Capítulo 20

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―¿Llevas todo?

―Sí, Liam.

―¿Necesitas algo más?

Zayn soltó un suspiro exasperado y negó.

―Amor, realmente necesitamos irnos ya.

―Hermanito, por favor te pido me entiendas. Estoy sumamente nervioso y no sé qué haría si algo se nos olvida o lo pasamos por alto.

Zayn había desistido en hacer cambiar de opinión a Liam sobre llamarlo hermanito.

―Hermano, seré yo quien tenga a maní, a mí me van a abrir por la mitad para poder sacarlo de mi cuerpo. Y si no nos damos prisa llegaremos tarde y no quieres saber qué te pasará si este bebé no sale en el horario estipulado.

Liam lo miró ofendido.

―No me digas hermano, hermanito. Debes decirme amor, querido, amor de mi vida, mi cielito, mi osito.

―Te diré idiota si no salimos por esa puerta en cinco segundos.

Sin decir más palabras, Liam tomó las tres maletas que había preparado para el día de hoy y deteniendo la puerta para que Zayn saliera, emprendieron camino hacia el hospital.

Zayn iba bastante tranquilo, viendo el camino por la ventana del auto y haciendo pequeños ejercicios de respiración. A pesar de ser una cesárea la que tendría, Alan les había dicho que los ejercicios de respiración no estarían de más para ayudar a su cuerpo a relajarse.

Liam, por el contrario iba muy nervioso; apretaba tan fuerte el volante que sus nudillos estaban completamente blancos. Cuando se detenían en algún semáforo en rojo, su pierna rebotaba sin parar.

Zayn, apiadandose de su bobo novio, colocó su mano en el muslo de este y lo apretó levemente.

―Todo irá bien, amor.

Afortunadamente –o milagrosamente según Zayn– eso pareció calmar al castaño y el resto del camino hacia el hospital fue menos tenso.

Al rededor de diez minutos, llegaron al hospital. Una enfermera los esperaba en la recepción para llevarse a Zayn y prepararlo.

―Liam, amor. ¿Sabes que no necesitaremos esas maletas ahora verdad?

―Pero amor, podrías necesitar una manta.

―Estoy seguro que aquí hay muchas.

―Y si necesitas...

La enfermera rio.

―Señor Payne, le aseguro que aquí tenemos lo necesario para su novio y su bebé. Pero si quiere puede darnos el conjunto de ropa que quiere que el bebé tenga una vez lo hayamos limpiado.

Zayn le agradeció a la mujer con una sonrisa.

―Si, eso me agrada. Espere un segundo.

Liam tomó una de las maletas que llevaba consigo y sacó otra pequeña maleta de esa.

―Aquí está todo, hay un conjunto de ropa, una manta, una frazada, un gorrito, un biberon, un cepillo de cabello, un par de zapatos y unos guantes.

―Oh por todos los dioses Liam qué tanto traes acá, maní no va a necesitar todo eso ahora.

Luego de una pequeña pelea en el vestíbulo del hospital, finalmente Zayn fue llevado al quirofano luego de ser preparado.

Karen había llegado minutos después y ahora estaban en la sala de espera.

Liam había rechazado firmemente el estar presente en la cesárea, sabía que no podía soportar ver como abrían a su hermanito.

Luego de una hora, una enferma se acercó a ellos y les indicó que podían pasar a ver a Zayn y el bebé.

Ambos corrieron a la habitación de Zayn, al entrar encontraron la más linda imagen.

―Ven a conocer a tu hijo, amor. ―dijo Zayn con voz baja.

Liam, con pasos temblorosos y los ojos llenos de lágrimas tomó al pequeño bebé entre sus brazos.

―Bienvenido al mundo, Bahir Payne.


Fin.

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