Inmortal: Nueva Generación. || Avengers

Capítulo 43 - El final de esta historia.

La calma después de la tormenta.

Es lo que estaba viviendo la gran familia Avengers en este momento.

Todas las batallas que tuvieron los llevaron a ser lo que son ahora. Crecieron, maduraron, aprendieron juntos, y se apoyaron siempre, y así lo seguirán haciendo.

Comenzaron siendo solo seis simples individuos con habilidades especiales, que no se conocían el uno al otro, pero que, con el tiempo, se convirtieron en los defensores de la Tierra. Se enamoraron, tuvieron hijos, vivieron sus vidas, y ahora una nueva generación de Avengers estaba vigente. Los chicos, que aprendieron la labor de sus padres, también estaban disfrutando de sus jóvenes vidas.

Angel y Adrien.

Evangeline y Paulo.

Tony y Sabrina.

Terry y Mía.

Son la nueva generación que defenderá la Tierra, siempre contando con el apoyo de sus padres.

Nat y Bucky.

Bruce y Wanda.

Sam y Shuri.

Steve y Mariana.

Y aunque algunos tomaron caminos diferentes, siempre estarán ahí para ellos.

Porque sí hay algo que han aprendido todos ellos, es que siempre habrá un lazo, que los unirá para siempre.

- Quiero hacer un brindis. - se levantó Mariana de su silla, todos los presentes dirigieron su atención hacia ella. Se encontraban cenando en la Base para celebrar Navidad, toda la familia estaba ahí. Habían pasado unos meses desde que ella volvió a formar parte de dicha familia, todo había salido bien. - Quiero brindar por nosotros, porque podemos estar aquí, juntos. Quiero agradecer a cada uno de ustedes por ser parte de esta alocada familia y que sepan que, aunque estuve ausente unos años, - Steve, que estaba sentado junto a ella, tomó su mano en señal de apoyo. -  prometo que estaré presente para cada uno de ustedes todo el tiempo que me queda. Trataré de compensarles mi ausencia, y de devolverles todo el amor que, sin merecerlo, me han dado. - Las palabras le salían directo del corazón. - Gracias a mis hermosos sobrinos, - La ojiazul dirigió su mirada a Angel, Tony y Terry, quienes siempre la hacían reír con sus ocurrencias. - a sus increíbles padres, - Miró con una sonrisa a Bucky, Nat, Bruce y Sam, y ellos le devolvieron la sonrisa. - a mi magnífico esposo, - Volteó hacia Steve, el tierno hombre que nunca de dejó de amarla y que ella amaba también, con el alma. -  y a mis maravillosos hijos, - Sus no tan pequeñas bendiciones le sonrieron, mientras ella los miraba con ternura y los ojos aguarapados. - por ser el motivo de mi alegría, - Un par de lágrimas cayeron por sus mejillas. - y que siga siendo así por muchos años más. - Hizo una pausa para admirar la hermosa vista que tenía frente a sus ojos: toda la familia, unida, disfrutando de la cena, pasándola bien a su manera. Levantó la copa y finalmente dijo: - ¡Salud!. -

- ¡Salud! - respondieron todos con alegría alzando sus copas.

Fin.