Blanco y Negro

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- Eso es ¿Les gusta esta habitación?-

Les preguntó el hibrido de lobo negro después de colocar a las gemelas de zorro sobre la cama, ellas miraban la bonita habitación, en el instituto los cuartos de asilo son muy pequeños y austeros, y la cabaña donde vivían con sus padres tenían muy pocas pertenencias y jamás habían visto una habitación como esa con tantos colores y muebles, estaban sorprendidas, Willy y Vegetta sentían ternura al ver sus boquitas abiertas, eso solo les daba una idea de las carencias que han tenido y por la desconfianza que mostraron a todos los enfermeros y demás personal podían pensar, que sus hermosos ojitos verdes han visto la crueldad del mundo de cerca.

- Sí, es muy bonita-

Dijo Vanessa tímidamente, mientras Davyna era menos cohibida que su hermana.

- ¿Es solo una habitación? ¿Cómo será el resto de la casa?-

- Sí, mañana con la luz del día les mostraremos todo ¿Vale? ahora a dormir-

Vegetta apagó el fuego de la lámpara y Willy se acercó al ropero.

- Willy dejamos la mantita en el intuto-

Ambos adultos sonrieron al escuchar a Vanessa pronunciar mal la palabra, y Willy sacó una manta del ropero-

- Aquí hay mantas, además las cosas del instituto se quedan allá-

El lobo las arropó y acaricio el cabello de las niñas como despedida, el albino desvió la mirada al ver como era cariñoso con las niñas, no podía evitar pensar que su alfa deseaba tener cachorros.

- Buenas noches-

Se despidieron y cerraron la puerta de la habitación, afuera caminaron en penumbras y en silencio tomados de la mano por el largo corredor hasta su habitación, solo les alumbraba la luz de la luna que se colaba por las cortinas de las ventanas, apenas entraron a su habitación y el lobo tomó a su omega de la cintura y comenzó a olfatear su cuello mientras hablaban despacito.

- ¿Le dijiste a Lolito que sus hermanas estaban bien?-

- Sí, pero como te dije, las niñas no deben enterarse hasta que ya puedan verlo-

- Tienes razón mi omega, podrían intentar escapar si se enteran que su hermano esta en el instituto-

- Ahora están tranquilas gracias a la confianza que te tienen-

- Y a ti mi amor, tus cuidados son los de un ángel-

Willy sonrió tímido por sus palabras, pero sus mejillas ardieron cuando las manos de su alfa comenzaron a acariciarlo bajo la ropa.

- Tienes un don con los cachorros, sabes como tratarlos, como si hubieses tenido experiencias previas-

Las orejas del lobo se pusieron alertas al escuchar sus palabras, pero de inmediato lo ignoró y continuó besando su cuello y sacándole la ropa despacio.

- Bueno es, por mi profesión, tengo varios años en esto y me gustan los cachorros, peeero... más me gusta este delicioso aroma de mi hermoso omega~ (lo olfateo profundamente) ahora~ ¿Me haces un favor~?-

- ajaham~-

- Deja de hablar y bésame~-

El albino cerró los ojos preso del deseo por sus caricias y se entregó a sus besos. 

Era un deleite por fin estar en casa y saciarse de ese aroma a limón dulce, tan suave, fresco, limpio. El alfa podía olfatearlo durante todo el día en el hospital y reservaba sus ganas hasta estar en su hogar, allí nadie lo detenía para absorber sus feromonas y lamer su marca, su omega, su canino albino, tan suyo. Lo admiraba tanto por ser un omega tan fuerte y tan necesitado a la vez.

Imperio Dominio y PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora