Mi nombre en sus labios
‹‹I know our days are numbered
But you don't know that I feel like that
You don't hear solitude calling me away...››
(Voyager. Birdy)
19 de septiembre
Si alguien me hubiese dicho que esperaría el sonido de la alarma para levantarme e ir a la universidad, le hubiese dicho que se había equivocado de persona. Me gusta aprender, pero me estremezco ante la idea de tener que convivir con otros, por lo que el sonido de la alarme no es de mis favoritos.
No ha sido así la última semana. Y claro que no pensaré en cuál es la razón. Llanamente es parte de la promesa que le hice a mamá. También es por papá y Joss; creí que no volvería a verlos radiantes de alegría, tan llenos de vida, con tantas ganas de seguir adelante. Estoy contenta porque ellos lo están.
Papá estaba escéptico con que yo estudiara Medicina. Pero al mismo tiempo le aterraba que lo sucedido con mamá nos hubiese afectado de forma irreversible, así que vernos entusiasmados por la universidad es un alivio para su frágil corazón.
Por otro lado, Joss está en el paroxismo de la felicidad, y un Joss feliz es una casa llena de risas, buena energía y colores a toda hora. Hace mucho que no lo veía genuinamente alegre, porque las bromas que hacía frente a mamá para hacerla reír y que estuviese tranquila no llegaban a sus ojos. Ella lo sabía, pero lo dejaba ser de todas formas. Después de todo, ninguno de nosotros estaba siendo sincero con lo que sentíamos entonces.
No tienes una idea de cuánto me estaba esforzando. Estaba dando todo de mí para sentir esa chispa de vida que para otros es tan simple como abrir los ojos cada mañana. Parte de ese esfuerzo tenía que ver contigo, ahora lo sé.
Saber qué libro tendrías en las manos o qué sudadera elegirías esa mañana, o con qué gorro lo combinarías, me mantenía expectante a pesar de esforzarme por no sentirme así por ti. Observar tu comportamiento en clases se convirtió en un juego entretenido para mí.
Seguía sin comprender por qué me sentía atraía hacia tu presencia, pero no quería pensar mucho en ello. Para alguien como yo, encontrar algo —a alguien—que alejara las sombras era más que suficiente. Tú eras más que suficiente. Claro que no lo sabías y esperaba que nunca lo hicieras.
—¿Te vas a comer todo eso? —La voz de papá me saca de mis cavilaciones.
Levanto la vista del tazón de cereal y lo encuentro con los ojos entornados en la exorbitante cantidad de comida que Joss tiene en la isla de la cocina.
Sonrío mientas llevo una cucharada de cereal a la boca. Papá, siempre elegante en sus trajes hechos a medida, es la contraparte de su hijo en estos momentos, atiborrándose de comida como si no hubiese un mañana.
—¿Qué tiene? —Inquiere Joss sin caer en cuenta. Parece no ver la expresión de perplejidad de papá.
—¿No crees que es mucho? —Cuestiona papá sin mucha esperanza.
—No. Tengo lo justo y necesario para pasar el día, bueno... hasta que llegue el almuerzo.
Papá resopla y niega con incredulidad.
—Pobre de ti cuando llegues a mi edad— dice mientras se sirve una taza de café.
—Los Vogel tenemos excelentes genes —arguye mi hermano con convicción. Es como escuchar al abuelo Vogel. Suspiro con pesar—. Tú mismo eres ejemplo de ello, no aparentas la edad que tienes.
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Un diario para ti. ✔.
Teen FictionUna decisión tomada. Un destino ya escrito. Una vida marcada por las sombras. Un deseo que está por ser cumplido. Berlín solo espera cumplir la promesa que le hizo a su madre: Llegar a la universidad, y vivir la experiencia, al menos por un año. ...