LXIII. Detalles

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No te vayas nunca pero no me asegures que nunca te irás de mi lado.

Sé que de tu seguridad nacen mis contradicciones y que es difícil acostarse conmigo con todo el peso que carga mi almohada. No me dejes antes de dejarme ni pretendas quedarte a ratos. He corrido detrás de ti durante todo el invierno y he fingido frío. No sabíamos lo caro que cuesta un puñado de tiempo cuando, ni éramos capaces de entender que lo importante no es que la casa esté vieja, sino las flores del balcón que anuncian que allá dentro importan más los detalles. Y aunque quiero que no te vayas nunca, asegurarme que nunca te irás de esta casa sin regar las flores. Es importante

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