morir de hambre ahora.

Ya llevaba casi dos meses sin encontrar nada.

Estaba tan perdida en todo esto.

Ni un animal se asomaba.

Solo pensaba que si ellos no pudieron matarme, el hambre menos lo haría.

Estaba caminando perdida en medio de la nada, hasta que logré divisar una gasolinera y un local.

Iba a acercarme al local, hasta que escuche un auto, mi instinto al instante hizo que me escondiera tras unos árboles con mi arma.

Es tan irónico que solo tuviera el arma para intimidar a los demás.

Porque nunca he matado a alguien, no tenía el valor. Lo único que estuvo a mi favor estos tres años fueron las experiencias traumáticas a las que tuve que sobrevivir.

Eso, me hizo convertirme en una persona más dura e intimidante a simple vista.

Vi como del auto, bajo un chico y una chica mucho más grande.

Era mucho más fácil atacar al chico, ya que era de mi edad.

En cambio ella era mucho más grande, debía tener unos 21 quizás.

Ella se quedó hechando combustible, mientras el fue al local.

El entro por la puerta delantera, y yo por la trasera.

Mientras el metía las provisiones a la mochila, yo lo analizaba.

Analice sus movimientos, y a decir verdad el era demasiado predecible.

El se iba a ir, cuando lo apunte.

-Yo que tú, no haría eso — estaba apuntando al chico que tenía frente a mi.

-Tírala — el no lo hizo — ¡Ahora! — grite y el me tiro la arma.

-¿Quien eres? — me acerqué a él y lo apunté en toda la cíen.

-Hoy en día eso ya no importa — mientras lo dije, solo empecé a analizar mejor al chico me di cuenta de que estaba ¿limpio?.

-¿Estas en un campamento? — el tardó segundos en responderme — No — al decir eso yo le saque el seguro a la arma.

-Mientes — dije mirándolo a los ojos — Reconozco un mentiroso, además estás limpio.

-Siento tanto lo que haré ahora — no deje que el reaccionara y lo noquee.

El golpe fue tan fuerte, que ya sabía que ella vendría por el.

Y me escondí. Ella se acercó a él.

-Carl ¿estas bien? — ella lo sacudía pero no respondía.

Salí de las sombras y le apunté a la cabeza.

-Tirarás tu arma y tu cuchillo — en menos de un segundo ella se dio vuelta y me golpeó.

Ella me tenía sujetada por la espalda mientras me apuntaba en mi cabeza.

-Dios ¡Me hiciste enojar, y no es bueno hacerme enojar! — le di un golpe en el estómago y está se empezó a tambalear, en ese momento la bote al piso y la apunté.