Prólogo

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Noviembre, Praga, República Checa

Las hojas empezaban a caer en aquel noviembre, el aire frío del aproximado invierno asechaban la ciudad desnuda, el verdor había desaparecido de entre los árboles. Sigilosamente, paseaba solitaria aquella chica en su bici, ella era delgada, de piel mestiza, ojos verdes y su pelo rojo a disposición de la brisa que tiernamente la acariciaba. Su alma, estaba llena de sueños, deseos ocultos, verdades irrelevantes. La llaman la chica otoño, era ella, la chica de los otoños infinitos, esparce su alma cual si fueran hojas, más ella no está seca... Lleva puesta como si fuera una corona las cuatro estaciones y en las manos una pluma para dibujar la vida en forma de palabra....
Pero lo que no sabía la chica de los otoños infinitos era que inesperadamente y revolucionándolo todo, llegaría aquel chico que la haría cambiar de estación haciéndola florecer...
Él era delgado, de piel blanca, sus ojos eran color miel y su pelo de unos rizos espectaculares. Era de esos chicos que hacía guerra con la mente y no podía hacer las paces con sí mismo, entraba violentamente por tus pupilas y se quedaba abrazado al corazón...

Sus vidas empezaban a partir de la medianoche... Todo cobraba sentido para ellos en aquella ciudad tan mágica al anochecer....
Todos los días, al caer el sol y viendo las estrellas pasar, Oliver pedía el mismo deseo, al igual lo hacía Andrea, sin saber que pronto se les cumpliría.

Seré tu Media Noche ©  ️[EN PROCESO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora