Capítulo 6. Entre dulces y pasteles

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Le doy el último vistazo a mi cabaña, saludo por última vez a los empleados y me despido de todos, abandonando el campamento que nos había visto crecer a mi prima y a mí

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Le doy el último vistazo a mi cabaña, saludo por última vez a los empleados y me despido de todos, abandonando el campamento que nos había visto crecer a mi prima y a mí. El viaje de regreso a casa se torna callado ya que todos estamos dormidos, excepto Oliver que tiene su mano posada en mi entrepierna, nos cubre una manta, el covertor se fue con Ash a la camioneta, yo intento hacerme la dormida pero este chico me lo impide cada vez que mueve su mano, abro los ojos y me muerdo los labios, mientras veo que él está remojando los suyos, tornándolos de un rojo brillante, que sólo hace que me apetezca irme sobre ellos, pero logro controlar los instintos primitivos que me ha desatado el chico rizos. Nuevamente nos quedamos dormidos, sin quitar su mano de mi entrepierna, sólo disfruto de la ocasión, como él.

Llegamos a casa y sólo bajo mi maleta, deseando estar en mi cuarto, en mi cama, y dormir hasta saciar, me despido de mis amigos, le doy un saludo a Antón que está con un chico guapete en la entrada de la pastelería. Antón es la "figura" masculina  por así decirlo, que he tenido como padre, era quien siempre me llevaba y me recogía en el colegio cuando mi tía estaba de viaje por los negocios, quien le da obleas a Ash a escondidas y quien atiende el negocio cuando estamos fuera.

— Tuvo buen viaje señorita? —pregunta  ayudándome con la maleta

— Te he dicho mil veces que no me llames señorita y que no me trates de usted —recojo mi cabello y lo abrazo

— Disculpe, mira, el es Paul, mi hijo, lo recuerdas?

«Paul?? el mismo Paul que jugaba a los escondidos por toda la pastelería cuando éramos chicos»

No lo veía hacía años, creo que vive con su madre en el interior, sólo venía en vacaciones y aveces en navidad, pero está totalmente cambiado ya no es aquel chico con gafas y enano con el que saltaba la comba, ahora está más alto, pelo negro, que se divide en dos y algún flequillo cae sobre su frente, ojos azules como las aguas de un mar cristalino, cuerpo bien formado y a pesar de no ser de la ciudad, un estilo de todo un europeo. 

— Qué tal estás? — me saluda amablemente

— Un poco cansada por el viaje, hace años no te vía, estás... —hago una pausa —muy cambiado

— Espero que para bien —sonríe

— Sí, por supuesto, y que te trae a Praga?

— Vine a estudiar, y a ver a este viejo gruñón —todos nos reímos

— Disculpen, no quiero ser grosera, pero estoy exhausta, nos veremos muy seguido Paul, Bienvenido  —suspiro y voy directo a mi habitación

Duermo unas cuantas horas y cuando despierto el hambre se apodera de mi ser, es pasada la medianoche, bajo hasta la pastelería, tomo un pedazo de Marlenka y un zumo de naranja, degusto el manjar que toca mi paladar, cuando una vibración en el bolsillo de mi pijama me asombra, la pantalla de mi teléfono se enciende con la llamada de Mr. Rizos

— Hola — respondo nerviosa

— Podrías ser tan amable de abrirme? me congelo

— Abrirte? Dónde estás? — camino hacia la ventana, y lo veo fuera, parado en la calle — Da la vuelta y verás una puerta rosa

«Qué hace aquí ?»

Dejo mi pedazo de pastel y mi zumo para ir hasta la cocina de la pastelería, abro la puerta y un aire frío junto a Oliver me reciben.

— Qué haces aquí? —pregunto

— Buenas noches para ti también, por qué no fuiste a la galería?

«Oh la galería, estaba tan cansada que no me acordé »

Eres mi novio acaso para que tenga que darte explicaciones?

— No lo soy, ni quiero serlo —responde con la misma ironía —lo seré cuando me lo pidas tú a mi

— De verdad como te gusta soñar chiquillo —le doy la espalda y cuando volteo se viene acercando, acorralándome contra el borde de la mesa

— De soñar, sueño con tu boca sobre la mía y tus ojos sobre mí, desde que te conocí —respiro su aliento de fresa

— Pues sigue soñando —contesto con voz temblorosa

Remoja sus labios y los tiene rojos como siempre, yo no puedo resistir y muerdo los míos, suspira como si ya no pudiera aguantar la tentación y sólo estrella sus labios sobre los míos, acariciando suavemente, un beso sutil y delicado al principio, convirtiéndose en salvaje y cargado de lujuria, el sabor que queda de su lengua es increíble, mientras nos acariciamos sin censura cada línea imperfecta de nuestros cuerpos, escribiendo con nuestros labios todo lo que no podemos decir con palabras. No sé ni quien soy, ni que siento cuando estamos así, arrancando nuestra cordura, pero definitivamente podría quedarme a vivir en su boca. Besa mi cuello y ya cualquier intento de detenerlo es en vano, besa mis hombros, puedo sentir la suavidad de sus labios y vuelve a besar mi boca. Desliza su mano delicadamente, como si estuviera acariciando el mejor de los libros, baja hasta mi abdomen y lo besa, en un instante se detiene, posa sus ojos sobre mi e inevitablemente la conexión que tenemos es algo que noto en su mirar, sigue bajando hasta mis piernas y en estos momentos estoy sufriendo más que nunca, estoy dispuesta a entregar todo de mí.

De repente la luz se enciende y no puedo evitar sentir el corazón a mil, me voy a desmayar y no sé si es por la excitación o por lo que está sucediendo.

«La tía Margaret está parada frente a mi con cara de muy pocos amigos»



                                ○~●

Nota de la autora:
Hey chicos
Qué me dicen?
Querían estar entre dulces y pasteles?

Gracias por siempre estar, os quiero mil.

Seré tu Media Noche ©  ️[EN PROCESO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora