Capítulo 11. Deja de pensar

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No sabía que me gustara tanto ser el centro de atención cuando me vi allí, en medio de toda esa gente, algunos que nunca había visto y otros que conocía muy bien, pero todos con cara de no entender nada

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No sabía que me gustara tanto ser el centro de atención cuando me vi allí, en medio de toda esa gente, algunos que nunca había visto y otros que conocía muy bien, pero todos con cara de no entender nada. Estaba siendo besada por el chico que me gustaba, en mis cinco sentidos no me hubiera atrevido, pero mi cuerpo estaba poseído por el alcohol y no era yo la que actuaba, aunque me encantaba las sensaciones que sentía aquella noche. Sin vergüenza, sin temor, bajo las miradas de todos, mi mundo sólo giraba alrededor del chico que me besaba. Lentamente nos despegamos, observándonos, con la lujuria en la mirada, enarca una sonrisa y todo es tan jodidamente sexy en él.

No se despega de mi y sigo disfrutando de la música, mi vestido roza una y otra vez en la tela de su pantalón y eso me provoca a pegarme mucho más a él. Mis amigos siguen a mi alrededor y Breyson me está observando con una retorcida sonrisa marcada entre sus labios, como si estuviera disfrutando con todo lo que a pasado, Oliver rodea sus manos en mis caderas y lentamente me voltea hacia él quedando frente a sus ojos de miel. Pronuncio aún más mis movimientos, viendo como el lo disfruta.

— No tienes idea de cuanto anhelé esto mínimamente —pronuncia en mi oído por la música tan alta

— Nunca te conformes con cosas mínimas — grito con entusiasmo alzando las manos envolviéndolas alrededor de su cuello

— Mi mayor deseo ahora mismo es que grites mi nombre con la misma euforia que gritaste eso —afianza su agarre en mis caderas y una de sus manos se va un poco más abajo

— Vamos Oliver Keys —susurro coquetamente en su oído provocando que se erize hasta el más pequeño de sus cabellos y emparejando su otra mano en el final de mis nalgas — Cumple hasta el más oscuro de tus deseos

Sonreimos a la vez y alzamos las manos junto a todo el que está en la pista de baile cuando la canción que suena es "She don't give a fo", el club entero de pie con sus tragos en mano siguiendo detalladamente la letra del éxito latino.

Cansada, exhausta y fatigada de tanto bailar y restregarme con Oliver delante de todo el mundo, regresamos a nuestra mesa, estamos todos destrozados por la Becherovka por lo que quedamos en ir todos a una misma casa, al final vamos a casa de los nuevos conocidos, los Noěl, suena de locos, pero sí, no teníamos opción y no parecían personas que podrían secuestrarnos. Salimos del club y obviamente como ninguno está en condiciones razonable de conducir, esperamos la limusina de los mellizos para ir a su casa del centro.

Gracias a mi negocio familiar podía disfrutar de muchos lujos, pero nada comparado con la obstenticidad de la casa de la familia Noěl, era enorme, una casa diferente con gustos extravagantes a la vez que sofisticado, todo combinado y detalladamente perfecto. El recibidor era espectacular, había mucha luz y todo estaba bien iluminado, una escalera majestuosa, como la que te encuentras en los grandes teatros, una lámpara en el centro del techo que no pasaba desapercibida a la vista, cuadros con fotos familiares de la descendencia Noěl, era impresionante como se mantenía las generaciones gracias a los primogénitos que eran todos varones. Los mellizos sólo se habían criado con su padre ya que su madre había muerto de pequeños, pero el toque femenino en la decoración de la casa no faltaba.

Seré tu Media Noche ©  ️[EN PROCESO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora